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Renfe despidió a casi todas las mujeres trabajadoras del AVE a La Meca durante la pandemia

Pasajeros en un vagón del AVE a la meca (Archivo)

Analía Plaza

5 de septiembre de 2021 22:00 h

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El AVE a La Meca, la línea de alta velocidad operada por Renfe en Arabia Saudí, suspendió operaciones durante más de un año por el coronavirus. Estuvo parado del 15 de marzo de 2020 al 31 de marzo de 2021, cuando el servicio se reanudó. Las consecuencias son económicas, por el dinero que ha dejado de ingresar, tras los problemas del consorcio español que opera la infraestructura, que llegó a amenazar con retirar a su personal ante los impagos acumulados de su cliente, la empresa estatal saudí de ferrocarriles. Pero también hay efectos laborales. La plantilla de Renfe en el proyecto saudí disminuyó en 170 personas y la peor parte se la llevaron las mujeres, que pasaron de ser más de cien a apenas una veintena. La operadora española prescindió del 81% de su plantilla femenina, frente al 25% de despidos que hizo entre la masculina.

Así se desprende de la memoria de la empresa pública, dependiente del Ministerio de Transportes y publicada durante el mes de agosto. Renfe desglosa la composición de su plantilla por sexo, edad, categoría profesional, área de actividad, tipo de contrato y región: España, dividida en comunidades autónomas, y Arabia Saudí y Texas, que sumaron 277 empleados en 2020 y están agrupadas bajo un mismo epígrafe.

En Texas, donde Renfe forma parte de un consorcio privado para desarrollar la alta velocidad entre Dallas y Houston, solo hay siete empleados: seis hombres y una mujer, según datos facilitados a este periódico. Eso significa que en Arabia Saudí son 270 trabajadores, frente a los 440 (quitando los siete de Texas) que eran en 2019.

La composición por género de la plantilla ya era entonces desigual, con 340 hombres y 107 mujeres. Pero había mejorado desde los inicios del proyecto, cuando la propia Renfe destacó que entre los empleados solo había una mujer: Pilar Cutanda, la directora financiera, que en una entrevista en el blog corporativo habló de las “anécdotas” de vivir en Arabia Saudí, como la obligación de cubrirse todo el cuerpo y las dificultades para conducir sola.

En 2018 contrató a 77 mujeres de forma temporal. En julio de ese año entró en vigor la ley saudí que permitía a las mujeres conducir —hasta entonces, era el único país donde estaba prohibido—, uno de los motivos que habían impulsado la incorporación de la mujer al trabajo en los últimos años. Arabia Saudí ha sido durante décadas uno de los países con menor participación femenina en el mercado laboral, pero entre 2018 y 2020 la tasa aumentó considerablemente, del 20% al 33% según la ONG estadounidense Brookings.

Sin embargo, en el año del coronavirus Renfe despidió o no renovó a 84 hombres (el 25% del total) y a 86 mujeres (el 81%). A preguntas de elDiario.es, desde la empresa solo aclaran que “el descenso del empleo temporal es motivado por la pandemia y disminuye tanto en hombres como en mujeres”. No dan información sobre si el empleo femenino se ha recuperado o no.*



De acuerdo a la memoria anual, Renfe nunca ha tenido a ninguna mujer fija en Arabia Saudí (aunque Cutanda sigue como directora financiera). Según fuentes conocedoras de la plantilla, entre los fijos hay una mayoría de expatriados españoles y alrededor de 15 saudíes. Los empleados temporales son principalmente saudíes y trabajan como maquinistas y personal comercial, en la venta de billetes y la atención al cliente en trenes y estaciones.

Estas mismas fuentes señalan que en el AVE a La Meca no hay mujeres maquinistas. Así, con el servicio cerrado, la compañía prescindió del área comercial y redujo el empleo femenino, dejando la plantilla con la siguiente composición.



En España, Renfe no hizo ni despidos ni ERTE durante la pandemia. Sí tuvo un conflicto con los trabajadores subcontratados en logística y servicios a bordo. El contrato, adjudicado a Ferrovial y de cerca de 400 millones de euros por cinco años, acabó durante el confinamiento. Ferrovial quiso hacer un ERE, pero tras la presión social Renfe prorrogó este contrato y licitó uno nuevo, que se llevó la misma empresa. “Nos subrogamos todos y no hemos tenido despidos”, aclara una de las trabajadoras de esta subcontrata.

“Potenciar la diversidad de género”

Renfe, también en España, es una empresa muy masculina. A cierre de 2020 contaba con 14.416 trabajadores, de los cuales solo el 15,6% son mujeres. La representación es aún más reducida en los grupos de Conducción y Talleres y solo se acerca a la paridad en el departamento de Gestión. La brecha salarial media es del 2,2% pero se dispara hasta el 10% en la categoría de Dirección. Entre los motivos que usa para justificarse está la antigüedad, superior entre hombres, y las pocas mujeres que trabajan en “puestos de mano de obra directa”, mejor remunerados por el tipo de jornada, los desplazamientos y las primas de productividad.



La compañía tiene entre sus objetivos “reducir la edad media de la plantilla” e “incrementar la representación femenina”. En los últimos cuatro años, la plantilla española ha aumentado el número de mujeres trabajadoras y disminuido el de hombres. Ello se debe al elevado número de jubilaciones y “desvinculaciones voluntarias”, un programa de prejubilaciones al que los hombres se apuntan mucho más. Desde 2019 se han “desvinculado voluntariamente” 1.329 hombres y solo 32 mujeres.

Las cuentas del AVE a La Meca

La línea Haramain se vendió en su momento como un emblema de la ingeniería española en el extranjero, pero ha estado desde el principio marcada por los retrasos y los sobrecostes. Se encargaron doce empresas españolas agrupadas en un consorcio junto a otras dos sociedades saudíes: tres públicas (Renfe, Adif e Ineco) y nueve privadas (Talgo, Copasa, OHL, Copsa, Dimetronic, Indra, Consultrans e Imathia e Inabesa, de Abengoa). El rey emérito jugó un papel clave en la adjudicación. La fiscalía suiza sospecha, desde una investigación en 2018, que Juan Carlos I cobró una comisión millonaria por facilitar este contrato.

La demanda de la línea de alta velocidad fue hasta 2019 “sensiblemente inferior a la estimada”, lo que se tradujo en menores ingresos de los esperados. Un informe encargado por el consorcio entonces señaló el “estrecho margen” que la operación de Haramain supone para Renfe. En 2020, los ingresos se redujeron hasta los 30 millones, frente a los 56 millones de 2019. Y el importe que la operadora aún tiene que cobrar por parte del contratista, la empresa estatal Saudi Railways Organization (SRO), asciende a 185 millones de euros.

Según informó el diario Expansión, el consorcio y SRO alcanzaron recientemente un acuerdo para compensar las pérdidas de la explotación de la línea a la operadora pública.

*Después de publicar este artículo, Renfe ha informado a elDiario.es de lo siguiente:

“En enero 2021, a la vista del comienzo de la operación comercial definitiva, Renfe contactó con los antiguos trabajadores/as y quienes mostraron voluntad positiva volvieron a ser contratados. Actualmente Renfe KSA cuenta 449 saudíes, de los que el 30,5% son mujeres (un total de 138).

En relación al personal expatriado, Renfe tiene a 35 expertos españoles en KSA en tareas especializadas del proyecto, de los que 3 son mujeres. Adicionalmente, se ha contratado otros 13 hombres de diversas nacionalidades (India, Pakistán…) en tareas auxiliares“

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