La pobreza infantil nos cuesta dinero a todos: perdemos 63.000 millones de euros al año
La pobreza infantil no solo es una violación de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Además es un lastre económico para el conjunto de la sociedad. Que haya niños pobres nos cuesta dinero a todos los ciudadanos, como suelen advertir organizaciones como Unicef y Save the Children. En España, donde los datos son muy elevados, con un 27% de menores que viven por debajo del umbral de la pobreza, la factura por tanto se intuye muy relevante. Lo complejo era calcularla, algo que ha afrontado un innovador estudio. Estima que el coste económico alcanza al menos 63.000 millones de euros al año, han presentado sus responsables este lunes.
La investigación, encargada por el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil y en la que colabora la Fundación 'La Caixa', ha sido liderada por la catedrática de Economía, Olga Cantó, y la investigadora Libertad González, de las universidades de Alcalá de Henares y Pompeu Fabra de Barcelona, respectivamente. Las economistas han cifrado cuál es el coste económico para el conjunto del país de tener tantos menores en pobreza. Más de uno de cada cuatro.
El resultado: 63.079 millones de euros al año, que equivale un 5,1% del PIB. Si se intenta individualizar este coste, supone una factura de unos “1.300 euros por persona al año”.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha clausurado las jornadas de presentación del estudio, ha calificado las cifras como “demoledoras”. 63.000 millones de euros al año, “este es el coste para toda la sociedad de la pobreza infantil”, ha reiterado.
El presidente ha destacado que el Ejecutivo está decidido a aplicar medidas públicas específicas para combatir la pobreza infantil, que no se solucionará por sí sola, “con la mano invisible del mercado” como piensan algunos, ha advertido. Entre las políticas ya aprobadas, Pedro ha recordado el ingreso mínimo vital, las ayudas de entre 50 a 100 euros al mes por niño en hogares de escasos ingresos y el aumento de las becas para facilitar la educación de los jóvenes en estos hogares. “Vamos a seguir trabajando”, ha añadido Pedro Sánchez.
Coste por el empleo y la peor salud
La estimación de cuánto nos cuesta la pobreza se basa en dos de sus consecuencias. Por un lado, mide el coste en términos laborales de una infancia en pobreza, que tiene más dificultades para progresar en los estudios y, más adelante, más precariedad como adultos en el mercado de trabajo.
Por ejemplo, aquellas personas que sufrieron pobreza en la adolescencia tienen un 12% menos de probabilidad de trabajar con contratos indefinidos y un 14% más de hacerlo con contratos temporales, señala la investigación.
Debido al lastre de la pobreza, los menores en pobreza luego tienen en muchos casos empleos peor remunerados, más dificultades de encontrar un empleo o la dificultad de sumar horas en su jornada para tener un salario que les permite llegar a fin de mes.
Por todo ello, los resultados muestran que “en España las personas que han estado en situación de pobreza en sus primeros años de vida ganan, en promedio, 5.130 euros brutos menos al año que aquellas que no han estado en esta situación”. “Este efecto es especialmente intenso para las mujeres, que dejan de ganar, de media, unos 600 euros brutos más al año”, añade el estudio.
De manera agregada, para el conjunto del país, las expertas calculan que el coste en el ámbito laboral nos resta a todos “unos 57.000 millones de euros” al año.
El segundo gran pilar que analiza la investigación es el coste sanitario de la pobreza infantil, por el deterioro en la salud que ocasiona a los menores en esta situación. Se centra en dos ámbitos: la salud mental, con más probabilidad de sufrir depresión, y la obesidad y sobrepeso.
“Sumando los costes sanitarios y los asociados a la pérdida de calidad de vida, se estima que el coste total del exceso de peso es de unos 5.500 millones de euros anuales y de unos 579 millones de euros en el caso de la depresión”, recoge el estudio. El coste, reconocen los investigadores, puede ser mucho mayor, ya que solo se han ceñido en estos dos aspectos.
Ernesto Gasco, alto comisionado contra la pobreza infantil, organismo dependiente de la Presidencia del Gobierno, ha destacado los resultados del estudio para poder seguir luchando contra este problema social. “Queríamos arrojar luz, después de décadas de negacionismo político”, ha afirmado Gasco, que ha advertido de que aún “sigue habiendo negacionismo” en algunos actores y este tipo de estudios evidencia que la pobreza no solo es un problema de “injusticia social” sino también de “ineficiencia económica”.
La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, también presente en la presentación del informe, ha destacado que la investigación con datos permite también lanzar un “mensaje para la esperanza”. “Lo rentable que es invertir para luchar contra la pobreza infantil”, ha explicado Calviño, ya que no solo se solventa la precariedad y el sufrimiento que atraviesan estos hogares sino que gana el conjunto de la economía.
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