La reforma de pensiones de 2011 está perjudicando más a las mujeres: jubilaciones más bajas y más tardías
La reforma de las pensiones aprobada en 2011 por el Gobierno de Zapatero y que fue pactada con sindicatos y patronal está perjudicando más a las mujeres. Así lo concluye la Autoridad Fiscal Independiente (AIReF) en un informe sobre el impacto de la reforma en los nuevos pensionistas. El estudio muestra que esta reforma apenas está variando la edad media de jubilación de los hombres, pero sí está haciendo que las mujeres se retiren más tarde debido a que no cumplen los nuevos requisitos para hacerlo antes. Además, la merma en la pensión mensual también es mayor entre las mujeres que entre los hombres: ellas pierden cerca de 50 euros, ellos 46 euros.
Antes de la reforma, para cobrar una pensión de jubilación se requerían al menos 15 años cotizados a la Seguridad Social y que al menos dos de estos años estuvieran en el periodo anterior a la edad legal de jubilación. Una vez adquirido el derecho, la prestación recibida dependía de varios factores, como la base de cotización o el número de años cotizados (se necesitaban 35 para recibir el 100% de la pensión). Tras la reforma, aumenta la edad de jubilación de 65 a 67 años, el número de años para calcular la base de la pensión y los años cotizados necesarios para recibir el total de la prestación.
Los primeros efectos de esa reforma, dice la Airef, ya se están notando. Por un lado, que la reforma está haciendo que disminuyan las prestaciones y que esa merma aumenta conforme pasa el tiempo. Ese efecto es más intenso en las personas que se jubilan a edades más tempranas. Por otro, que la reforma ha hecho que las personas adelanten, cuando pueden, su jubilación, probablemente por el miedo a que las reformas les afecten más en el futuro. En uno y otro caso el impacto es distinto en mujeres y hombres: ellas salen más perjudicadas.
La reforma está teniendo un impacto económico: una merma de la pensión mensual que va comenzó en 2012 y que va aumentando año a año. En 2015, esa merma fue de unos 48,5 euros al mes. En el caso de las mujeres, sus pensiones pierden 50 euros al mes; en el de los hombres, 46 euros mensuales. La diferencia se debe a las distintas carreras de cotización de hombres y mujeres: las de ellas son más irregulares y discontinuas debido a los periodos dedicados al cuidado y al mayor impacto de los trabajos a tiempo parcial.
El impacto también se ve en la edad de jubilación. Antes de la entrada de la reforma, la mayoría de personas se jubilaban a los 65 años y 0 meses. En 2013, con la entrada de la reforma, el efecto es distinto en hombres y mujeres. “Mientras que los hombres no han modificado apenas su comportamiento y continúan jubilándose a los 65 años y 0 meses, con un desplazamiento muy leve, en las mujeres se observa que la reforma sí está produciendo el efecto de retrasar de manera marginal la edad de jubilación”, dice el informe.
Este diferencia se debe a la mayor presencia de “carreras laborales completas” en el caso masculino, lo que permite que se jubilen a los 65 años sin ningún tipo de penalización, mientras que en el caso femenino, hay más mujeres que no alcanzan los años de cotización requeridos y que tienen que esperar a la edad legal de jubilación para poder retirarse, que se retrasa unos tres meses más.
Esta evaluación es solo de los primeros años de la reforma, que seguirá desplegándose hasta 2027 y a la que, además, se añadirá la aprobada en 2013 y los posibles futuros cambios. Es decir, es previsible que estos efectos continúen y aumenten. Actualmente, las pensiones de jubilación de las mujeres son un 37% más bajas que las de los hombres.