Veintiocho votos contra 13 allanaron este jueves la aceptación del Tratado de Libre Comercio e Inversión (conocido como TTIP, del inglés) en el Parlamento Europeo, supuestamente la institución que más pegas iba a poner a la aprobación del polémico acuerdo. La votación de la comisión parlamentaria de Comercio Internacional, que supervisa la negociación entre la Comisión Europea y las autoridades estadounidenses, no solo respaldó el TTIP sino que mantiene con algún matiz los igualmente controvertidos tribunales de arbitraje en caso de litigio entre inversores y estados.
Todo se debió a un giro de última hora de la bancada de los socialistas europeos (S&D). La preservación de estos tribunales, comúnmente denominados ISDS (por sus siglas en inglés Investor-State Dispute Settlement), fue una sorpresa porque el runrún de los días previos apuntaba a que no pasaría el filtro de la comisión, según aireaban varios de los propios eurodiputados de S&D. Finalmente los socialistas votaron con los populares, conservadores y liberales europeos, dejando en minoría a ecologistas, izquierda europea y otras formaciones como el M5S de Beppe Grillo. La votación final se producirá en el próximo Pleno de la Eurocámara en Estrasburgo el 10 de junio.
Según Efe, los socialistas europeos cedieron en esa petición a cambio de exigir a EEUU la ratificación de los derechos de la Organización Internacional del Trabajo. La posición adoptada por la Eurocámara establece otras líneas rojas como la protección de los servicios públicos europeos, el respeto a los estándares medioambientales en la Unión Europea (UE), la transparencia en las negociaciones y mayor inclusión en el proceso de la sociedad civil, pero hasta que no se vote en pleno no está claro si verá la luz.
La posición final anima a “construir sobre el documento recientemente presentado por la comisaria [Cecilia] Mälmstrom y las discusiones en marcha del Consejo de la UE” con el ánimo de lograr “un sistema que proteja la inversión”. Mälmstrom siempre ha defendido la inclusión del arbitraje en el tratado de libre comercio. Más adelante, la misma enmienda anima a “proponer una solución permanente para resolver litigios entre inversores y estados”.
Desde el PSOE rechazan estar a favor de los ISDS a pesar de que la enmienda aprobada no lo recoja, y aseguran haber llegado a una “solución de compromiso”. “Sabíamos perfectamente que la derecha iba a aprobar los ISDS en el Pleno de Estrasburgo así que tratamos de pactar las líneas rojas”, señala el eurodiputado Sergio Gutiérrez. “Por eso hablamos de jueces independientes públicamente nombrados. En todas las comisiones anteriores hemos votado en contra de los árbitros privados”.
Jueces del sector privado
La principal crítica a estos tribunales internacionales de arbitraje se dirige a su composición: la última palabra la suele tener un experto en comercio internacional del sector privado. La enmienda insiste en la naturaleza del ISDS sin mencionar la palabra ‘arbitraje’. “En potenciales conflictos, estos serán abordados de manera transparente con jueces profesionales independientes nombrados públicamente en audiencias públicas que incluyan un mecanismo de apelación”, reza otro párrafo.
La comisión de Comercio Internacional abordó más cuestiones del TTIP que quedaron relegadas por el inesperado cambio de los socialistas. El eurodiputado ecologista francés Yannick Jadot se desahogó en la rueda de prensa posterior, junto al resto de ponentes: “Las comisiones de Empleo, Medio Ambiente, Asuntos Jurídicos, Asuntos Constitucionales, Transportes y Peticiones ya habían rechazado el ISDS. Es lamentable que la gran coalición entre socialistas y conservadores prime una vez más sobre la democracia, el interés general, los salarios y los consumidores europeos”. El ponente principal del informe ha sido el socialdemócrata alemán Bernd Lang.
“La gran coalición se pone de acuerdo otra vez”
La eurodiputada de IU Marina Albiol también cargó contra los socialistas: “La gran coalición ha vuelto a ponerse de acuerdo para frenar todas nuestras propuestas. Tras un tracto parlamentario que ha durado meses, el texto que sale es prácticamente igual que el que entró tras haber sido redactado al dictado de los poderes financieros.” En ocasiones, no solo la izquierda asume las críticas al procedimiento de arbitraje, y no es raro ver a patronales europeas representando a pequeñas y medianas empresas renegar del ISDS alegando que en caso de litigio poco puede hacer una pyme en el extranjero al ser incapaz de asumir los costes del proceso.
Los ISDS son instrumentos de derecho público internacional que no son en absoluto una novedad: su número se estima superior a 3.000 en todo el mundo, pero casi todos forman parte de acuerdos bilaterales entre un país en vías de desarrollo y un estado rico. Normalmente, el país rico pretende dar cierta seguridad jurídica a las empresas de su país en lugares más pobres aplicando el ISDS.
En el caso del NAFTA (el tratado de libre comercio de América del Norte) el sistema de arbitraje se plasmó para, en teoría, contener a México, pero el desenlace fue distinto porque se dispararon los litigios entre firmas de Estados Unidos y Canadá, ya que Ottawa es mucho más proteccionista.