El descenso de la llegada de turistas extranjeros que han elegido España este mes de julio respecto al mismo mes de 2017, el mayor en los últimos ochos años, ha hecho saltar algunas alarmas. La caída (del 4,9%) es la más acusada desde abril de 2010, pero varios expertos en el sector turístico advierten de que, aunque no hay que restar importancia a esta reducción, existen otros indicadores que avanzan en positivo y miden de forma más efectiva el estado de salud de la industria: se trata del gasto medio diario y por turista, así como el ingreso real por turista.
Las estadísticas conocidas este lunes, publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), dan cuenta de que han llegado menos turistas internacionales a España en uno de los meses fuertes de la temporada veraniega, pero de media han gastado más en sus viajes. Eso provoca que aunque las llegadas se hayan contraído casi un 5% en julio, con 9,98 millones de turistas extranjeros, el gasto total de estos solo ha caído un 0,9%.
Si atendemos al gasto medio diario y por turista, la evolución respecto a julio de 2017 es positiva y mantiene una tendencia al alza. El gasto medio diario avanza hasta los 152 euros, lo que supone un alza interanual del 9,2%, la más elevada desde octubre de 2016. En el caso del gasto medio por turista, la cifra escala hasta los 1.177 euros, un 4,2% más.
Ignacio Vasallo, fundador y primer director general de Turespaña, ya rechazaba el indicador de llegadas de turistas como termómetro de cómo se encuentra sector turístico cuando el anterior Gobierno anunció a bombo y platillo el récord de visitantes a España en 2017. “¿En qué otro negocio se hace esto? Se mide en ingresos, este otro tipo de cifras confunde”, lamentaba.
Ahora, tras el descenso del número de visitantes extranjeros en julio, Vasallo pone en valor otra cifra que ha mejorado ligeramente y que en los últimos tiempos nos ha dado malas noticias: el ingreso real por turista.
Freno a la pérdida del ingreso real por turista
En el dato del gasto que proporciona el INE se incluyen los desembolsos totales de los turistas, también con partidas que se han podido quedar en sus países de origen o terceros, como los billetes de avión o los paquetes de turoperadores. Por otro lado están los ingresos reales, cifra que publica el Banco de España en su balanza de pagos, que mide lo que los visitantes efectivamente invierten en territorio nacional.
El lobby turístico Exceltur destacaba el mes pasado el pequeño aumento de los ingresos reales por turista (0,3%) entre marzo y mayo de este año en comparación con el mismo trimestre de 2017, “algo que no sucedía desde 2011”. Los empresarios del sector achacan este freno de su caída “al aumento del turismo de negocio y de los perfiles de turistas procedentes de los mercados de mayor gasto”.
Un descenso de “turistas prestados” ya esperado
En este sentido, frente a una caída bastante generalizada de las llegadas desde los diferentes países emisores de turistas, los visitantes de los países nórdicos aguantan (con una variación del 0,15%) y son los turistas que presentan un mayor gasto medio por turista (1.345 euros).
“También destaca la llegada de estadounidenses, estamos mejorando en la capacidad de captación de nuevos mercados”, subraya María Jesús Such Devesa, coordinadora del grupo de investigación de Análisis del Sector Turístico e Innovación de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH).
El aumento de turistas procedentes de EEUU es el más acusado, con un avance del 12,68% respecto a julio de 2017, aunque sus llegadas (357.177) aún se encuentran muy lejos de nuestros principales emisores de visitantes, con Reino Unido a la cabeza (2,2 millones de turistas en julio), seguido de Francia (1,4 millones) y Alemania (1,3 millones).
La economista y profesora de la UAH destaca, al igual que Ignacio Vasallo, que la industria turística ya contaba con la caída de la llegada de turistas internacionales y ha respondido. El gran aumento de llegadas de visitantes el los últimos años, que elevó el número de turistas al mes por encima de los 10 millones de personas al mes, estuvo ligado a los conflictos en países como Egipto, Túnez y Egipto, que dejaron de presentarse como una opción de sol y playa para muchos turistas debido a la inseguridad.
“En los últimos años estábamos captando turistas que no eran nuestros, pero que no tenían otras alternativas. Éramos conscientes de ello”, explica Such Devesa. La investigadora afirma que este descenso “no hay que leerlo en clave de preocupación” y, aunque reconoce que el sector no debe “dormirse en los laureles”, cree que no debería llevar a un recorte en el empleo que genera el sector, ya muy precario.
En opinión de la profesora, el sector turístico español debería distanciarse de las malas condiciones laborales y “apostar por la innovación y el conocimiento” para fidelizar a nuevos visitantes y mantenerse atractivo para los tradicionales. Aprovechar la ventaja comparativa de España como líder en esta industria, “es lo que los alemanes hicieron con la industria del automóvil”.
Para Ignacio Vasallo, el sector debe apostar por “mejorar las infraestructuras” y la diversificación del sector frente a las opciones de turismo familiar de sol y playa, que vuelve a escoger destinos más baratos en países como Turquía. “Fomentar el turismo individual, cultural, el turismo LGTB, ... En estos espacios, España está mejor colocado”, sostiene el analista.