El multimillonario George Soros afirmó hoy que la zona euro está desafinada con respecto al resto del mundo en las medidas que se consideran necesarias para salir de la crisis por su rechazo a estimular con dinero la economía.
“La zona euro, dominada por Alemania, está desafinada con respecto al resto del mundo y aunque la crisis del euro está más o menos controlada, sigue habiendo un gran desacuerdo acerca de cómo se ha de salir de la recesión”, dijo Soros en el Foro de Davos.
Ese desacuerdo “se ha agudizado este mismo año después de que Japón cambiara de rumbo”, subrayó el financiero en referencia a la decisión del Banco de Japón (BOJ) de promover una política centrada en reflotar su estancada economía, atrapada en la deflación, con compra de activos que sirven para inyectar dinero en el sistema.
El especulador que logró sacar a la libra del Sistema Monetario Europeo (SME) en 1992 señaló que en el caso de la eurozona “la cuestión no resuelta es la de poder retirar el crédito soberano adicional a medida que la economía avance, algo que no se ha hecho”.
“Existe el temor de que esto derive en una inflación descontrolada, un miedo instalado principalmente en Alemania, porque se considera que se dispararían las tasas de interés y se pondría en peligro la recuperación”, indicó el financiero.
Soros lleva varios años siendo muy crítico con la política económica de la canciller alemana, Angela Merkel, por su insistencia en la austeridad y la reducción del déficit público.
En su opinión, Merkel “hizo lo que tenía que hacer para salvar el euro apoyando a Draghi en vez de al jefe del Bundesbank y ahora el euro está aquí para quedarse, pero cualquier sensación de complacencia y de optimismo es prematura”.
“Alemania hizo el mínimo posible para salvar el euro y después de salvarlo las concesiones que hizo su Gobierno (el de Merkel) están desvaneciéndose”, afirmó Soros.
El financiero, que tiene una fortuna estimada superior a los 10.000 millones de euros, defendió las políticas de estímulo de las economías a través de la inyección de dinero, el “quantitative easing” de la jerga financiera, de las que consideró pionero al presidente de la Reserva Federal de EEUU, Ben Bernanke.
En su opinión, han sido estas políticas las responsables de que “se lograra recuperar el control del coche tras su resbalón” y se “evitara el error cometido en la Gran Depresión de 1930”.
Soros advirtió no obstante de que “aunque la primera fase está prácticamente completada y hayamos conseguido recuperar el control del coche, ni siquiera hemos empezado aún la segunda fase de volver a encarrilarlo en la dirección deseada”.
En el caso de Europa, consideró que el problema fue que durante la crisis “hubo un énfasis en la inyección de crédito soberano, lo que reveló un fallo en la construcción del euro, un fallo fundamental que las autoridades europeas no vieron”.
El problema, dijo, es que “la deuda estatal de los Estados miembros está designada en una divisa que no controlan, es como si tuvieran una deuda en divisa extranjera, similar a lo que ocurrió con los países en desarrollo que se endeudaron en dólares”.
“Esto fue lo que añadió un riesgo que no se reconoció, el peligro de una suspensión de pagos. Si emites en tu propia divisa nunca vas a quebrar porque puedes imprimir, pero los países del euro no podían imprimir, por lo que sí podían quebrar”, explicó.
“Cuando los mercados se dieron cuenta, y fueron bastante lentos, pusieron una gran prima de riesgo en este mercado”, agregó.
Soros consideró que lo ocurrido con el euro es la evidencia de la incapacidad de los Gobiernos a reconocer errores.
“Es más, se aferran a sus errores. La crisis del euro es el ejemplo perfecto, porque habiendo cometido un error en el origen no se ha admitido, ni reconocido, ni corregido”, aseguró.