Portugal pone fin a las ventajas fiscales para extranjeros

Ruben Martins

Lisboa —

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Incapaz de resolver la crisis inmobiliaria, el Gobierno portugués va a frenar las ventajas fiscales para los extranjeros, tras años de esfuerzos por atraer extranjeros al país. El objetivo es combatir la especulación inmobiliaria reduciendo la demanda exterior.

En una entrevista concedida a TVI, el primer ministro de Portugal, António Costa, afirmó que “ya no tiene sentido” mantener los beneficios fiscales para los residentes no habituales, argumentando que prorrogar la medida sería mantener “una medida de injusticia fiscal que no está justificada, además de ser una forma tendenciosa de seguir inflando el mercado inmobiliario”.

El fin de este régimen fiscal venía siendo reclamado desde hace varios años por los partidos a la izquierda del Partido Socialista, que acusaban al Gobierno de beneficiar a los ricos con un régimen “injusto” para los nacionales.

Portugal cuenta actualmente con un estatuto de residente no habitual que tributa los ingresos de una serie de profesionales extranjeros del ámbito científico, artístico y técnico a un tipo del 20%, en un régimen que también se extiende a los pensionistas, con un tipo del 10%. Este “paraíso fiscal” portugués ha causado malestar en países como Suecia, ya que alrededor de 2.500 pensionistas suecos han venido a Portugal para evitar pagar impuestos, simplemente permaneciendo 183 días al año.

En 2021, la antigua Primera Ministra sueca Magdalena Andersson declaró al diario portugués Público que, “desde una perspectiva sueca, es muy interesante ver cómo la gente de Portugal acepta esto”, porque “si un paciente sueco y otro portugués están uno al lado del otro en un hospital [de Portugal], el portugués ha pagado impuestos por los dos, porque los suecos tienen todos los derechos, pero no pagan”.

Esta “injusticia fiscal”, como la calificó Andersson, fue en realidad relativamente bien aceptada en una sociedad portuguesa que necesitaba el dinero extranjero para crecer y la inmigración para combatir el estancamiento demográfico, sobre todo en el interior de Portugal o en la costa del Alentejo, pero agravó el problema en torno a la vivienda en Portugal. El pasado fin de semana, por segunda vez este año, las protestas contra la falta de vivienda asequible movilizaron a miles de personas en las calles de las mayores ciudades del país.

Tras anunciar el fin de los visados de oro para los compradores de viviendas de lujo, el objetivo del Gobierno de António Costa es intentar frenar la hemorragia de inquilinos desahuciados en los centros de las grandes ciudades. Tras el desalojo, estas casas se rehabilitan y se transforman en pisos turísticos o viviendas de lujo con precios orientados al mercado internacional, pero imposibles de pagar para la clase media portuguesa.

Fuga de jóvenes cualificados

La falta de vivienda y los bajos salarios también están provocando una fuga de jóvenes cualificados hacia los países del centro y norte de Europa. Una encuesta de Aximage publicada en julio mostraba que el 54% de los jóvenes portugueses admitía haber abandonado el país para trabajar en el extranjero debido a las condiciones de vida en Portugal.

En el contexto de la crisis de 2009, el Gobierno portugués basó su crecimiento en atraer turistas al país y captar capital extranjero. Pero la quiebra de empresas constructoras y la emigración de muchos de sus trabajadores ha hecho que Portugal haya construido menos viviendas en la última década que en décadas anteriores, agravado por el hecho de que la nueva construcción prácticamente solo se dirige a las clases altas. En 2023, el país se enfrenta a una tormenta perfecta: con uno de los salarios medios más bajos de Europa Occidental – 1025 euros –, con un alto porcentaje de la población expuesta a hipotecas a tipo variable – el 90% de todas las hipotecas- y con un reducido parque público de viviendas – el 2% de todas las viviendas.

Sin embargo, el beneficio fiscal para los residentes no permanentes no termina inmediatamente con la entrada en vigor de los nuevos Presupuestos Generales del Estado a principios de año, ya que los ciudadanos extranjeros en Portugal tendrán acceso a los beneficios fiscales durante un período de una década. Esto significa que los nuevos residentes llegados en 2023 podrán disfrutar de bajos impuestos en Portugal hasta 2032.

El Gobierno presentará el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2024 al Parlamento portugués el próximo martes. Aunque la aprobación está garantizada gracias a la mayoría absoluta del Partido Socialista, el Gobierno ha estado escuchando a los demás partidos con escaños parlamentarios para ver qué propuestas puede incluir. Aunque aún no se conoce el documento, la prensa portuguesa informa de que el presupuesto está muy orientado a apoyar a los jóvenes, mediante la devolución de las matrículas universitarias por año de trabajo en Portugal, la gratuidad del transporte público hasta los 23 años o un régimen fiscal favorable para los jóvenes que se queden a trabajar en el país. También se prevén medidas de apoyo al pago de alquileres y cuotas de préstamos hipotecarios para las familias más necesitadas.