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Poly, Toys 'R' Us o Imaginarium: el ocaso de las tiendas de juguetes

Una tienda de juguetes a oscuras y con las puertas cerradas en el centro comercial de La Gavia, al este de Madrid, en pleno mes de agosto, cuando estos megacomplejos de tiendas se convierten en una suerte de refugio climático para las familias que combaten el calor estival. En esa tienda, nada informaba a los posibles clientes del motivo del cierre, hasta que el lunes Poly Juguetes anunció el cese de su actividad en España. Sin embargo, algunos de sus establecimientos se salvarán porque pasarán a manos de un competidor. Lo mismo ha ocurrido con Imaginarium, que también poblaba gran parte de los centros comerciales.

“Las tiendas de Poly Juguetes y The Entertainer España cierran para siempre. Ha sido un placer haber contado con vuestra fidelidad durante todos estos años y haber podido formar parte de vuestras vidas y las de vuestros hijos”, justificó la empresa. En marzo ya solicitó el concurso voluntario, que ahora se materializa en ese adiós y que conlleva la extinción de cerca de 160 puestos de trabajo y en el cierre de la mayoría de su treintena de tiendas.

No es un caso único. El final de Poly Juguetes en España sigue la estela de lo ocurrido con otras compañías, como Imaginarium que cayó en concurso de acreedores pero, en el último momento, consiguió salvar la marca, que adquirió Juguettos, la misma cadena que ahora se queda con nueve tiendas de Poly, parte de sus activos y podrá emplear la enseña. Es algo similar a lo que ocurrió hace unos años con Toys 'R' Us, que en otros tiempos fue el tótem de las grandes superficies enfocadas a los productos infantiles, aunque en España sigue operando bajo el paraguas de una empresa italiana.

Poly no abría los domingos por principios religiosos

Poly Juguetes atravesaba una situación económica complicada. “Siempre hemos intentado dar lo mejor de nosotros mismos y esperamos haber contribuido a crear un mundo mejor, llenándolo de ilusión y magia a través de los juguetes”, se despide la empresa en su web. “Sin más, nos gustaría daros las gracias por haber estado a nuestro lado”.

Bajo el nombre empresarial de Teal Retail Spain, la cadena de juguetes concluyó el ejercicio 2023 con pérdidas por valor de 2,38 millones de euros, según figura en Insight View. Esas pérdidas ahondaron en un patrimonio negativo por un valor superior a los 14 millones de euros y un fondo de maniobra, también en rojo, de más de 16 millones, lo que indica los problemas de la empresa para seguir adelante. Sin embargo, sus ventas caminaban en positivo, ya que ese año crecieron más de un 15% y superaron los 20 millones de euros. 

“El apoyo continuado del grupo garantiza que el negocio cuenta con la financiación suficiente para confiar en su capacidad de soportar futuras presiones financieras”, aseguró la empresa en su última cuenta de resultados. Algo que no ha sido posible.

Detrás de la cadena española estaba un grupo británico, The Entertainer, conocido por la permeabilidad de las creencias de su dueño a la hora de marcar la estrategia de la compañía. En Reino Unido no abre los domingos –en España sí lo hacía– por motivos religiosos. “Nada es más importante en nuestra empresa que nuestra gente y, como cristiano, creo en las familias”, explica el presidente y fundador de la compañía, Gary Grant, en su web corporativa. “Por eso The Entertainer cierra los domingos para que nuestro personal pueda pasar tiempo de calidad con su familia y amigos”, añade. 

La enseña británica tampoco vende productos de algunas de las sagas con más tirón, como Harry Potter. En un artículo publicado por The Guardian, Gary Grant reconocía que no lo hacía porque no quería animar a los niños a jugar con la “oscuridad”. 

Cuando tu marca se la queda la competencia

Lo ocurrido con Poly, prácticamente, calca lo sucedido unos meses antes con Imaginarium. La cadena de jugueterías que llegó a ser cotizada en el Mercado Alternativo Bursátil –ahora denominado BME Growth– anunció esta primavera su adiós. También lo hizo con un mensaje donde apeló a la emotividad y a la afinidad con sus clientes. “Queridas familias, mamás, papás, abuelas… Os habréis percatado que desde hace unos días nuestra web ya no funciona”, aseguró en sus redes sociales. “Hemos aguantado hasta el último momento, hasta nuestro último aliento, para 'pulsar el botón' y decir adiós. Con el corazón lleno de emociones encontradas y después de muchos años, nos entristece informaros que Imaginarium llega a su fin”. 

En todos estos casos se señala a la competencia de los rivales online, sobre todo de Amazon, como los responsables de que las tiendas físicas de juguetes ya no tengan tirón, aunque detrás también está el modelo de gestión.

En el caso de Imaginarium arrastraba años de problemas financieros. Pasó por manos del capital riesgo y de inversores mexicanos. Sin embargo, pese a que en abril anunció su cierre, la marca y las tiendas seguirán existiendo. La empresa valenciana Juguettos aprovechó la caída de Imaginarium para comprar la marca, las patentes y diseños, así como el dominio web, lo que reactivará la enseña a partir del año que viene, con nuevas tiendas y, asegura, manteniendo el mismo espíritu para promover “la confianza, el no sexismo, además de enfocar el carácter lúdico del juego como una herramienta de desarrollo personal, socialización y conexión intergeneracional”. Algo similar hará con Poly.

La caída de Toys 'R' Us en Estados Unidos

El terremoto en el sector de los juguetes tuvo su epicentro en la caída de Toys 'R' Us, en 2017. Era la cadena más grande del mundo, con más de 1.600 establecimientos, 64.000 personas en plantilla y unos ingresos que superaron los 9.000 millones de euros. También tenía una deuda de más de 5.000 millones. 

Los problemas para dar oxígeno a ese pasivo y un negocio que flaqueaba derivaron primero en su bancarrota y, después, en su liquidación. Puso fin a un negocio con cerca de 70 años de historia a sus espaldas, porque la empresa se creó tras la Segunda Guerra Mundial en pleno tirón del 'baby boom'. 

En España, Toys 'R' Us también se declaró en concurso de acreedores, pero sigue existiendo. Un holding portugués, Green Swan, lo compró en 2018 y mantuvo la actividad y la marca. Cuatro años después pasó a manos de PRG Retail Group, dueño de Prénatal, que ha acabado fusionando ambos negocios, en un sector que está en permanente transformación.