Repsol ha condicionado este jueves inversiones multimillonarias en España hasta 2027 “a la evolución del marco regulatorio y fiscal”, tras registrar un beneficio de 3.168 millones de euros en 2023, que es un 25,5% inferior al de 2022 pero es uno de los más elevados de su historia.
La primera petrolera española ha remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) su nuevo plan estratégico, que contempla una inversión récord de hasta 19.000 millones para los próximos cuatro años (2024-2027) para acelerar su transformación hacia una compañía con cero emisiones netas.
El grupo lleva meses clamando contra el impuesto extraordinario que el Gobierno puso en marcha tras la invasión de Ucrania (es la empresa más perjudicada, con un coste anual de 450 millones) y ha amenazado con llevarse inversiones a Portugal si no se elimina este gravamen. Su nuevo plan prevé inversiones netas de entre 5.500 y 6.800 millones en este periodo en su área industrial, los siete complejos industriales de la compañía en polos multienergéticos, de los que seis están en la Península Ibérica (cinco en España).
En concreto, explica en una nota que para su negocio industrial se prevén “inversiones netas de entre 5.500 y 6.800 millones de euros para mantener las instalaciones entre las más avanzadas del mundo y desarrollar iniciativas bajas en carbono, condicionadas a la evolución del marco regulatorio y fiscal en España”. Se trata de la cifra total de inversión y no se precisa cuál está condicionada a ese marco fiscal y legal en España.
Tampoco lo ha hecho e¡n rueda de prensa para presentar la nueva actualización estratégica del grupo el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, que ha señalado que “las inversiones se pueden hacer o no”, dependiendo de la rentabilidad y el entorno regulatorio y de que no haya “discriminaciones” respecto a otros países. Ha asegurado que no hay “ninguna prisa” para tomar esa decisión y se ha mostrado menos beligerante que en los últimos meses, después de que a finales de diciembre Pedro Sánchez anunciara que el impuesto se va a modificar con deducciones a inversiones industriales y de descarbonización: “Empiezo a pensar que estas últimas semanas estamos viendo cosas diferentes”, ha dicho Imaz, que ha confiado en que se va “a primar al que mantiene y crea puestos de trabajo en España”. “Tienen una clara idea y determinación de que esto va a ser modificado”.
De los entre 16.000 y 19.000 millones que prevé invertir Repsol hasta 2027, un 35% se destinará a proyectos bajos bajos en carbono. El 60% tendrá por destino la Península Ibérica, mientras que Estados Unidos supondrá el 25%, los dos grandes focos geográficos para el grupo, que señala que las iniciativas para “mantener a la vanguardia” esas seis instalaciones “requerirán de inversiones netas en un rango de entre 2.000 y 3.000 millones de euros, condicionadas a la evolución del marco regulatorio y fiscal en España”.
El plan estratégico promete repartir 4.600 millones en dividendos a sus accionistas en el periodo 2024-2027. Sumando las recompras de acciones propias (hasta 5.400 millones durante el periodo), supondrá 10.000 millones para remunerar a sus accionistas hasta 2027. Entre el 25% y el 35% de su flujo de caja operativo, con un crecimiento total del dividendo del 3% anual.
La compañía, que ha presentado estos resultados de forma simultánea a Iberdrola, la mayor eléctrica española, ha lanzado este nuevo plan estratégico tras haber cumplido ya prácticamente todos los objetivos que se marcó para el periodo 2021-2025. En el “escenario central”, el plan plantea una cotización del Brent de 80 dólares para este año y de 70 dólares para el periodo 2025-2027.
La empresa ha recortado en 2023 un 25,5% su beneficio con respecto a 2022, que fue uno de los mejores años de su historia. Ese año sus márgenes batieron récords tras escalar la cotización del petróleo Brent por encima de los 100 dólares en el conjunto del ejercicio, frente a los 77,6 dólares de 2023. Pese al descenso, el beneficio es el cuarto más elevado de su historia y el tercero si no se tienen en cuenta los extraordinarios.
Elevados márgenes
El pasado año, el margen de refino en España de la compañía se situó en 11,1 dólares por barril, que es el segundo más elevado de su historia, aunque esta magnitud, clave para medir la marcha del negocio, se redujo un 28,8% con respecto al récord de 15,6 dólares de 2022.
El resultado ajustado neto, que mide específicamente el funcionamiento de los negocios, se redujo también un 26% en 2023, hasta 5.011 millones. La compañía destacó que el flujo de caja de las operaciones se elevó el año pasado a 7.064 millones, la segunda mayor cifra de su historia tras el récord de 2022, “en medio de un entorno incierto y volátil”, según Imaz.
En 2023 la deuda neta se situó en 2.096 millones, con una reducción del 7,1% respecto a un año antes, lo que deja el apalancamiento en el 6,7%, 1,3 puntos por debajo de diciembre de 2022.
Sin grandes adquisiciones a la vista, el plan prevé que la salida a bolsa de su negocio de exploración y producción se hará en Estados Unidos a partir de 2026 porque este negocio en Europa “no es querido” y la empresa no opera en esa pata aquí.
El grupo tiene ya 2.850 MW renovables en operación pese a que, según Imaz “había dudas” sobre su apuesta por las energías limpias. El objetivo es llegar a entre 9 y 10 gigavatios (GW) en operación en 2027, con entre 4-5 en España. Imaz ha defendido que Repsol ha hecho ya una “apuesta seria” por la transformación de la compañía para tener cero emisiones netas en 2050. “No hay compañia de oil and gas en el mundo” que destine el 35% de sus inversiones a negocios bajos en carbono. Ha explicado que las emisiones absolutas del grupo han bajado un 42% entre 2016 y 2023.
El dividendo para 2024 se va a situar en 0,9 euros, con una subida de alrededor del 30% y por encima de lo previsto en el Plan Estratégico 2021-2025. El grupo, que en 2024 repartió 2.500 millones a sus accionistas entre dividendo y recompras de acciones, ha anunciado una nueva recompra de acciones. Va a llevar a cabo una nueva reducción de capital mediante otro programa de recompra de acciones propias, lo que supone otra forma de mejorar la retribución de los accionistas sin coste fiscal para ellos, reduciendo n 3,29% de su capital de aquí a julio y recomprando un máximo de 35 millones de acciones de su autocartera o de la liquidación de derivados. Entre 2021 y 2023, el grupo ha adquirido 310 millones de títulos mediante recompras de acciones propias, lo que supone en torno a un 20% de su capital.
Imaz ha asegurado que Repsol está haciendo una “apuesta muy clara” por el vehículo eléctrico, con 1.800 puntos de recarga, pese a que se enfrenta a “muchos problemas, de permisos, distribuidores”. Ha afirmado que “no lo estamos viendo como una amenaza!. Los eléctricos, incluidos híbridos enchufables, ha señalado, suponen el 1,2%-1,4% del parque automovilístico español. Se trata de una apuesta ”interesante“ y ”necesaria“, pero ”quiero pensar no va a pasar la prohibición de vehículos de combustión en 2035 en la UE“ porque ”no toda la movilidad va a ser eléctrica“.
Según Imaz, la nueva inversión de Repsol en la planta de Cartagena de nuevos combustibles renovables, más de 200 millones, va a reducir tanto las emisiones como los 400.000 eléctricos en los que ha cifrado el parque actual de vehículos en España, que han costado “4.000 millones de euros a los contribuyentes” en ayudas.