ENTREVISTA Director general de la Mutualidad de la Abogacía

Rafael Navas: “La pasarela a la Seguridad Social para los abogados mutualistas no puede ser gratis”

Elena Herrera

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Una pequeña rebelión de togas recorre desde hace un año el sector de la abogacía. Son letrados que, en su día, confiaron sus futuras pensiones a una entidad privada y que cuando les ha llegado la hora de jubilarse dicen haberse encontrado con pensiones indignas. Sus miradas se dirigen al sistema público, al que piden poder acceder a través de una especie de “pasarela” que les permita llevarse sus ahorros a la caja común; pero también a la aseguradora, a quien acusan de falta de transparencia. 

El director general de la Mutualidad de la Abogacía, Rafael Navas, recibe a elDiario.es en el flamante edificio que la compañía acaba de inaugurar en la calle Francisco Silvela de Madrid. Navas insiste en que desde 2005 los mutualistas “tienen plena información trimestral de su situación”. Además, afirma que no está en contra del traspaso de ahorros al régimen público que ha propuesto el Gobierno para determinados supuestos, pero siempre que no afecte a quienes quieran quedarse. Y aunque confirma que la Mutualidad no penalizará a quienes se marchen, cree que esa transición “no puede ser gratis” porque la aportación global a la Mutualidad es menor a la que habrían realizado en el régimen de autónomos en el mismo período.

Los mutualistas alternativos llevan movilizándose un año en reclamación de pensiones dignas. Dicen que se sienten engañados tras constatar que sus pensiones, en muchos casos apenas 400 euros al mes, por debajo incluso de las pensiones no contributivas. ¿Considera que la Mutualidad tiene alguna responsabilidad?

Ha calado el tema de las pensiones de 300 o 400 euros, pero esto no es verdad. No es que la mayoría de los [mutualistas] alternativos tengan 300 o 400 euros. Hay un colectivo muy pequeño, de en torno a 2.500, que ha aportado muy poco a la Mutualidad a lo largo de los años o ha tenido lagunas en sus aportaciones y que pueden estar por debajo de los 500 euros. Nuestro sistema se basa en tener un capital adecuado y poder decidir de qué forma te lo puedes llevar. Una de las formas es mediante renta vitalicia. En la Seguridad Social si pagas poco, también tienes poco y también pensiones bajas. No todo el mundo accede a la pensión mínima, aunque es cierto que hay algunos complementos. Siempre hemos incitado a los mutualistas a que mejoren sus aportaciones. 

Pero los afectados sostienen que la Mutualidad no informó lo suficiente sobre los riesgos de hacer aportaciones para la jubilación en la Mutualidad, en lugar de hacerlo a través de la Seguridad Social.

Estamos hablando de un colectivo que son abogados. Siempre se puede mejorar la comunicación, no voy a decir que hayamos sido perfectos. Pero creo que ha habido información suficiente. Todo viene de la transformación de 2005: antes teníamos un sistema donde había una prestación definida, que eran 600 euros; y —obligados por la normativa aseguradora— pasamos a un sistema donde se hacen aportaciones y con los rendimientos se llega a un capital. Esa transformación se comunicó de manera individual a cada mutualista, hubo reuniones en los 83 colegios de España… y desde entonces se informa a cada mutualista de su situación de forma trimestral. Antes de ese año no hacía falta tanta información porque sabían que tenían garantizada una pensión que era fija.  

Entonces, ¿por qué insisten en que no sabían cuál era el dinero que iban a recibir?

Ya le digo que desde 2005 los mutualistas tienen plena información trimestral de su situación, de lo que van a llegar a tener con las cuotas actuales, más la rentabilidad que la Mutualidad es capaz de gestionar, menos los gastos de administración y las coberturas de riesgos. Con eso se llega a un capital que se diseña cada uno en función de los mínimos que hay que pagar. Puede haber mutualistas que no hayan accedido a estos informes pero, en líneas generales, la información ha estado ahí. 

Uno de los elementos de los que más presume la Mutualidad es la rentabilidad que ofrece. Sin embargo, mutualistas aseguran que las primas fijas de coberturas (por fallecimiento o incapacidades, por ejemplo), así como los gastos de gestión y los impuestos se comen casi toda la rentabilidad. ¿Qué diría ante eso?

No, no es así. En las cuotas de la Mutualidad hay una parte que es de ahorro y hay otra parte que es de riesgo, que son las que cubren estas contingencias. Si se pagan las cuotas religiosamente, las primas fijas no se comen la rentabilidad. Pero puede pasar que se dejen de pagar cuotas [porque se decide ir al RETA, por ejemplo] pero se sigan manteniendo las cobertura de riesgo. En ese caso, éstas se deducen del saldo total. Pero también hay que tener en cuenta que si se produce una invalidez, ese mutualista va a tener acceso a una renta de 1.200 euros al mes hasta el fallecimiento. Esto es el funcionamiento de los seguros. 

¿En qué invierten para lograr esa rentabilidad? 

Nuestra política de inversión es muy prudente. Entre el 80 al 82% es en renta fija. En renta variable y fondos no podemos tener más de un 10% de la inversión total, podríamos llegar a 1.000 millones sobre los 10.200 millones de ahorro gestionado. Ahora mismo creo que hay entre un 5 y un 6% de inversiones en renta variable y luego la parte de liquidez, depósitos, tesorería… Y, como hay que diversificar, también un porcentaje en inmobiliario. 

Le pregunto esto porque hay mutualistas que sostienen que con el dinero de las aportaciones se han hecho inversiones ruinosas… 

Cualquier inversión tiene un riesgo. Intentamos acertar siempre, pero tampoco somos adivinos. En relación al Banco Popular, que es la pérdida más sonada, se hizo un ejercicio de transparencia: se comunicó en la Asamblea y se envió una carta a cada mutualista. Creo que fuimos los únicos que le dimos publicidad. Fue algo sobrevenido. Es cierto que nosotros teníamos 54 millones invertidos, pero esto era menos del 1% de nuestros activos. Esto lo único que representó fue que en el año 2017 en vez de dar una rentabilidad del 5%, la dimos del 4,5%. Tenemos un departamento de riesgos que mide cada inversión que hacemos, aunque estamos sujetos a que, en algún momento, alguna de las inversiones que hacemos pueda quebrar, pero no es lo racional. Hay otras inversiones que nos salen felices y tampoco vamos sacando pecho. 

Tras meses de protestas, el Gobierno está dispuesto a permitir a los mutualistas inscritos antes de antes de 2005 pasar sus cotizaciones al régimen de autónomos, siempre que acrediten estar en una situación de vulnerabilidad. ¿Qué valoración hace? 

La Mutualidad no ha estado en contra nunca de la pasarela mientras no afecte a los mutualistas que se quieran quedar, tanto alternativos como los complementarios. Somos 210.000 mutualistas, de los que 60.000 son alternativos. Y de estos no todos se quieren ir al régimen público. Están pidiendo una pasarela individual y voluntaria. Cada uno tiene que valorar si le interesa irse o no irse. Sólo la ministra sabe qué es eso que llama vulnerabilidad. No lo ha especificado y tampoco ha tenido la delicadeza de reunirse con nosotros, que sí nos hemos reunidos con el secretario de Estado. Pero esto han sido declaraciones unilaterales, no las conocíamos ni se habían consensuado. 

¿Echan de menos que hubiera habido una negociación?

Nos hubiera gustado que si alguien va a declarar cuestiones que pueden afectar a la Mutualidad nos hubiera notificado por dónde van a ir los tiros. Hasta ahora simplemente hay manifestaciones de la ministra, pero tiene que haber un desarrollo reglamentario o legal, que tiene pasar por Las Cortes y ya veremos en qué queda. Estamos a lo que dicte la Seguridad Social, no estamos en contra porque no afecta económicamente a la Mutualidad.

¿Se plantea algún tipo de penalización por llevarse el dinero acumulado hacia esta especie de pasarela? 

No me quiero pronunciar porque luego puede pasar lo que pase pero, evidentemente, gratis no puede ser. Me imagino que la Seguridad Social ya tiene un déficit hecho y hará los cálculos necesarios para hacer una equivalencia de años con el dinero que pueden mover. O no sé si al final conseguirán —que es lo que están reclamando— que los mismos años cotizados en la Mutualidad se lleven al RETA. Bien es cierto que lo que han cotizado en la Mutualidad está muy por debajo de lo que hubieran cotizado en el régimen de autónomos para que le reconozcan estos años. ¿Quién va a pagar eso? La Mutualidad no puede pagarlo. La Mutualidad no tiene dinero, el dinero es de los mutualistas. Y aquí cada uno podrá irse al RETA con el saldo individual que tiene, nada más. 

¿Pero les penalizarán por llevárselo?

No, no. El que tenga 70.000 euros ahorrados, pues pasarán al RETA. ¿En qué momento? Eso tiene que negociarlo la Mutualidad con la Seguridad Social. Al mutualista le dará igual, en eso no tiene que entrar. Una vez que decida ir al RETA, el dinero que hay en la Mutualidad dejará de ser de su propiedad y pasará a ser propiedad del Estado. Y la negociación sobre cuándo tiene que salir ese dinero la tendrá que hacer la Mutualidad.

¿Esa salida de capital puede poner en riesgo a la Mutualidad? 

No, en absoluto. Los alternativos tienen acumulados 3.500 millones de euros, frente a los 10.200 millones que gestionamos ahora mismo. Además, de las pocas conversaciones que hemos tenido con el secretario de Estado, parece que a la Seguridad Social le da igual cobrarlo de una sola vez que ir cobrándolo poco a poco. Al final, es un crédito que tiene a favor suyo contra la Mutualidad. Pero eso es una cuestión que habría que negociar y valorar con la Seguridad Social. 

¿Tiene una estimación de cuántas personas podrían optar por esa pasarela?

No. Para empezar porque no hay unas condiciones de pasarela. ¿De los 56.000 mutualistas alternativos cuántos van a entrar en los criterios de la Seguridad Social? Lo desconocemos. ¿Va a haber alguna penalización? Tampoco lo sabemos. Y tampoco es fácil tomar la decisión de traspasar algo que es tuyo a un sistema donde automáticamente pierdes la propiedad y pasas a tener derechos a futuro y donde, además, te pueden cambiar las reglas del juego. Aquí las condiciones están fijas y la ventaja es que el dinero es de cada mutualista. No dependemos de los demás mutualistas para que tú puedas recuperar tu dinero. Esa es la diferencia entre la Seguridad Social, que es un sistema de reparto donde dependes de una solidaridad intergeneracional; a hacerte tu propia hucha, que no depende de que entren más mutualistas o primas. 

Otra de las medidas es que, a partir de 2027, será obligatorio para los nuevos profesionales colegiados darse de alta en el RETA. Ustedes sostienen que eso supondrá un “recorte de derechos” para mutualistas y autónomos. ¿Por qué?

Hasta 1996, los profesionales liberales que tenían mutualidades no podían acceder al sistema público. La alternatividad se implantó entonces para darles la opción de elegir. Estamos en contra de esta decisión no porque nos haga daño económico a futuro, sino porque supone un recorte de libertades para los profesionales liberales que quieran optar por un sistema privado. Es una merma de derechos, pues el paso al sistema público siempre ha estado abierto. 

Pero les quitará parte del negocio. ¿Por qué dice que no les causará un perjuicio económico?

Emprender por cuenta propia cualquier profesión liberal es complicadísimo. En las grandes ciudades los grandes despachos asumen el 90 o el 95% de los egresados. Aunque se sigue manteniendo más en pequeñas poblaciones, el tema de la alternatividad va a menos y es algo que ya estaba contemplado en nuestro plan estratégico. Cada día entran muchos menos mutualistas alternativos, es algo que se debe a las circunstancias del mercado laboral. Yo llevo aquí 33 años y había años que entraban hasta 12.000, mientras que este año han entrado 1.200. Desde el punto de vista económico no hace daño a la Mutualidad porque llevamos años haciendo los deberes, ya tenemos 130.000 mutualistas que esto lo tienen como sistema de ahorro complementario. 

¿No cree que al final todo esto pone en duda el sistema de pensiones privadas?

Es una forma de elección. A mi me hubiera gustado que me hubieran dejado administrar los fondos que han puesto las empresas en las que he trabajado y los que he aportado yo. No sé qué pensión hubiera tenido al final, me podría haber equivocado. Tampoco nos podemos quejar de la Seguridad Social, que es el sistema que tenemos y es bueno. Pero creo que estas profesionales liberales no tienen por qué perder la posibilidad de elegir. Bien llevado, un sistema de capitalización individual con responsabilidad personal creo que tiene muchas más ventajas que la Seguridad Social.

¿Entonces por qué hay un colectivo de personas, como estos mutualistas alternativos, que ahora tienen pensiones tan precarias?

Esto mismo pasa en el RETA para aquel que ha pagado muy poco. Es que es así. Parece que en el sistema público todos tienen acceso a los 890 euros [la pensión mínima] y no es así. Hay autónomos que cobran 400, 500 o 600 euros dependiendo de lo que han aportado. De todas formas, hay que analizar si 700, 800 o 900 euros —ya sean en la Mutualidad o en el RETA— nos permiten vivir dignamente. Por eso hay que tener la responsabilidad de procurar tener un patrimonio detrás. 

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