La irrupción de nuevos partidos de izquierdas en la arena política española ha vuelto a traer a la mesa de debate la fiscalidad de las sociedades de inversión de capital variable, conocidas como Sicav. Previsiblemente se acercan cambios en el sector en la próxima legislatura, aunque muchos aún siguen defendiendo la vigencia de este modelo de tributación ventajosa por la inversión que permanece en el país. De hecho, el temor a una huida de inversión hacia el extranjero es una de las principales razones por las que la comunidad inversora en general y los partidos tradicionales rechazan un cambio radical en la tributación de las Sicav.
Pero un análisis de los informes trimestrales de las diez mayores de España desvela que, aunque domiciliadas aquí, la gran parte de sus inversiones vuelan hacia otras latitudes. De hecho, a cierre del último trimestre dedicaron de media el 67,9% del patrimonio a inversiones fuera de nuestras fronteras, es decir, 4.421,91 millones de euros, según los últimos informes presentados a la CNMV, que incluyen datos de cierre del tercer trimestre del año. El análisis también muestra que aunque la ley exige que estas sociedades estén formadas por 100 accionistas, están controladas de forma mayoritaria por una sola familia.
La Sicav Elitia Invest, vinculada a la familia Gallardo Ballart fundadora del laboratorio fabricante del Almax, Almirall, se lleva la palma. Tiene el 95% del patrimonio invertido en el exterior. Pero las inversiones foráneas de las mayores Sicav españolas son de lo más variopinto. Torrenova de Inversiones, la mayor de España, vinculada a la familia March, con un patrimonio por valor de 1.234 millones de euros y 5.445 accionistas (las Sicav cotizan en bolsa, igual que cualquier sociedad anónima, en el segmento de Sicav del Mercado Alternativo Bursátil) tiene acciones de Deutsche Telekom, Adidas, Carnival, Snam Rete Gas y Reckitt Benkiser, pero también un bono de la Región Autónoma de Madeira, y renta fija estatal de Italia, Portugal, Turquía, Rumanía y Bulgaria.
Morinvest, la Sicav de Alicia Koplowitz, es la segunda de mayor tamaño en España, con un patrimonio algo inferior a los 500 millones de euros, el 99,86% en manos del primer accionista, y con predilección por la renta variable y la inversión alternativa. Sus apuestas bursátiles incluyen las grandes corporaciones tecnológicas estadounidenses, como Microsoft, Oracle, Time Warner, Unisys y VMWare. Su mayor posición está en la francesa Atos, cuyo valor de mercado es de 3,6 millones de euros, pero también cuenta con un importante posicionamiento en la London Stock Exchange (LSE, el operador de la Bolsa de Londres) y en Porsche. También tiene participaciones en 34 fondos de inversión extranjeros por un montante de 193 millones de euros, que representan el 39% del patrimonio de la Sicav.
Otra Sicav vinculada a la familia March, Cartera Bellver, completa el podio. Al igual que el resto de grandes Sicav de los March, no cuenta con ningún accionista que supere el 20%. El grueso de sus inversiones foráneas está en bolsa: con fuertes posiciones en empresas de artículos de lujo como LVMH o Adidas; el sector energético internacional, a través de la francesa Total o las estadounidense Exxon o Valero Energy, y el sector bebidas, con sus posiciones en Sabmiller y Diageo.
La Sicav vinculada a la familia Botín, Cartera Mobiliaria, también pone su foco en las bolsas internacionales. Entre sus valores preferidos están los relacionados con las telecomunicaciones, donde está presente a través de Orange, Ericsson o Telecom Italia. El sector del lujo está representado por su posicionamiento en Hugo Boss. Sin embargo, en este trimestre ha sufrido la crisis de Volkswagen, puesto que su participación en la compañía ha pasado de valer 2,9 millones de euros a 1,3 millones.
La heredera de Inditex
También entre las mayores Sicav españolas está la de Sandra Ortega Mera, hija de Amancio Ortega y su primera mujer, Isabel Mera. Su estrategia inversora se centra en invertir en fondos de inversión radicados en Luxemburgo e Irlanda, a los que dedica 345,51 millones de euros, es decir, más del 80% de su patrimonio. Esta misma estrategia de inversión es la que sigue la cuarta mayor Sicav de España, Elitia Invest. En su caso, un total de 371,51 millones de euros, el 95% del patrimonio, están invertidos en 19 fondos de inversión extranjeros, de los cuales, 18 están radicados en Luxemburgo e Irlanda.
La familia Del Pino, fundadora de la constructora Ferrovial, tiene a dos de sus Sicav entre las 10 más grandes de España y otra más, entre las 15 mayores. Suya es la Sicav que presenta un peor comportamiento entre las diez mayores del país, puesto que Allocation ha dado una rentabilidad negativa del 3,92%, a cierre de septiembre, mientras Chart Inversiones gana el 1,43% desde enero.
La primera de ellas presenta una fuerte exposición a valores de la bolsa japonesa, a través de 14 compañías, entre las que se encuentran los fabricantes de automóviles Honda, Toyota y Mazda, así como valores financieros como Softbank, Mizuho Financial Group o Sumimoto Mitsui Financial. Por su parte, Chart Inversiones también prefiere la renta variable internacional, donde ha sufrido la crisis de Volkswagen. Su participación en la alemana vale, a 30 de septiembre, el 49% menos.
La Sicav Soixa vinculada a Antonio Hernández, presidente de Ebro Foods, es otra de las que gusta de invertir en los mercados de valores foráneos. Su estrategia de inversión le está dando grandes frutos, puesto que es la que obtiene una mayor rentabilidad en el año, con un 7,79% a cierre del tercer trimestre. Entre sus principales apuestas hay dos valores portugueses, Semapa (Sociedade de Investimento e Gestao) y Galp Energia. A ellas se suman la gestora de la bolsa de Fráncfort, la Deutsche Boerse, Samsung, Hyunday, Rolls Royce y BMW. Esta Sicav hace un guiño a los mercados de valores emergentes a través de su presencia en la ingeniera taiwanesa Yungtay Engineering.
Los dueños de Pronovias, Alberto Palatchi y Susana Gallardo Torrededia (que también es consejera en Abertis) cuentan con dos Sicav entre las de mayor patrimonio de España: Herprisa y Gesprisa. La primera de ellas tiene nada menos que el 91% del patrimonio en su cartera exterior, concretamente en renta variable internacional, igual que muchas de las grandes Sicav españolas. Las carteras de valores de ambas incluyen acciones de grandes tecnológicas como Microsoft, Google, Apple, LinkedIn o Facebook, así como una fuerte exposición al sector farmacéutico, pues cuenta con acciones de Merck, Novartis, Roche y Pfizer. El representante del sector del lujo tampoco falta en esta cartera: LVMH y BMW.
Las Sicav Brunara y Kalyani, aunque no logran encaramarse al top 10 de las mayores españolas, también están entre las 20 primeras y están vinculadas a dos inversores de renombre: el indio Ramchand Bhavnani y Felipa Jové, hija de Manuel Jove, fundador de la inmobiliaria Fadesa. La primera de ellas sigue una estrategia de inversión distinta a la de otras grandes Sicav: prefiere la renta fija, tanto de empresas como gubernamental. Eso sí, preferiblemente de fuera de nuestras fronteras, ya que su cartera exterior representa el 74,94% del total del patrimonio. Entre sus posiciones más exóticas destacan las obligaciones de deuda emitidas por el Reino de Bahrein y de la República de Turquía.
La Sicav de Felipa Jove, por su parte, tiene el 87,79% de su patrimonio invertido en el exterior. Los fondos de inversión internacionales comparten protagonismo con la renta variable, donde cuenta con posiciones muy diversificadas sectorialmente en valores como Valeo, BNP Parias, Reckit Benckiser, ING o Randstad Holding.
La primera regulación de las sicavs data de 1964, y es a principios de la década de los 90 cuando toman un elevado protagonismo a raíz de la reforma fiscal llevada a cabo por el gobierno socialista de Felipe González. “A partir de ese momento, muchas sicavs se utilizan para vehiculizar altos patrimonios”, reconoce Rafael Hurtado, profesor de CUNEF (Colegio Universitario de Estudios Financieros). Hurtado añade que las razones del origen de las sicav (por aquél entonces, simcavs) son análogas a las de los fondos: “facilitar la canalización del ahorro hacia los mercados financieros”.
La asociación Economistas Frente a la Crisis es una de las voces críticas de la situación fiscal actual de las sicavs. Julio López, uno de sus miembros y vocal del consejo superior de Estadística del INE, propone un incremento del tipo del impuesto de sociedades para las sicavs hasta el 14%, a la par que ajustaría el aplicado al resto de compañías a través de la eliminación de las exenciones fiscales. Asimismo, propone una mayor vigilancia para evitar el fraude a través de estas sociedades de inversión a través de dos medidas. La primera, devolver a Hacienda el control sobre las sicavs, actualmente en manos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) después de la reforma llevada a cabo por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Por otro lado, López es partidario de que se establezca un mayor equilibrio entre las posiciones de los distintos partícipes, con porcentajes máximos de participación, de tal forma que no se utilicen como un vehículo de inversión de una gran fortuna y una caterva de acompañantes que sirva para encajar en los requerimientos legales actuales.
Hurtado, que aconseja al Gobierno que salga de las urnas el próximo 20 de diciembre tomar medidas que potencien el ahorro colectivo, vaticina que “cambiar drásticamente la tributación de las sicavs podría provocar que la configuración de algunos altos patrimonios cambiase”, de tal forma que algunos preferirían vehiculizar sus inversiones a través de una cartera de fondos, y otros constituir sicav en jurisdicciones como Luxemburgo.