Los presidentes ejecutivos del Ibex ganan 209 veces más que un trabajador medio en España
La brecha entre lo que ganan los presidentes ejecutivos de las empresas del Ibex 35 y el salario medio bruto de los españoles rompe todos los techos, según se desprende de los datos de la última Encuesta Anual de Estructura Salarial publicada el pasado viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y correspondiente a 2017.
Esa encuesta cubre un año (2017) en el que los máximos responsables del Ibex se embolsaron, de media, 4,943 millones de euros brutos por cabeza, un 28% más, de acuerdo con el último Informe Anual de Remuneraciones de los Consejeros de las Cotizadas publicado en octubre pasado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El sueldo de un presidente ejecutivo del Ibex multiplica por 207 el salario medio bruto anual por trabajador, que en 2017 alcanzó los 23.646,5 euros, un 2,1% más, según la citada encuesta del INE. Si se compara con el salario más frecuente en 2017 (17.482 euros), la diferencia se dispara hasta las 282 veces.
Esos 4,943 millones de sueldo (que equivalen a casi 412.000 euros brutos al mes) significan que los presidentes ejecutivos del Ibex solo necesitan trabajar 1,74 días al año para igualar las ganancias anuales de un trabajador promedio en España.
En 2017, el presidente del Ibex que más cobró fue Pablo Isla, primer ejecutivo de Inditex, con una retribución total de 10,7 millones (452 veces el sueldo de un empleado medio en España), seguido por José Manuel Entrecanales, de Acciona (10,4 millones) y José Ignacio Sánchez Galán, de Iberdrola, (9,4 millones).
En ese ejercicio, los presidentes del Ibex vieron mejorados sus emolumentos por encima de la evolución de sus compañías, gracias en parte al vencimiento de planes de acciones en dos de ellas (Acciona e Indra), según la CNMV. En cualquier caso, el beneficio de las empresas del Ibex creció un 16% durante el periodo, hasta 43.485 millones.
La serie que recoge la CNMV para los presidentes ejecutivos solo abarca hasta 2013 y no recoge los años previos a la crisis que estalló en 2009. Pero se trata de una brecha sin precedentes en ese lustro.
El desfase también es inédito si se compara el sueldo de un trabajador medio con lo que se embolsan los consejeros ejecutivos del Ibex (presidentes y consejeros delegados), para los que existen datos históricos anteriores. En 2017, estos vocales también alcanzaron una remuneración récord de 3,109 millones (un 12% más), lo que implica que la brecha con respecto a un trabajador medio fue de 131,4 veces, más que nunca hasta ahora.
En este caso, la CNMV recopila esos datos desde 2004. En la Encuesta de Estructura Salarial de ese ejercicio, el INE cifraba la ganancia media por trabajador (con una metodología ligeramente diferente a la actual) en 18.310,11 euros por persona. Eso implicaba una diferencia de 74,8 veces con respecto a lo que entonces cobraban los consejeros ejecutivos del Ibex. Entonces, recibían de media 1,371 millones al año por cabeza.
Los datos muestran que la brecha, que obviamente no es exclusiva de España, es estructural y se ha ahondado en el tiempo. En la última década, el sueldo medio de un trabajador en España ha crecido un 8%, según el INE, mientras que el de un consejero ejecutivo ha crecido un 40,9%, según la CNMV. Así, en 2008 (año previo al estallido de la crisis) un consejero ejecutivo del Ibex cobraba 100 veces más que un asalariado medio, frente a las citadas 131,4 veces de 2017.
Si se compara el sueldo medio anual bruto de los asalariados españoles con el promedio de los consejeros del Ibex (de todas las tipologías: ejecutivos, dominicales, independientes), el resultado es un sueldo 28,7 veces superior para esos vocales, que en 2017 encadenaron cuatro años de incrementos ininterrumpidos y cobraron de media la cifra récord de 680.000 euros, un 5,6% más que en 2016.
Cabe recordar que la dedicación de los consejeros no ejecutivos, como los independientes y los dominicales (que representan a los accionistas) es muy inferior a la de un asalariado medio si se atiende al número de horas que exigen esos puestos.