Desde octubre pasado, el Instituto Nacional de Estadística (INE) tiene en cuenta la prostitución a la hora de calcular el PIB español. El cambio de medición -que incluía otras variables nuevas, como las drogas o una nueva metodología para cuantificar la I+D+i estuvo rodeado de polémica: muchas voces cuestionaron la inclusión de esa actividad en el cómputo de la riqueza nacional.
El grupo parlamentario socialista ha presentado recientemente en el Congreso una Proposición no de Ley (PNL) para que no se contabilice la prostitución en el PIB de los estados miembros de la UE (la decisión se adoptó en todos tras una directiva europea) y que, sin embargo, las tareas de cuidado no remuneradas se cuantifiquen y tengan cabida en ese indicador.
El Sistema Europeo de Cuentas (SEC) pide desde hace años a los países miembros que tengan en cuenta en sus estadísticas las operaciones como las que proceden de las drogas o la prostitución. El PSOE se opone y asegura que no es comprensible que la prostitución se incorpore al PIB de los países de Unión Europea, no solo porque su cuantificación es difícil, sino porque puede “entroncar” con el crimen que supone comercializar seres humanos.
“No podemos soslayar el hecho de la difícil delimitación entre la prostitución coactiva y el delito de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, en donde, y en alto porcentaje, confluyen el crimen organizado, la violencia, la intimidación, la coacción, la amenaza, y en todos los casos la violencia de género. Crímenes respecto de los que en el ámbito de la Unión Europea se han adoptado importantes instrumentos para su persecución (...)”, dicen.
En su Proposición no de Ley, el PSOE incluye el argumento que el Instituto Nacional de Estadística Francés ha utilizado para delimitar la contribución de la prostitución en el PIB: solo ha contabilizado las agencias de acompañantes y las prostitutas autónomas. “La prostitución de calle es una actividad ejercida muy mayoritariamente por personas extranjeras en situación irregular y obligadas, algo que contraviene incluso las reglas europeas”, dice el organismo francés, que defiende que en la prostitución, las transacciones “no se hacen por mutuo acuerdo y de forma innegable están fuera del perímetro de la contabilidad nacional”.
Incluir los cuidados
El grupo socialista propone, en cambio, contabilizar en el PIB “los bienes y servicios que son fruto del trabajo informal -el trabajo doméstico o el cuidado de terceros-, trabajo no remunerado realizado fundamentalmente por mujeres”. El PIB mide el valor de la actividad económica de un país, es decir, todo lo que supone un intercambio económico. Por eso, el primer paso sería otorgar un valor monetario a esos trabajos.
La diputada y secretaria de Igualdad de la Ejecutiva del PSOE, Carmen Montón, asegura que esa cuantificación es posible. “Se le puede dar un valor económico. Si no lo tiene, es porque no se lo otorgamos”, dice. El PSOE recoge un estudio del BBVA de 2012, según el cual si las cuentas nacionales cuantificaran el trabajo informal este equivaldría al 50% del PIB.
Montón subraya que incluir en las cuentas nacionales estos trabajos sí supondría un impulso real a la economía. Estas actividades “son imprescindibles para sostener la sociedad. España podría apostar por ello y defenderlo ante la Unión Europea. Proponemos un cambio de filosofía, una economía de la igualdad, justa”, reivindica.
416.188 millones de euros al año
Un reciente estudio de UGT ha cifrado el valor económico de las “actividades productivas no de mercado”. El sindicato utiliza para sus cálculos la última encuesta de Empleo del Tiempo (que corresponde a los años 2009 y 2010) y los datos de salarios del INE. Según el informe, los hogares españoles dedicaron 52.682 millones de horas en actividades productivas no retribuidas. El 67,2% de esas horas (35.389) fueron desempeñadas por mujeres. Si se tiene en cuenta que el salario bruto medio anual por trabajador en 2010 fue de 22.790,20 euros, el salario medio por hora a jornada completa sería de 7,9 euros.
UGT calcula, por tanto, que las horas invertidas en trabajo no remunerado por los hogares equivaldrían a 416.188 millones de euros en un año, de los que 279.573 millones corresponde a trabajo desempeñado por mujeres.
Las cuentas del sindicato señalan que estas horas equivaldrían a unos 12,2 millones de empleos a tiempo completo o a 9,3 millones, si contemplan no solo los costes salariales que implicarían esos trabajos sino también los costes de Seguridad Social. “Hacer visible y cuantificar tanto el trabajo productivo no retribuido de las mujeres, como el que dejan de percibir por el retribuido, sirve para obtener la aportación que las mujeres hacen gratuitamente al PIB de nuestra economía”, dice UGT.