Los secretarios generales de UGT y CCOO vuelven a pisar este martes La Moncloa para reunirse con el presidente del Gobierno. Lo harán acompañados de los presidentes de las patronales CEOE y Cepyme en un nuevo intento de impulsar el diálogo social, que Rajoy asegura querer recuperar después de ignorarlo en la primera parte de la legislatura. Los líderes sindicales llevan al encuentro una prioridad: mejorar la protección social. Para ello, barajan varias propuestas, como crear una renta mínima para todas aquellas personas sin ingresos o una ayuda para las familias con todos sus miembros en paro y sin prestaciones.
Es la sexta vez que los líderes sindicales se reúnen con Mariano Rajoy desde que llegó a la presidencia del Gobierno. La última fue el 18 de marzo. Entonces, todas las partes se comprometieron a intensificar las reuniones para hablar de paro juvenil y de larga duración o negociación colectiva. Los sindicatos quieren ahora ir más allá y arrancar a Rajoy compromisos concretos para mejorar las prestaciones sociales, algo que llevan meses reclamando.
Una fuente sindical lo explica así: “Hay tres prioridades: el desempleo, la pobreza y la desigualdad. Hay que restituir el Estado social y aprobar medidas de choque para crear empleo”. ¿Cómo? Una de las propuestas es implantar un sistema de rentas mínimas garantizadas común para toda España, con carácter estructural y permanente, “como una política económica que llegue a generar más y mejores empleos y más actividad económica”.
CCOO elaboró una propuesta concreta hace meses, en la que planteaba que la nueva prestación comenzara a implantarse para las personas y hogares sin ingresos procedentes del trabajo ni ayudas públicas, para ampliar luego su cobertura a todas las personas en riesgo de pobreza y exclusión social. Esta ayuda no sería incompatible con las rentas mínimas que ya reconocen las comunidades autónomas y podría ampliarse y mejorar en el tiempo.
“El objetivo es garantizar de manera real y efectiva el derecho a percibir unos ingresos mínimos de subsistencia y establecer medidas de apoyo tendentes a conseguir su inclusión sociolaboral, reconociendo este derecho con carácter subjetivo. Para ello es necesario establecer unas condiciones legales básicas iguales para todas las personas, sea cual sea su lugar de residencia, en materia de derechos, deberes, cuantías, duración, nivel de protección, etc., así como evitar que los Gobiernos Autonómicos pudieran condicionar la existencia o no de una renta minima, lo que justifica la intervención estatal”, decía el documento del sindicato.
El secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, también ha adelantado que su sindicato pedirá al presidente del Gobierno una prestación de carácter urgente para todas las personas que sostengan una familia en la que todos sus miembros estén en paro y sin prestaciones. La ayuda iría destinada a las personas con responsabilidades familiares que encabezan alguno de los 770.000 hogares sin ingresos procedentes de actividades laborales, que Ferrer ha cifrado en 500.000. “No se trataría del plan Prepara (la ayuda de 400 euros para personas que han agotado todas sus prestaciones y que tienen que cumplir varios requisitos), que ha mostrado su insuficiencia”, ha dicho.
Negociar salarios
No obstante, en el otro lado de la mesa encontrarán peticiones muy diferentes. El Gobierno quiere urgir a los agentes sociales a que firmen un nuevo Acuerdo Interconfederal para el Empleo y la Negociación Colectiva. En realidad, la parte que más interesa al Gobierno de este acuerdo (que patronal y sindicatos negocian y firman autónomamente) es la que tiene que ver con los salarios. El Ejecutivo pretende que los agentes sociales pacten sus recomendaciones sobre cómo debe ser la negociación y evolución de salarios en los próximos años, algo que, sin embargo, parece difícil.
CCOO y UGT sostienen que es el momento de que los salarios crezcan, para que los trabajadores ganen poder adquisitivo mientras se reactiva la economía y se reduce la desigualdad y los llamados trabajadores pobres. Una posición que no comparte la CEOE, que solo ha abierto la puerta (y tímidamente) a que los sueldos crezcan en los sectores que han dejado atrás la crisis. Por otro lado, los sindicatos no aceptan la firma de un acuerdo de salarios con la patronal mientras el Gobierno mantiene congelado el Salario Mínimo Interprofesional.