El gasto público se dispara en el primer trimestre después de la inexplicable caída al cierre de 2013

En el primer trimestre del año, el Estado español gastó al mayor ritmo desde 1995. Este chocante dato añade otro indicio al hecho de que en los últimos tres meses de 2013, Hacienda hizo un tajo artificial al gasto público para que le cuadraran las cuentas del déficit en el ejercicio.

Las cifras son estas. En los últimos tres meses de 2013, el gasto público cayó un drástico y brusco 3,9% sobre los meses de verano. Este recorte inesperado, también el tajo más abultado en datos históricos, levantó muchas sospechas entre economistas. Principalmente porque precisamente en este trimestre, el Estado hace uno de sus desembolsos extraordinarios más importantes: la paga extra de los funcionarios. Un recorte del 3,9% era difícilmente compatible con un gasto extra de 5.000 millones de euros en este tipo de nóminas.

Así las cosas, los economistas advirtieron de un posible trasvase del gasto público desde estos últimos tres meses al primer trimestre de 2014.

Hasta hoy no se habían dado a conocer los datos de gasto público en contabilidad nacional (como los computa el INE para calcular el PIB) y el dato no hace sino confirmar lo que apuntaban los expertos. La subida del gasto público en los tres primeros meses del año ha sido del 4,4% frente al otoño de 2013. En términos interanuales, el gasto público se habría prácticamente congelado, cuando el Ejecutivo asegura que implementó todo tipo de medidas de ahorro en el ejercicio anterior. Es decir, después de haber hecho todo tipo de recortes, este año se habría gastado prácticamente lo mismo que el anterior.

El gasto público obra su pequeño milagro y además de ayudar a cuadrar el déficit en 2013, que el Gobierno de España solo incumplió por apenas algo más de una décima -en el 6,62%- cuando la evolución del gasto público hacía pensar que era imposible, insufla a la economía un pequeño balón de oxígeno. El resultado: a mayor gasto público un tímido crecimiento de cuatro décimas en el primer trimestre del año. Esta partida -la del gasto público- contribuye en casi un 20% a la economía nacional.

Según los cálculos de Flor de Lemus, el servicio de estudios de la Universidad Carlos III, calcula que sin esta sorprendente aportación del gasto público, el PIB habría caído cuatro décimas (en lugar de subir cuatro ya que contribuye con nada menos que 8 décimas).

Un crecimiento por los pelos

Aunque cuatro décimas parece una subida pírrica, es la mayor desde el inicio de la crisis. La subida se apoya, fundamentalmente, en este gasto público y también en el privado, que según el INE subió un 0,4% en los tres primeros meses del año, tal y como ya se había anunciado. El crecimiento interanual supone un 0,5%. Este apoyo de la demanda ha logrado raspar esas décimas en el primer trimestre, frente a una nueva caída de la inversión, que llevaba dos trimestres al alza, y de las exportaciones.

Las ventas al exterior, uno de los principales asideros a los que se agarra el Ejecutivo para hablar de una posible remontada a la economía, se redujeron en el primer trimestre del año en un 0,4%. Las importaciones subieron además un 1,5%.

También son preocupantes los datos por sectores. Así, la actividad en la industria y la construcción cayó en el primer trimestre. El sector servicios, el que más pesa en el PIB, se estancó y solo subió con vigor la agricultura que mejoró un 3,2%.

Precisamente, los datos que arroja la construcción no son de un sector que haya tocado fondo. La inversión relacionada con el ladrillo es la que lastró todo el capítulo de formación bruta de capital, con una caída del 3,3%. La actividad total del sector disminuyó otro 2,6% (después de ocho años de contracción) y el empleo se redujo en otro 9% (este último dato en términos interanuales). Estos datos contrastan con las noticias durante estos mismos meses de que se ha empezado a recuperar el mercado de la vivienda, con abundantes compras de los fondos buitre de carteras de viviendas en España.

En línea con lo previsto, el INE dice que se destruyó un 0,3% del empleo frente al mismo trimestre de inicio de 2013. Aunque la construcción sigue siendo el sector que más empleos destruye, y ya encadena más de siete años, la industria cae con fuerza, con una reducción de la plantilla del 3,2% anual. Además, los costes laborales unitarios, esto es, lo que cuesta un trabajador cayeron un 0,9% aunque la remuneración por empleado solo se contrajo otro 0,1%.