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Un movimiento contra la gentrificación de Berlín obliga a Google a abandonar su proyecto de crear un campus tecnológico

Aldo Mas

Al Hobrechtbrücke, uno de los puentes sobre el canal del céntrico barrio berlinés de Kreuzberg, le ha salido un apodo estos días. Hay quien lo llama “fuckoffGooglebrücke” o “puentedequetejodanGoogle”. Así figura en una pintada hecha en uno de los lados del puente a manos de activistas contrarios a la implantación de un campus de Google en un edificio situado en un extremo del Hobrechtbrücke.

El gigante estadounidense iba a disponer de 3.000 de los 11.500 metros cuadrados de un edificio que, en su día, sirvió de central transformadora pero que ha sido reciclado en centro de oficinas. En Kreuzberg, Google no ha sido bienvenido. La firma tecnológica ha tenido que hacer frente a numerosas manifestaciones espontáneas en contra de la presencia de la compañía en el barrio.

Durante los dos últimos años aproximadamente, en Kreuzberg, no han parado de aparecer pintadas contra Google en todas partes. También se ha lanzado pintura contra la fachada del edificio de Google y hasta hubo una 'okupación' movida en parte por la iniciativa Fuck Off Google. Larry Pageblanc es uno de sus responsables. En realidad, no se llama así. Es su forma de permanecer en el anonimato. 

Pageblanc ve en Google un factor clave en la gentrificación de la ciudad. Su opinión la comparten muchos en las calles de esta multicultural zona berlinesa de tradición política alternativa. Ante la presión ejercida por el colectivo de Fuck Off Google e innumerables vecinos organizados y preocupados por el impacto que tendría la llegada de Google en el encarecimiento de la vida en el barrio, la compañía tecnológica estadounidense terminaba haciendo público a finales de octubre que renunciaba a su campus. 

“Google ha decidido utilizar una salida honorable en el conflicto. Es una victoria simbólica, pero lo ocurrido es una etapa, porque vamos a seguir”, dice Pageblanc a eldiario.es.

Pageblanc no cree que el movimiento anti-Google haya perdido su razón de ser tras lo que parece un triunfo de los activistas. Tanto es así que la “retirada” de Google se produce de modo que la empresa estadounidense deja a dos iniciativas sociales ocupar el espacio que tenía pensado usar en Kreuzberg durante los próximos cinco años.

Google va a seguir pagando durante ese tiempo el alquiler del lugar, valorado en 480.000 euros anuales. Los beneficiarios son Betterplace.org, la mayor plataforma alemana de donaciones, y Karuna, una asociación local dedicada a niños y adolescentes desfavorecidos.

Actores sociales con favores de Google

Estos beneficiarios no son, en modo alguno, ajenos a Google. Para Google, Betterplace.org figura como un “socio” en iniciativas como los “Google Impact Challenge 2018”, donde se premian propuestas y proyectos destinados a “mejorar la comunidad”, según los términos de la compañía estadounidense. Karuna, de hecho, ha sido galardonada en dos ocasiones con esos premios. 

“Hemos desarrollado una, por ejemplo, con la que los niños y adolescentes pueden pedir ayuda a través de un teléfono móvil en caso de padecer hambre o no tener un techo bajo el que dormir”, dice a eldiario.es Jörg Richter, responsable de Karuna.

Tanto Karuna como Betterplace.org han sido interlocutores de Google cuando la empresa estadounidense empezó a sentir hostilidad en Kreuzberg. “Cuando empezaron las protestas, Google empezó a recoger opiniones, como la nuestra, sobre la conveniencia del campus”, cuenta a eldiario.es Carolin Silbernagl, una de las portavoces de Betterplace.org, cuya sede central está en Kreuzberg. “Nosotros dijimos que sería bueno que no sólo hubiera espacio en el campus para start-ups sino también que fuera visible allí el sector social”, añade.

Ella reconoce que Google “infravaloró” el impacto de su desembarco en Kreuzberg. Asegura, sin embargo, que Google entendió rápidamente que el concepto del “Google Campus” no se adaptaba a la realidad de Kreuzberg, barrio donde también se sufre el aumento del precio del espacio de oficinas.

Berlín es, junto a Fráncfort (oeste), la ciudad alemana donde más se paga por el metro cuadrado de suelo de oficinas. Estimaciones recientes ponen el precio en 30 euros por metro cuadrado. La capital alemana viene siendo en los últimos años la urbe germana donde más empresas start-up se fundan. Casi 250 de éstas empresas vieron la luz en 2017.

Una visión compartida

No invita a pensar que la respuesta de Google haya sido rápida en Kreuzberg que a Pageblanc y compañía les diera tiempo a organizar hasta una 'okupación' de los locales que la empresa estadounidense estaba acondicionando. “La ocupación fue uno de los momentos importantes de la movilización, dio un golpe de efecto”, dice el hacker responsable de Fuck Off Google.

Una parte del equipo de Silbernagl está preparándose para instalarse en el edificio al que conduce el llamado “puentedequetejodanGoogle”. En la plataforma de donaciones calculan que a partir de próximo mes de abril estarán funcionando en la parte de la antigua central que quería utilizar Google. Silbernagl asegura que desde Betterplace.org se abrirá el espacio para facilitar el trabajo allí a actores sociales.

“Tenemos una visión para ese espacio, que consiste en facilitar el acceso a espacio a los actores sociales, fortaleciendo colaboraciones con la sociedad civil; es una visión que compartimos con Google y Karuna”, agrega Silbernagl. Ella conoce “la presión” que ejercen los actores de la economía digital sobre los habitantes del barrio.

“La presencia de actores sociales en el edificio no hará subir los precios”, comenta la responsable de Betterplace.org. En la plataforma de donaciones se muestran convencidos de que van a dar uso a los espacios de la antigua central durante más de los cinco años que, se supone, Google deja a Betterplace.org y a Karuna estar allí.

También defienden que Google ha demostrado escuchar las reivindicaciones locales. “Lo que ha hecho Google es lo contrario de lo que ha hecho RWE en el bosque de Hambach”, comenta Silbernagl, aludiendo al conflicto de la mina de carbón que explota el gigante eléctrico germano en el oeste alemán, cerca de Colonia.

“A nosotros nos han dicho desde Google que la decisión de lanzar el campus en Kreuzberg fue una mala decisión y que no miraron las implicaciones en la carestía de la vivienda”, sostiene Richter, el responsable de Karuna. Tanto Larry Pageblanc como Richter y Silbernagl asumen que donde se instala Google sube el precio de la vivienda, entre otros fenómenos asociados a la gentrificación.

Pageblanc, sin embargo, no cree una buena idea que Betterplace.org y Karuna ocupen los espacios de Google. Con esas iniciativas en sus oficinas, “Google ha salido de su campus pero sin hacerlo de verdad, porque va a seguir pagando el alquiler”, recuerda Pageblanc. “Google busca blanquear su imagen a través de Betterplace.org y Karuna”, concluye.