La sombra de nuevos recortes laborales se mantiene sobre la banca en 2020 tras el año de los grandes ERE
El año llega a su final y si una palabra se ha repetido en el sector financiero durante todo el curso ha sido la de ERE. El 2019 ha dejado tras de sí más de 5.000 salidas sumando las realizadas por el Banco Santander, CaixaBank, y otras entidades menores. Se suman a más de una década de despidos continuados en el sector desde que estallara la crisis financiera. Y en el sector se asume que en 2020 seguirán los ajustes.
Así lo apuntan los sindicatos que, aunque aseguran que no hay todavía nada concreto, reconocen la “incertidumbre” sobre el futuro del empleo en el sector, como plantea Luis José Rodríguez, presidente de FINE. No se esperan grandes movimientos puesto que esta pasada década ya ha supuesto un gran adelgazamiento de las plantillas de los bancos, pero se asumen nuevas salidas provocadas por las estrategias de cierres de oficinas, de eficiencia de costes y las posibles fusiones.
Entre 2008 y 2018 -a falta de los datos de cierre de 2019- los bancos españoles han recortado en un 35% sus plantillas, lo que ha supuesto la salida de más de 97.000 trabajadores, tal y como apuntan las estadísticas del Banco Central Europeo. La comparativa con los 28 países de la UE, incluyendo todavía al Reino Unido, da muestra de la mangnitud del recorte.
España ha supuesto más del 16% de todos los despidos que se han producido en la banca europea y su reducción de masa laboral -35%- casi duplica la de la media de la Unión Europea. Únicamente Países Bajos, con un recorte de plantilla del 37%; Grecia, del 40%; y Letonia, del 47%; han tenido más pérdida de empleo en el sector que España. Por número absoluto de despedidos, los bancos españoles solo son superados por los alemanes y los británicos. En Francia, Luxemburgo o Suecia los recortes apenas han supuesto un 3% de salidas.
Pese a estas importantes cifras, los sindicatos todavía creen que el grifo sigue abierto. “No hay nada concreto pero la perspectiva es esa, la dinámica va a continuar”, comenta Roberto Tornamira, secretario federal de sector financiero de UGT. Alude a la presión que están ejerciendo los reguladores y los inversores para que los bancos reduzcan sus costes en el contexto de baja rentabilidad provocada por los bajos tipos de interés. “El Banco de España habla recurrentemente de reducir capacidad instalada y eso supone despidos”, señala Joan Sierra, responsable de banca en CCOO.
“Siempre se trata la eficiencia a base de reducir plantilla”, apunta Rodríguez, de FINE. En la misma línea habla Gonzalo Postigo, de la Confederación Intersindical de Crédito (CIC). “Se ha llegado a un nivel en el que la plantilla está extenuada, se pueden quitar más radios a la rueda pero no va a funcionar mejor”, remarca.
Sin embargo, en un reciente discurso del gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, incidía en que estos recortes de gastos no se habían traducido en una mejora de la eficiencia. “En los negocios en España se ha observado un aumento (deterioro) significativo de la ratio de eficiencia”, apuntó. Señalaba que esto se debe a que el descenso en estos gastos ha sido inferior a la caída de los ingresos.
Más fusiones
Otro de los puntos tratados en aquel discurso por Hernández de Cos fue el de las fusiones en el sector. Tras la importante desaparición de entidades, el gobernador del Banco de España abrió la puerta a más concentración para hacer frente a “los nuevos competidos”. Señaló que estos procesos serán dirigidos desde el interés de crear valor para el accionista y no impulsados desde los reguladores.
Es en este punto de las fusiones donde los sindicatos ven un riesgo para la llegada de nuevos ERE. Y todos coinciden en un nombre: Liberbank.
La entidad asturiana surgida a su vez de distintas fusiones de cajas está en todas las quinielas del sector como posible protagonista para una nueva concentración en banca. Durante este año que ahora cerramos negoció con Unicaja su unión. La operación se fue al traste cuando no se alcanzó un acuerdo sobre el reparto entre ambas entidades del accionariado de la sociedad que surgiera.
A ello se suma que Liberbank está protagonizando algunos de los movimientos laborales que han levantado más protestas entre los sindicatos en las últimas semanas. Estos han anunciado que demandarán a la compañía después de que una negociación entre empresa y representantes de los trabajadores terminara sin acuerdo y con el anuncio de un recorte salarial de entre el 5% y el 8,75%. La empresa trasladó que era un plan para recorte de gastos ante la baja rentabilidad del negocio y la caída de ingresos.
“Es un abuso permitido por la reforma laboral”, apunta Tornamira, de UGT. Este responsable de sector financiero y seguros en el sindicato señala que “apunta a que preparan una operación”. Y señala que podría no ser la única. “Es una barbaridad pero los organismos internacionales todavía apuntan que el sector español tiene margen de concentración, se está conformando un oligopolio”, añade.
En los últimos días se ha planteado un recorte de plantilla en BBVA, según avanzó Expansión, citando fuentes financieras que apuntaban a la elaboración de un presupuesto para la compañía para el próximo curso que incluía un plan de ajuste en distintas áreas del grupo. La entidad ha preferido no valorar la información. Representantes sindicales en el banco consultados aseguran que no han recibido ninguna comunicación ni formal ni informal por parte de la compañía.
Sin embargo, Rodríguez, de FINE, se muestra pesimista y apunta que “todo nos hace pensar que esto va a suceder”. Por su parte, Sierra, de CCOO, recuerda que aunque BBVA no se ha hecho un ERE en sentido estricto, ha estado realizando planes de bajas voluntarias mediante prejubilaciones y que esto se podría mantener.
Nuevos convenios
Otra de las vías mediante las cuales los sindicatos pronostican recortes laborales son los nuevos convenios. Están abiertos los procesos para los acuerdos colectivos en la AEB (grandes bancos), la CECA (antiguas cajas), las cooperativas de crédito y otros segmentos del sector. Ha sido el de la CECA, que afecta a 70.000 trabajadores de entidades como CaixaBank, Bankia, Abanca, Ibercaja, o Unicaja, entre otros, el que ha levantado críticas sindicales en los últimos días.
Los sindicatos han denunciado que en los primeros planteamientos trasladados por la patronal se incluyen cambios notables en las condiciones de remuneración de los empleados. “Lo veo complicado, plantean recortes inasumibles”, señala Gonzalo Postigo, de la Confederación Intersindical de Crédito (CIC). Los sindicatos apuntan que supondría un cambio en materias como la carrera profesional, sustituyendo los derechos por antigüedad por decisiones arbitrarias por parte de las empresas en base a productividad o evolución de negocio. También denuncian que se pretenden eliminar algunos complementos salariales o remuneraciones por movilidad geográfica.
Fuentes de la CECA reconocen a eldiario.es que los planteamientos iniciales van en esta línea. Apuntan que hay que adaptarse a un contexto de tipos bajos, de nuevos competidores, entrada en nuevos tipos de negocio y que esto lleva a adaptar los modelos laborales. “Son propuestas para que el sector sobreviva”, señalan. “No hemos puesto reducir pagas, sino pagar de otra forma”, subrayan, aludiendo también a la flexibilidad horaria y geográfica. Aunque remarcan que no es materia de esta negociación, asumen que la concentración de oficinas “va a seguir” y que esto entrañará nuevas salidas.