El precio del aceite de oliva lleva meses sin dar un respiro a los consumidores y se ha convertido en el producto que más golpea al bolsillo al hacer la compra. Ahora, en el momento de iniciarse la siguiente campaña, acaba de dar la primera buena noticia en mucho tiempo: su precio en origen ha bajado en todas sus variedades por primera vez desde marzo, según los datos que publica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
En la semana que concluyó el pasado 24 de septiembre –los últimos datos publicados– su coste en origen disminuyó en todas sus variedades: aceite de oliva virgen extra (AOVE), refinado y lampante (el más ácido).
“Por primera vez desde principios de año, esta semana, se registran descensos, no muy significativos, en los precios medios de los aceites de oliva de referencia: lampante (-1,47%), virgen (-0,86%), virgen extra (-0,85%) y refinado (-0,1%)”, indica el informe semanal de coyuntura que publica el Ministerio. “Baja también, mínimamente, el del aceite de orujo refinado (-0,01%) aunque sube el del crudo (1,96 %)”, matiza. Estos últimos han mantenido una tendencia distinta al de oliva, con más subidas y bajadas de precios a lo largo del último año.
Precios históricamente altos
Ahora queda ver si esta pequeña bajada es el punto de inflexión que marque un cambio de tendencia o una situación puntual. Desde el sector, apuntan que hay que ser prudentes, porque estamos en los primeros compases de la campaña 2023-2024, que previsiblemente será mejor que la anterior. Además, los precios siguen muy altos.
A pesar del recorte de la citada semana, el aceite de oliva virgen extra se mantiene en origen por encima de los 800 euros por 100 kilogramos de producto. Un precio históricamente alto. En concreto, se sitúa en los 841,54 euros/100 kg. Un coste al salir de las almazaras que hace muy difícil que un litro de aceite de oliva esté por debajo de los 8 euros en un supermercado o en una tienda de alimentación. El motivo, que la Ley de la Cadena Alimentaria prohíbe vender productos por menos de lo que cuesta producirlos, para garantizar que todos los eslabones de esa cadena (tienda, envasadores, productores y agricultores) sean rentables.
Esos 841 euros están un 56% por encima de los precios en oliva virgen extra que se alcanzaban a principios de año, como se puede ver en el siguiente gráfico.
Unos precios en AOVE que estuvieron prácticamente estables hasta marzo, cuando se registró la última bajada semanal. Fue a mediados de abril cuando comenzó la escalada. Si nos remontamos a hace un año, a finales de septiembre y principios de octubre de 2022, el AOVE rondaba los 400 euros/100 kg en origen.
Una situación “normal”, a partir de la campaña 2024-2025
Hasta dentro de unas semanas no se sabrá si la campaña que ahora empieza será mejor que la última. La previsión es que sí, porque la que acaba de concluir ha sido la peor del último siglo. Sin embargo, para volver a la normalidad aún toca esperar.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, aseguró hace unos días que será a mediados de octubre cuando se tengan los primeros datos de aforo, de cómo va a ser esta cosecha. Esta lunes, el secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Miranda, concretó algo más y aseguró que “las lluvias de finales de mayo y septiembre nos hacen prever que vamos a tener más cosecha”. También, pese a que aún no hay datos oficiales, los que manejan las cooperativas apuntan a que se alcanzarán las 737.000 toneladas. De conseguirse serán cerca de 100.000 toneladas más que en la 2022-2023.
Sin embargo, los almacenes están más vacíos que hace 12 meses. “El aceite de enlace está en el nivel más bajo desde 2015”, afirmó Miranda en unas jornadas organizadas por el periódico El Economista. Una reserva que es un 50% más baja que hace un año, lo que va a dificultar que los precios en el punto de venta se reduzcan de forma significativa e inmediata.
“La oferta no es capaz de atender la demanda”, argumentó. De ahí que las “tensiones” vayan “a continuar un año más”. “Cuando sepamos la cosecha 2024-2025, si se recupera lo acostumbrado, a lo mejor la situación cambiará”, concluyó. Una normalidad que reflejaría una cosecha aceitera más cerca del millón de toneladas que las 660.000 de la última campaña.
Previsiones en Italia, a la baja
Mientras España está a la espera de que, en unos días se sepan los primeros datos de aforo, en Italia las previsiones tampoco son excesivamente optimistas.
En el segundo productor de aceite de oliva de Europa y del mundo, tras España, los cálculos apuntan a un cosecha un 50% menor en los cultivos del centro del país y un 10% inferior en el sur de Italia, según los datos publicados por el periódico Il Sole 24 Ore.
Y los precios en la gran distribución en Italia son muy similares a los de España. En Conad, la principal cadena de súper -que representa cerca del 15% del mercado- un litro de aceite de oliva virgen extra, de marca blanca, roza los 8 euros. Si es de enseña del fabricante (por ejemplo, Farchioni) llega a 9 euros, según su página web.
En Carrefour Italia, la marca Carapelli -una de las marcas transalpinas del grupo español Deoleo- el litro de aceite de oliva virgen extra también supera los 8 euros.