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¿Por qué el precio del aceite de oliva baja menos en los supermercados que en origen?

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Cristina G. Bolinches

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El precio del aceite de oliva lleva meses marcando el paso a la cesta de la compra. Un producto básico que ha disparado su coste tras dos cosechas nefastas y que ya empieza a aflojar. Sin embargo, de momento, lo hace mucho más en origen, donde la caída en lo que va de año supera el 20% en la variedad virgen extra. En cambio, en el punto de venta, la rebaja es muy inferior, porque se queda en el entorno del 10% en las botellas de un litro y de la marca blanca de los supermercados, que suele ser la enseña más barata.

La bajada de precios se está haciendo de rogar para los consumidores y la distribución señala que hay que ser pacientes, porque será progresiva. Mientras, los agricultores apuntan que la reducción no puede ser acelerada, porque puede derivar en que ellos no puedan cubrir los costes de producción.

Los datos señalan que, en lo que va de año, el aceite de oliva virgen extra ha caído en origen más de un 20%. Comenzó la primera semana de 2024 a 884,4 euros por cada 100 kilogramos, según los datos del Informe semanal de coyuntura que publica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. El último dato, cuando solo queda mes y medio para acabar el año, se sitúa en 681 euros, según el mismo informe, que tiene en cuenta el coste del producto en el momento de salir de la almazara. Una evolución que se resume en el siguiente gráfico.



Hay más estudios que apuntan a que la bajada está siendo a doble velocidad. Por ejemplo, la organización de consumidores Facua publicaba este viernes un análisis de diferentes marcas (entre ellas, Coosur, Carbonell, Dcoop, Oleoestepa, Ybarra o Koipe). En este caso, Facua concluye que, con datos de principio de noviembre, el precio del litro de aceite de oliva virgen extra en origen ha registrado una bajada interanual del 13%, mientras que en los supermercados apenas ha bajado un 2,5%, en esos mismos 12 meses y en el caso de esas marcas.

Y, en paralelo, otros datos apuntan a que la bajada en origen es aún mayor. Por ejemplo, el sistema Poolred, que tiene en cuenta las operaciones a granel, la coloca más cerca del 30%. Según este sistema, a 10 de noviembre, el precio en origen estaría ya a 5,176 euros el kilo, cuando a principios de año el virgen extra superaba con creces los 8 euros. 

A partir de esta evolución, la distribución y los envasadores piden tiempo, porque la bajada acabará notándose con el paso de las semanas, mientras que los olivareros advierten de una presión de los precios en origen demasiado acelerada, donde intuyen que está habiendo algún tipo de especulación. “Creemos que se está fomentando una bajada artificial de precios en origen porque hay productores que necesitan liquidez, después de años malos y eso lo está aprovechando la industria”, apunta José Luis Ávila, responsable de Olivar de la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos (COAG).

Una cosecha mucho mejor que las anteriores

El primer factor que está detrás de la bajada de precios es que después de dos cosechas marcadas por ser de las peores de la historia, la de este año va a ser significativamente mejor, en línea con un año normal. Aún está en marcha, pero las estimaciones iniciales del Ministerio de Agricultura apuntan a que llegará a los 1,26 millones de toneladas. Eso es casi un 50% más que la del año anterior. De hecho, el sector cree que puede ser algo mejor y llegar a los 1,3 millones de toneladas. Una producción que, en un 65% se va fuera de España vía exportaciones. 

Con esos datos, todos los actores de la industria olivarera asumen que los precios tienen que bajar por una simple relación de oferta y demanda. La duda, de nuevo, está en cuándo sucederá eso y con qué intensidad. Algunas empresas ya se han mojado, como Acesur, dueña de marcas como La Española y Coosur. Su director general, Gonzalo Guillén, aseguraba hace unas semanas que los consumidores tendrían que percibir la caída de precios ya este mes de noviembre o en diciembre, pero que el “suelo” no llegará hasta abril o mayo, cuando se vea de nuevo el litro de aceite de oliva en los lineales de los supermercados en el entorno de los cuatro o cinco euros. 

Lo mismo dice la distribución. Aseguran que toca esperar, al menos unas semanas, para ver que la reducción de precios en origen se traduce en un descenso más evidente. Fuentes del sector apuntan a que ahora está en las tiendas el aceite que las cadenas de supermercados compraron hace semanas o meses y que por ese motivo no reflejan la caída en origen. También, que las bajadas de precios en la economía agroalimentaria se trasladan de forma suavizada y escalonada. En parte, aseguran, para mitigar la volatilidad de los precios en los primeros eslabones de la cadena alimentaria.

También la cooperativa Dcoop señala en la misma dirección. “Desde que se hacen las operaciones con la distribución hasta que el aceite llega a los supermercados pueden pasar meses”, explican fuentes de la empresa. La reducción “llegará, porque el precio en origen está bajando. La cosecha va a ser mejor que en años anteriores. Llegará a 1,3 toneladas cuando venimos de 850.000”, añaden.

Sin embargo, los olivareros son críticos con la caída de precios en origen porque ven factores externos que hacen que sea un tanto artificial porque, realmente, la nueva cosecha, la que va a ser mejor, aún no está comercializándose y el stock de enlace es muy reducido. 

“Se está especulando, hay compradores que quieren ganar dinero rápido y comprar barato”, asegura Cristóbal Cano, responsable de olivar de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA). “Vemos una situación anómala, artificial con tintes especulativos”, añade. Por ello, hace “un llamamiento al sector productor para que no se deje llevar por esta espiral de precios a la baja”. Mientras, José Luis Ávila, de COAG, apunta que a un precio de cinco euros en origen los productores no cubren sus costes de producción y que, ahora mismo, para cubrirlos tendría que rondar los seis euros el kilo.

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