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La subida del salario mínimo en 2017 fue compatible con la creación de 541.100 empleos pese la opinión de los críticos

Imagen de archivo de dos operarios trabajando por las calles de Valladolid.

Laura Olías

Suena un aumento del salario mínimo y las alertas de algunos empresarios ya han saltado. El anuncio de la propuesta del Gobierno de una subida del 4% del salario mínimo para 2018, que ha comunicado este lunes Mariano Rajoy en una entrevista, ha sido recibido con las críticas del presidente del Instituto de Estudios Económicos (IEE, think tank de la CEOE), José Luis Feito, con algunos de los argumentos habituales de cierto sector de la patronal ante las subidas salariales generalizadas: será perjudicial para el empleo y generará paro.

Feito ha rechazado la propuesta del presidente del Gobierno, que dejaría el salario mínimo interprofesional (SMI) en los 735,90 euros mensuales en catorce pagas, aún muy lejos de la recomendación de la Carta Social Europea, que establece como referente el 60% del salario medio. En España, eso se traduciría en unos 1.000 euros mensuales por doce pagas o unos 860 euros por catorce pagas y es la meta que se han fijado los sindicatos mayoritarios en esta legislatura.

Para el presidente del IEE, el aumento del salario mínimo “no frena el desempleo, sino que aumenta inexorablemente la proporción de empleo temporal y parcial”. José Luis Feito advierte también de que incrementar el salario mínimo genera “paro intenso” cuando la economía entra en recesión. En su opinión, aunque ahora haya trabajadores que se beneficien de esta medida, en un futuro se verán perjudicados por ella: la época expansiva puede durar “tres, cuatro, cinco o seis años, luego es posible que estén en el paro sin posibilidad de encontrar trabajo”.

Sobre las advertencias concretas del presidente del IEE, de aumento del empleo temporal y parcial, el catedrático emérito de Economía de la Universidad Autónoma de Barcelona Josep Oliver refuta ambas premisas. Oliver explica que “el crecimiento del trabajo temporal es inevitable a menos que no se modifique la legislación laboral”. El catedrático distancia la relación de la temporalidad con el SMI y recuerda que “cuando llegó la crisis en 2007, el grueso de destrucción fue de empleos temporales” y, ahora, en la recuperación están teniendo peso de nuevo, pero es que, en su opinión, “sin modificar el marco legal, la contratación temporal va a seguir aumentando”.

Una de las causas de esta temporalidad, afirma, la podemos encontrar en “un tipo de empresas poco productivas que no tiene problema en despedir a trabajadores y después contratar a otros”, que no necesitan una formación específica para cumplir con sus funciones.

Respecto al aumento de contratos a tiempo parcial, Josep Oliver también discrepa con el portavoz empresarial. “Entre 2008 y 2014, cuando se alcanza el máximo de destrucción de empleo, en ese momento de crisis profunda aumentó y mucho el empleo parcial. Pero desde que ha empezado la recuperación, hemos observado la reversión de ese proceso, ha aumentado más el trabajo a tiempo completo que el parcial. No creo que tenga que ver con el salario mínimo, que afecta además a un contingente no tan grande de trabajadores”, explica.

También en Comisiones Obreras censuran este alarmismo de parte de la patronal y advierten de que su motivación es clara: “El interés de ciertos empresarios”. Mercedes González, secretaria de Acción Sindical de CCOO, sostiene que “una subida salarial no va a provocar un aumento del paro, sino que va a contribuir a la necesaria reactivación económica”. González recuerda que pese a la recuperación que destaca el Gobierno, “la precariedad persiste y tenemos que aumentar los salarios para reactivar la economía”. También separa la temporalidad del salario mínimo y defiende que no se combate manteniendo salarios bajos sino luchando contra el fraude que cometen las empresas con este tipo de contratos, una de las peticiones del sindicato en la última Mesa de Calidad de Empleo con el Gobierno.

Hay que reconocer que en los últimos tiempos en CEOE cada vez hay más voces discrepantes. Es el caso de Jordi García Viña, director de relaciones laborales de CEOE, que no se suma a las quejas concretas de centro de estudios asociado a su organización. Recuerda que hay pocas personas que reciben el salario mínimo (“no llega a 20.000”) y que la patronal siempre ha mantenido que estas subidas generales no deben “afectar a la negociación colectiva”, terreno en el que consideran que se deben materializar las subidas de salarios.

Aun así, reconoce que con las cifras en la mano, la subida del SMI este año no se ha materializado en ese 'contagio'. “El año pasado el SMI subió el 8% y la media de los incrementos en negociación colectiva está en el 1,75%, por lo tanto, no afectó”, afirma. En la junta directiva de la patronal celebrada la semana pasada se evidenció un fuerte enfrentamiento interno sobre la subida salarial de cara a 2018.

En 2017 se subió el SMI el doble y se creó empleo

Para los empresarios recelosos con el aumento del SMI, la portavoz de CCOO recuerda que su subida este 2017, de un 8% -el doble de la que ahora propone el Ejecutivo-, “no ha provocado ninguna debacle” en materia de empleo. Tras el alza del pasado año, acordada con el PSOE al margen de las organizaciones sindicales, se repitieron los malos presagios empresariales. Sin embargo, el balance de este ejercicio hasta el tercer trimestre es de creación de empleo. Según los últimos datos de la Encuesta de Población Aciva, hasta septiembre se crearon en España 541.100 empleos.

Aunque es una constante por parte de ciertos sectores de la patronal, por el momento no hay evidencia empírica de que la subida de los suelos salariales tenga un efecto negativo sobre el empleo. Esta es una de las premisas que lanzaban alrededor de 600 economistas, siete de ellos premios Nobel, en una carta abierta al expresidente de EEUU Barack Obama, pidiendo la subida de este tipo de salarios. Según estos especialistas, los salarios mínimos suponen un impulso en términos de gasto y de mejora de la vida de las familias. Aquí se puede leer (en inglés) una explicación del Departamento de Trabajo de Estados Unidos sobre algunas mentiras habituales sobre las subidas de los salarios mínimos.

Los sindicatos, hacia un SMI del 60% del salario medio

El catedrático Josep Oliver considera que, si hay cierto tipo de empresas que temen que el aumento salarial les vaya a perjudicar, “la respuesta no puede ser sistemáticamente mantener los salarios bajos, sino aumentar la productividad”. Cree que, al igual que ha defendido recientemente el economista Daniel Fuentes Castro en un artículo en eldiario.es, ha llegado el momento de aumentar los salarios. “Y tres años es un plazo razonable”, responde a las pretensiones de los sindicatos de alcanzar como tope el final de esta legislatura para llegar a un SMI del 60% del salario medio.

El presidente Rajoy no ha querido concretar este lunes más que su propuesta de subir el 4% para 2018, junto a alzas “importantes” en los dos ejercicios siguientes. En UGT se han fijado como meta arrancar al Gobierno la promesa de llegar a ese 60% para 2020 y CCOO también considera fundamental concentrar las presiones en “cerrar los plazos” para llegar a esa cantidad.

Lo harán mañana martes en la reunión que mantendrá con la ministra de Empleo, Fátima Báñez, a las 17.00 horas con los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, y los presidentes de CEOE y Cepyme, Juan Rosell y Antonio Garamendi, respectivamente, para hablar de la subida del SMI.

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