La previsión del Gobierno de un crecimiento del 7% se derrumba y el 'tijeretazo' será de hasta 3 puntos
El presidente Pedro Sánchez reconoció este lunes que el Gobierno revisará a la baja la previsión para el crecimiento del PIB en 2022 por la guerra en Ucrania y su impacto en los precios de la energía y en los bienes no elaborados (materias primas industriales o alimentos). Exactamente, el Ejecutivo presentará la actualización del cuadro macroeconómico en el Consejo de Ministros del próximo martes 26 de abril. Las expectativas conocidas hasta ahora establecen un rango de referencia que va desde el 4,1% de BBVA Research hasta el más optimista 4,5% del Banco de España.
El tijeretazo del Gobierno podría acercarse entonces a los 3 puntos, desde el 7% en que situó su previsión en septiembre de 2021. Este cuadro macroeconómico será en el que se base el programa de estabilidad que España tiene que enviar a la Unión Europea antes de que finalice abril.
La hipótesis sobre la que construyó la estimación anterior se ha derrumbado por completo, aunque distintas fuentes apuntan a que el nuevo cuadro macro seguirá siendo una de las visiones más positivas respecto a la actividad económica del país en el actual contexto de absoluta incertidumbre.
En septiembre del año pasado, el Ejecutivo contaba con un petróleo a 60 dólares por barril de media en 2022. En lo que va de año, el promedio del crudo roza los 100 dólares, un 64% más caro. Este desfase es crucial debido a que el petróleo supone casi un 10% del total de las importaciones de España. En concreto, la factura de crudo en 2021 fue de 33.696 millones de euros. Este ejercicio será mucho más alta.
El Banco de España calcula que un encarecimiento del 10% del petróleo durante un año resta 0,15 puntos al crecimiento económico. Y el equipo de analistas de BBVA Research admite que en su escenario central (4,1% de incremento del PIB) “se evitan significativas escaladas adicionales de las sanciones y cortes de flujos de gas/petróleo entre Rusia y la Unión Europea”. Sin embargo, es difícil descartar ninguna de las dos situaciones.
Respecto al gas, que supuso en 2021 casi un 3% de las importaciones totales de España, “se espera que el precio sea históricamente elevado y que afecte al gasto en electricidad, incluso si la Comisión Europea aprueba la propuesta de los gobiernos español y portugués de limitarlo”, advierte BBVA Research. Las estimaciones de la firma de análisis del banco apuntan a que el impacto del mayor precio del gas restará 0,5 puntos al PIB de 2022.
El centro de análisis Funcas basa su previsión de crecimiento del 4,2% a que el precio del petróleo llegue a 110 dólares por barril de media y del gas, a 90 euros por MWh. La “excepción ibérica” pretende limitar este último a 30 euros, lo que tanto Ejecutivo como analistas consideran que reduciría drásticamente la factura de la luz y la inflación en general, que en marzo aceleró al 9,8%, según el IPC (Índice de precios de consumo). Un récord desde 1985.
“El principal riesgo al crecimiento proviene de la inflación, por su impacto sobre la capacidad real de gasto de los hogares, márgenes empresariales [capacidad de obtener beneficios de los ingresos] y sobre el sector exterior”, señala el equipo de analistas de Bankinter.
“Todas las previsiones plantean una inflación elevada, pero no así en 2023”, defendió Pedro Sánchez este lunes. “Esperemos que sea un alza suficientemente coyuntural para que no veamos en los próximo años una inflación relevante”, continuó, y llegó a predecir que entre 2022 y 2023 se producirá una “bajada abrupta” de 2 puntos.
Funcas ve en el 6,8% de media el IPC en 2022, el Banco de España en el 7,5% y la Autoridad independiente de responsabilidad fiscal (AIReF) en el 6,2%. Eso, sin incluir el tope a la generación de electricidad con gas para bajar la factura de luz, pendiente de aprobación. Aunque esas proyecciones tampoco tienen en cuenta un temido corte de suministro energético desde Rusia.
El Gobierno aprobó recientemente un Plan de choque para paliar los daños de la inflación, con un descuento de 20 céntimos por litro a los carburantes hasta junio como una de las medidas más importantes. El conjunto de medidas restará un punto porcentual al IPC en el año, que habría tocado techo en marzo, según las mismas estimaciones.
Deuda más cara
Dentro de la hipótesis de septiembre de 2021, el Gobierno preveía un tipo de interés de referencia, el que se exige al bono a 10 años en el mercado secundario, del 0,9%. A 18 de abril, ya alcanza el 1,1% de media en 2022, lo que automáticamente eleva la factura de intereses de la deuda pública, que en los últimos años había caído a mínimos, hasta suponer apenas un 2% del PIB pese al sobreendeudamiento histórico de casi el 120%.
Estas condiciones inmejorables de financiación se deben a las extraordinarias medidas del Banco Central Europeo (BCE) como respuesta a la pandemia de coronavirus. Un apoyo que se ha traducido en una liquidez en máximos en los mercados financieros, con la que buscaba evitar una crisis financiera como la de 2008, que ya está retirando para dejar de alimentar la inflación.
Otra diferencia crucial respecto a la hipótesis que sustentó el último cuadro macroeconómico del Gobierno, sobre el que realizó los Presupuestos Generales del Estado, es la expectativa de crecimiento de la eurozona. El Ministerio de Asuntos Económicos contaba con un incremento de la actividad económica del 4,6% en el conjunto del club de la moneda común. La última previsión del BCE se queda en el 3,7% en su escenario central, y se hunde en el 2,3% en “el más severo”, con un inflación del 7,1% de media en el año.
En la obsoleta previsión del 7% de crecimiento del Ejecutivo, precisamente el sector exterior junto al consumo privado y a la inversión empresarial (donde actúan los fondos europeos) eran claves. Y así lo seguirán siendo en la medida que encajen el golpe de la guerra.
Importancia del consumo
Los distintos análisis coinciden en que las familias cuentan con el exceso de ahorro acumulado en la pandemia para compensar parte del impacto de la inflación, mientras que, por otra parte, se espera que la negociación sobre un pacto de rentas reparta el golpe entre empresas y trabajadores.
Respecto a la revalorización de las pensiones, Pedro Sánchez dijo este lunes “que se producirá conforme al IPC como se estableció por ley, tumbando la reforma que acometió hace años el PP”, pero los sueldos de los funcionarios los deja en manos del “pacto de rentas” que negocian patronal y sindicatos y que está por ahora congelado por la distancia entre las partes.
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