Banco Santander ganó durante los tres primeros meses del año 2.571 millones de euros. Este beneficio del banco supone superar su mayor registro histórico, incluso habiendo tenido que asumir el primero de los pagos del impuesto al sector en España. La entidad que preside Ana Botín ha publicado este martes sus resultados del primer trimestre del ejercicio en el que se anota una subida del 1% en las ganancias, continuando con la tendencia al alza del pasado año en el que obtuvo el mayor beneficio anual de su historia.
El banco ha cuantificado en 224 millones de euros el primero de los importes que ha tenido que abonar por el gravamen temporal que grava los ingresos obtenidos durante el pasado año y cuyo 50% ya se adelantó en febrero por parte de todo el sector. Sin él, asegura el banco, el beneficio habría superado los 2.700 millones de euros y el crecimiento habría sido del 10% respecto a los resultados del pasado ejercicio. Este tributo se ha aplicado tanto a la filial española como en su división de crédito al consumo y banca digital.
En lo que respecta al negocio en España, Santander cerró el primer trimestre del ejercicio con un beneficio de 466 millones de euros, lo que supone un incremento de más del 27% respecto a los datos de un año antes. Buena culpa de ello lo tiene el margen de intereses, que supone la diferencia entre los ingresos pagados y los percibidos por su actividad. Esta magnitud, que ha estado prácticamente congelada durante los últimos años en el sector por los bajos tipos de interés es ahora la mayor beneficiada por las subidas aprobadas por el BCE y se anota un crecimiento en tan solo un año del 46%.
Santander aligeró costes entre 2020 y 2021 en su filial española con un ERE que afectó a más de 3.500 trabajadores y el cierre de cientos de sucursales de la entidad, en un proceso que se repitió en todo el sector bancario español para reducir gastos. La entidad cerró el primer trimestre del año con 27.000 empleados y algo más de 1.900 sucursales en España.
Otro factor que está ayudando al sector es el decalaje entre las subidas de tipos que se están aplicando a los préstamos, como las hipotecas, y la lentitud en la llegada de la remuneración a los clientes por sus depósitos. De hecho, la entidad se anota en este periodo un descenso respecto a los depósitos de clientes en su balance, que han caído un 6,5% respecto al cierre del pasado ejercicio, quedando en algo más de 301.000 millones de euros.
Ampliando el foco al conjunto del banco, Santander obtuvo en el primer trimestre del año un margen de intereses de casi 10.400 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 17,4% respecto a un año antes. El banco lo achaca a “los mayores volúmenes y los aumentos en los tipos de interés”. Estas subidas son especialmente claras en sus mercados europeos, según reconoce la propia entidad, por “la fuerte sensibilidad positiva de nuestro balance en euros a subidas de tipos de interés”.