Máximo en multas de la Inspección de Trabajo a raíz de su buzón anónimo de colaboración ciudadana. El cuerpo encargado de velar por la legalidad laboral impuso en un año casi 17 millones de euros en multas a empresas por las irregularidades detectadas en inspecciones tras los avisos a través del 'Buzón de la Inspección de Trabajo y de la Seguridad Social' (ITSS). Se trata del dato de 2022, el último publicado, y el más elevado registrado en los informes anuales hasta la fecha.
El Buzón de la ITSS, lanzado en 2013 como 'Buzón de Lucha contra el Fraude' y adaptado en 2018 al formato actual, supuso una nueva vía de comunicación de irregularidades totalmente anónima ante la Inspección de Trabajo.
Se sumó al procedimiento formal de denuncia, en el que el ciudadano se tiene que identificar ante la Inspección, aunque los inspectores tienen la obligación de guardar secreto sobre el origen de la investigación ante la empresa y mantener al denunciante en el anonimato. “La empresa no va a saber si vamos porque alguien ha denunciado o porque es una campaña, tenemos el deber de sigilo, la gente debe estar tranquila también cuando denuncia”, explica Mª José Díaz, portavoz de la Unión Progresista de Inspectores de Trabajo.
La novedad del Buzón de la ITSS radicó en que los ciudadanos pueden comunicar una infracción de la que tengan constancia desde el total anonimato. Es decir, no tienen que desvelar su nombre ni ningún dato personal. “Al tener el trabajador la certeza absoluta del anonimato, porque no ha dado ni su nombre, la gente denuncia más”, apunta Mª José Díaz.
Eso sí, si el aviso se realiza a través del buzón el ciudadano no recibe información a posteriori sobre las investigaciones de los inspectores ni pueden ser parte interesada del proceso, como sí sucede en las denuncias formales.
Un 87% más en multas y 3.500 infracciones
Las comunicaciones al Buzón de la ITSS dieron lugar a 10.223 inspecciones iniciadas en 2022, que derivaron en casi 26.000 actuaciones de los profesionales de la Inspección. Puede haber varias actuaciones en una misma inspección, por ejemplo en materia de alta a la Seguridad Social de trabajadores sin contrato, en relación al tiempo de trabajo por la falta de registros de jornada, y en prevención de riesgos laborales, por la carencia de medidas de seguridad.
“Lo que más se denuncia son temas de economía sumergida, como trabajadores que no están dados de alta, y también sobre tiempo de trabajo, como horas extra sin pagar”, explica de su experiencia como inspectora Mª José Díaz. Ubicada en Andalucía, afirma que también reciben “muchos avisos sobre el calor, tanto en el exterior como en interior”, detalla.
Gracias a la información del buzón, se detectaron 3.520 infracciones en 2022, muchas más que el año precedente (1.890). Los fraudes más numerosos corresponden a infracciones relacionadas con la Seguridad Social (2.234), seguidas de las que afectan a las relaciones laborales (1.084) y, en tercer lugar, las irregularidades en seguridad y salud de los trabajadores (172).
Debido a estas infracciones, la Inspección de Trabajo abrió expedientes sancionadores con multas por valor de casi 17 millones de euros (16,87 millones), que supone un 87% más respecto a los nueve millones de 2021. El dato es el más elevado de los registrados hasta la fecha, que no habían superado los 10 millones anuales en multas ningún año desde que se lanzó el buzón en 2013.
3.000 empleos aflorados, el doble del año anterior
Otro de los registros que mejoró mucho en 2022 es el de “empleo aflorado” gracias al buzón. Bajo este título se incluye el descubrimiento de trabajo que se mantenía en la economía sumergida. En total, 3.056 empleos aflorados, casi el doble que el año anterior (1.608).
Los avisos a través del buzón consisten en un breve formulario en el que se debe aportar datos sobre la empresa y se puede seleccionar entre varios tipos de fraude, como “trabajadores sin contrato y falsos autónomos”, “pago de cantidades que no figuran en nómina y no declaradas a la seguridad social (En ”B“)” y “trabajadores con contratos temporales irregulares”, entre otros.
Además, los ciudadanos pueden añadir un comentario para concretar la irregularidad detectada. Uno de los problemas de los avisos a través del Buzón es la falta de información o de concreción, que en ocasiones impide poder investigar el abuso denunciado. Por ejemplo, porque no se puede identificar con exactitud dónde se produce la irregularidad, “porque no ponen el centro de trabajo concreto en una gran empresa, con muchos centros”, explica la portavoz de UPIT.
Mientras que en la denuncia formal los inspectores pueden contactar al denunciante para ampliar la información o aclarar dudas, en este caso no es posible. No obstante, Mª José Díaz considera que el buzón está “ayudando” a la Inspección a que los fraudes salgan a la luz, porque ha aumentado el número de avisos que les llegan.