El presidente de Repsol, Antonio Brufau, realizó el pasado lunes unas polémicas declaraciones en las que avisaba de una burbuja de renovables, haciendo alusión a la situación vivida hace diez años y que todavía están pagando todos los usuarios a través de la factura de la luz. Llegó a calificar el gran volumen de proyectos como no necesarios para este país y sugirió que invirtiendo entre 3.000 y 4.000 millones al año en plantar árboles se eliminarían las emisiones de movilidad en 2050. Desde el diario.es nos hemos puesto en contacto con varias instituciones del sector, tanto privadas como públicas, y con la propia Repsol para analizar las palabras del presidente de la primera petrolera española.
Para Fernando Ferrando, presidente de la Fundación Renovables, las declaraciones son un despropósito de alguien que ve como su cuenta de resultados se reduce. “Cuando alguien tan poderoso hace esta pataleta, es que la situación va mejor de lo que pensábamos y es que las renovables se están abriendo camino”. Más comedido se muestra José Donoso, director general de la Unión Española Fotovoltaica (UEF), al señalar que “las declaraciones son anacrónicas y responde a una realidad de otros tiempos”, y añade “es curioso, que los que están produciendo energía eléctrica más cara digan que no se necesita una energía barata”.
Para Repsol las palabras se han sacado de contexto, ya que de lo que advierte Brufau es un problema numérico, según fuentes de la compañía. Se refieren a las solicitudes para proyectos por más de 150.000 megavatios (MW), que triplican los objetivos de energía 'verde' recogido en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNEIC) a 2030.
“El plan al que ataca el señor Brufau puede resultar ambicioso, pero es coherente y necesario. Se olvida de lo pesada que es para la economía española la factura de las importaciones de combustibles fósiles que los consumidores tenemos que pagar todos los años”, comenta Donoso.
Aquí puedes ver el vídeo íntegro de las declaraciones de Brufau, desde el minuto 8 al 50 es la intervención del presidente de Repsol y en el minuto 37 es cuando se producen las polémicas declaraciones.
Consenso en la especulación de puntos de conexión
La especulación en torno a los puntos de acceso es el único punto en común entre el sector renovable y Repsol. “Nadie se cree que haya tantos proyectos detrás. Hay especulación, si tú desarrollas una planta y no tienes el punto de conexión no has hecho nada”, comentan desde la Fundación Renovables. Desde la UEF proponen una solución al problema, “queremos que todo el mundo que quiera obtener un punto de conexión tenga un proyecto real detrás. El mercado debe ser transparente y competitivo, con un árbitro independiente que sea Red Eléctrica Española y solo autorice proyectos reales, no a alguien con información privilegiada”. Donoso asegura estar preparando presentar alegaciones a la Comisión Nacional de los Mercados y Competencia para pedir una normativa más estricta que expulse a los especuladores.
Brufau se preguntaba en la conferencia del Real Instituto Elcano cómo se iba a financiar la transición energética y se autocontestaba lo siguiente: “Pues con ruinas. O sea, con quiebras. Alguien si financia esto va a quebrar. Porque el país no aguanta esto. No hay necesidad de esta energía. Hoy, del parque actual, se consume en el momento pico el 40% de la capacidad actual instalada. Si ahora multiplicamos por un 50% más en renovables, pues imaginaros el exceso que habrá”.
Ante estas declaraciones, Ferrando se pregunta: “¿si es así por qué Repsol invierte en ellas? ¿Es que quiere quebrar también?”. Mientras que Donoso avisa, “sí quiere que su empresa tenga futuro no le queda más remedio, otra cosa es que él quiera retrasar ese futuro, pero España y el mundo no se puede permitir ese retraso tanto en cuestión ambiental como económica”.
Recientemente, el fondo soberano Noruego, con un volumen casi igual al de toda la economía española, retiró sus activos de grandes petroleras y los reinvirtió en renovables. Entre las compañías favorables se encuentra Repsol. La petrolera adquirió el pasado noviembre la comercializadora de electricidad y gas de Viesgo, con 2.352 MW de generación de bajas emisiones, y creó Repsol Electricidad y Gas, que actualmente cuenta con 870.000 clientes. “La electricidad comercializada está certificada como 100% de bajas emisiones”, aseguran desde Repsol.
En 2018, también compró el proyecto fotovoltaico Valdesolar, de 264 MW, que está en fase de tramitación administrativa. “Con esta incorporación, Repsol alcanzará más del 70% de su objetivo estratégico a 2020 de capacidad de generación baja en emisiones”, comentan. Otra de las grandes operaciones de la compañía es la participación en la construcción de un parque eólico flotante en la costa de Portugal y que dispondrá de una capacidad instalada de 25 MW. “Se prevé que empiece a generar electricidad para unos 60.000 hogares al año a partir de finales de 2019”, declaran.
Una situación muy diferente a la de hace diez años
Respecto a la situación que vivió el mercado de renovables hace 10 años, Donoso recuerda que “ahora no hay ninguna subvención y el boom se debe a que la tecnología es más barata y se puede producir energía eléctrica a un precio de mercado más barato que cualquier combustible fósil”. Ferrando se muestra en la misma línea y califica las declaraciones de falsas. “Hacer alusión a un problema creado por un tema regulatorio, cuando ahora no hay ayudas a la inversión y el precio de la energía renovable es más barato que la procedente de combustibles fósiles, no tiene sentido”, declara.
“Si yo fuese banquero, que lo fui, estoy convencido de que entre mis niveles de riesgo más alto estarían precisamente los proyectos de renovables”, comentó el presidente de Repsol. Unas declaraciones que para Ferrando “son de risa”. “Nadie le ha puesto una pistola en el pecho para obligarles a invertir”, comenta. Mientras que Donoso recuerda que los inversores acuden libremente al mercado, optan a contratos bilaterales y participan en procesos competitivos que van a ofrecer energía eléctrica a un precio muy alejado que la procedente de las energías fósiles. “Mas interés igual a un precio más bajo para los consumidores”, recalca.
Para Gerard Wynn, consultor del Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA), los altos niveles de rentabilidad y los préstamos respaldados por el Estado ponen de manifiesto la oportunidad del sector privado en el sector de las energías renovables en España y marcan la dirección hacia donde se mueve el mercado español y europeo. “En la actualidad, Endesa está invirtiendo 800 millones de euros, de los cuales 300 fueron financiados por el ICO, en dos grandes proyectos de energías renovables. El objetivo es construir 540 MW de nueva capacidad eólica y 339 MW de nueva energía solar. Cuando la compañía se adjudicó estos contratos, esperaba obtener una alta rentabilidad de dos dígitos”, comenta.
Reacciones Institucionales
Desde el Ministerio para la Transición Ecológica no han querido hacer declaraciones. Mientras que el equipo de Miguel Arias Cañete, comisario Europeo de Energía y Acción, nos remite a las recomendaciones que la Comisión Europea realizó a España tras analizar el proyecto de Plan Nacional Integrado de Energía y Clima para el período 2021-2030, presentado el pasado 22 de febrero de 2019. De las ocho sugerencias, hay dos que contradicen las palabras del presidente de Repsol. “Recomendamos apoyar el gratificante nivel de ambición que supone una cuota de energías renovables del 42 % para 2030 como contribución de España al objetivo de la Unión en materia de energías renovables para ese año”, y también sugieren “enumerar todas las subvenciones a la energía, en particular a los combustibles fósiles, así como las medidas emprendidas y los planes para su progresiva eliminación”.
Cabe recordad que el Gobierno está suscrito a una serie de compromisos comunitarios. Para 2020, el 20% del total debe proceder de energías renovables y se debe reducir un 20% la emisión de gases efecto invernadero. Mientras que para 2030, al menos debe haber una cuota de energías renovables del 27% y se tienen que reducir un 40% la emisión de gases efecto invernadero. Sin olvidar, que también se busca mejorar la eficiencia energética en torno a un 30% mediante el ahorro energético y un mejor uso de la energía derivado de un cambio de hábitos y una mejora de la tecnología.
Presión de las petroleras a nivel internacional
Esta misma semana, Bloomberg se hacía eco de unas informaciones que aseguraban que la industria fósil está socavando silenciosamente las conversaciones sobre el clima mundial. El Centro de Investigaciones sobre el Clima (CIC) afirma haber contabilizado a más de 6.400 delegados en las conversaciones sobre el clima desde 1995. Su presencia es necesaria para acometer la transición energética, pero según el director de la CIC “los intereses de los combustibles fósiles han intentado desde el principio socavar e infiltrarse en este difícil acuerdo global para asegurarse de que fallara en cada paso. A medida que ganan, el planeta pierde ”. Las acusaciones del director van dirigidas principalmente a los miembros del Global Climate Coalition (GCC), un grupo industrial financiado con combustibles fósiles, que ha sido culpado de trabajar para desacreditar al Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU y descarrilar el Protocolo de Kyoto. El GCC se disolvió oficialmente en 2001 pero sus miembros han seguido asistiendo a eventos que representan a diferentes organizaciones, según el CIC.