El PSOE ha puesto en marcha su segunda campaña de microcréditos de cara a las elecciones del 10 de noviembre. Como ya hiciera en los comicios de abril, el partido solicita a particulares pequeños préstamos de hasta 10.000 euros a devolver una vez haya percibido la subvención electoral correspondiente, que depende de los escaños que obtengan.
La de los microcréditos es una fórmula por la que también han optado partidos como Podemos —que lleva 1,4 millones recaudados esta campaña— o Más País —que, por el momento, solo ha acumulado 108.000 euros. La diferencia es que el PSOE ofrece un interés a quien le preste dinero: en abril este fue del 2% anual y ahora, para noviembre, alcanza el 2,5%. Es decir: dejando dinero al PSOE no solo se apoya económicamente su campaña, sino que el ciudadano también se lleva una rentabilidad.
La noticia del 2,5% TAE del PSOE, avanzada por El Mundo, ha sorprendido a mucha gente, puesto que es un tipo de interés muy superior al que actualmente ofrecen los bancos. Un depósito a plazo hasta un año se remunera ahora mismo con entre el 0,03% y el 0,04% anual, según los datos que publica el Banco de España. Si el depósito es a más de dos años, el porcentaje sube solo hasta 0,11% anual (dato de agosto, último publicado). Con los tipos de interés por los suelos, este 'producto financiero' del PSOE resulta hasta una buena inversión.
¿Cómo devuelve el partido el dinero? La devolución se ejecuta cuando recibe “al menos, el 90% de las subvenciones correspondientes por los resultados electorales obtenidos” el 10N. Podemos y Más País también devuelven el dinero en ese periodo. En caso de batacazo electoral, si recibe menos subvenciones de lo previsto y no le da para devolver todos los microcréditos, el plazo de devolución será de 12 meses, indican los socialistas en sus condiciones.
La ley electoral recoge en su artículo 130 que se consideran gastos electorales partidas como la confección de sobres y papeletas, el alquiler de locales para actos o la propaganda. También incluye los intereses de los créditos recibidos para la campaña electoral, devengados hasta la fecha de percepción de la subvención. Esto quiere decir que los intereses que ofrece el PSOE a sus prestamistas particulares se pagarán con el dinero público que reciba tras las elecciones. A partir de ese día, los intereses generados no se consideran gasto electoral y no pueden pagarse con subvención.
El BOE ha publicado recientemente las cuantías de la subvenciones, que el 10N ascenderán a 14.817,35 euros por escaño, 0,57 euros por voto al Congreso y 0,22 euros por voto en el Senado. En este sentido, el partido tendrá que medir los préstamos que acepta porque luego tendrá que devolverlos. Los bancos, tradicionales financiadores de los partidos, calculan el riesgo de prestarles dinero con datos de encuestas.
Conflicto de intereses
Fuentes jurídicas consideran que un prestamista particular intentará mitigar el riesgo con su propio voto, puesto que existe “cierta lógica” en que para que el partido pueda devolver el dinero necesite escaños y cobrar la subvención. Esto generaría un conflicto de intereses, al haber relación directa entre el beneficio económico personal y la decisión de voto. “Imaginemos que en lugar de un 2,5% ofrecen un 50%. Cualquier inversor protege su inversión, así que resulta lógico que votes lo que financias”, ejemplifican. “Por otro lado, si un partido tiene más músculo, podría entrar en una guerra de precios de financiación contra otros partidos. Sería competencia desleal: si me financias a mí y no al PP, te doy un 40% TAE”. Otras fuentes consideran que el interés y máximo de aportación es suficientemente bajo como para que alguien decida prestar dinero solo por que se lo devuelvan con un 2,5% TAE.
Desde el Tribunal de Cuentas, el órgano que fiscaliza la financiación de los partidos, indican que los microcréditos tienen encaje tanto en la Ley de Financiación de Partidos como en la Ley del Régimen Electoral, pero no ofrecen respuesta a este posible conflicto de intereses. El Tribunal recomendó su regulación en el informe de fiscalización tras las elecciones de 2015 e hizo referencia a ellos en una instrucción previa a las de abril de 2019, donde estableció reglas relativas a la identificación de los aportantes y el importe.
El tipo que cobran los bancos a los partidos cuando les prestan dinero en campaña también sale del dinero público. ¿A cuánto asciende? Depende del préstamo. En las cuentas del PSOE de 2018 aparecen varios créditos electorales no vencidos que oscilan entre el 1% y el 3,65% TAE. Por eso Podemos, partido pionero en este tipo de recaudación, se opone a la financiación bancaria.
En la última campaña electoral, el PSOE recaudó 2.410.000 euros de financiación a través de microcréditos, “un importe superior al otorgado por cualquiera de las entidades financiadoras”, que aportaron entre más de mil personas. Los datos de quién presta este dinero son confidenciales. Según indican sus condiciones, solo se le comunicarán a las entidades fiscalizadoras en caso de que estas instituciones lo exijan.