Detrás de las populares propuestas progresistas que están marcando el rumbo de las primarias del partido demócrata, como Medicare For All o el Green New Deal, existe una nueva teoría económica que las respalda: la Teoría Monetaria Moderna. Esta escuela económica está poniendo en duda las estructuras tradicionales de la política monetaria y fiscal. Stephanie Kelton es una de las economistas más visibles de esta escuela junto con Randall Wray, Warren Mosler y Bill Mitchell. La Teoría Monetaria Moderna (TMM) se presenta como una manera de financiar políticas que requieren de una gran inversión pública, principalmente entre los demócratas más a la izquierda del partido.
Stephanie Kelton (EEUU, 1969) ha dedicado parte de su vida a desarrollar y divulgar el pensamiento de la TMM. Kelton es doctora en economía y profesora de políticas públicas y economía en la Universidad de Stony Brook. Además de su trabajo académico, es asesora económica de Bernie Sanders, precandidato del Partido Demócrata para las elecciones del 2020. Con Sanders ya había trabajado anteriormente, como asesora en 2016, cuando presentó su candidatura contra Hilary Clinton y también ha sido economista jefa de la minoría demócrata del Comité de Presupuesto del Senado.
Sanders vio la posibilidad de financiar muchas de sus ideas progresistas en las ideas de Kelton y en la escuela TMM, como el sistema de salud público. Kelton vio en Sanders la posibilidad de llevar la teoría TMM del terreno de la academia a la arena política. Desde entonces, las ideas de Kelton y de la TMM se han popularizado y han ganado aceptación. Entres sus seguidores se encuentra la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, impulsora junto al Senador Edward John Markey del plan para una transición a la energía limpia, el Green New Deal.
La Teoría Monetaria Moderna es heredera del keynesianismo y tiene sus orígenes en los años treinta y cuarenta, pero fue en los noventa cuando asienta sus bases modernas de la mano del economista Randall Wray y del gestor de hedge funds Warren Mosler. Kelton estudiará la teoría de Wray y Mosler, y más tarde se unirá a Wray en el Instituto de economía Levy del Brad College para dedicarse a profundizar la teoría desde la academia. Kelton es la autora del libro The Deficit Myth: Modern Monetary Theory and the Birth of the People's Economy (El mito del déficit: la Teoría Monetaria Moderna y el nacimiento de la economía de las personas), que verá la luz en junio de 2020, y participa en el blog New Economic Perspectives. La revista Politico nombró a Kelton como una de las 50 personas más influyentes del debate político en los Estados Unidos.
Según la TMM, un gobierno con una moneda soberana no tiene que preocuparse tanto por el déficit en el gasto público porque crea su propio dinero. De esta manera, un déficit en el presupuesto estatal significa un excedente en otro sector de la economía y mientras se controle muy estrictamente el riesgo de inflación, esta nueva manera de enfocar la política monetaria y fiscal abre espacio al desarrollo de medidas políticas. Stephanie Kelton atendió telefónicamente a eldiario.es para profundizar en las bases de esta visión de la economía, que también genera controversias con reconocidos economistas, tanto a la izquierda como a la derecha. El nobel de economía Paul Krugman, el ex secretario del tesoro de los Estados Unidos Larry Summers o el Presidente de la Fed, Jerome Powell se encuentran entre los que han lanzado críticas a la TMM.
¿Qué es la Teoría Monetaria Moderna y cuáles son sus principios básicos?
La Teoría Monetaria Moderna podría definirse como unas lentes que nos ayudan a ver más claro cómo funciona el sistema monetario y que opciones tenemos disponibles a la hora de crear políticas. Esto solo puede ocurrir en los países que mantienen una moneda soberana, es decir, que controlan su propia moneda. La TMM nos ayuda a ver más claro cómo opera el sistema monetario y, cuando es posible, ayuda a los legisladores a hacer mejor uso de este sistema, a tomar ventaja de este espacio para hacer políticas que ayuden a mantener economías más saludables mediante el pleno empleo. Durante muchos años hemos estado usando unas gafas con una graduación anticuada. Nuestras gafas fueron creadas para ver un mundo diferente, el mundo del patrón oro, del tipo de cambio fijo, un mundo que existía antes de 1971, cuando el sistema monetario era muy diferente. En aquel tiempo, teníamos un sistema monetario internacional llamado Bretton Woods en el que los países fijaban su tipo de cambio y estaban atados. Cuarenta y cuatro países participaron en Breton Woods, y cuarenta y tres intercambiaban el valor de su moneda al dólar y los Estados Unidos garantizaban la conversión de dólares a oro a un precio fijo. Hay unas gafas para el mundo del patrón-oro y otras gafas para el nuevo mundo. La TMM dice que en muchos casos todavía miramos el mundo moderno con las gafas viejas. Como no hemos adaptado nuestra prescripción, no tenemos gafas nuevas, no tenemos una visión nítida.
¿Cómo tenemos que actualizar las gafas según la TMM?
La situación es muy diferente para los países que operan con el euro, como España. Sin embargo, para países como los Estados Unidos, el Reino Unido, Australia o Canadá, que intercambian sus divisas, ya no usan un tipo de cambio fijo, y solo toman prestado en su propia moneda, sí que funciona. Reconocer que ya no estamos en el mundo de patrón-oro abre espacios políticos. Puedes hacer cosas que no podías hacer bajo la vieja estructura y poner en marcha políticas de manera diferente. La gran diferencia es que, bajo el viejo sistema, con tipo de cambio fijo, los gobiernos tenían que manejar sus presupuestos como si se tratara de una familia, con restricciones. Ya no es así si emites tu propia moneda, cambias la moneda en los mercados internacionales y restringes el préstamo solo a tu propia moneda, así consigues soberanía monetaria y control de tu propio destino. Esa es la diferencia clave.
La TMM desmitifica la idea de que el gobierno recauda dinero a través de los impuestos. ¿Puede explicarlo?
Sí, es correcto. Si tu emites tu propia moneda, claramente no tienes que conseguirla en otros sitios para poder gastar, viene de ti. Gran Bretaña emitía la libra bajo Breton Woods, pero tenía que tener cuidado con el número de libras que emitía o con lo que gastaba porque estaba tratando de mantener un tipo de cambio fijo, esta es la diferencia. Si eres el emisor de la moneda no te quedarás sin dinero, no tienes que conseguir el dinero de ninguna otra parte para poder gastarlo. Puedes gastar primero y preocuparte más tarde de cuánto vas a recaudar mediante impuestos y cuánto tienes que pedir prestado, si es necesario.
Una de las críticas que suele recibir la TMM es que el déficit ya no es tan importante como se ha venido pensando hasta ahora ¿Como lidiaría la TMM con el déficit?
Es importante dejar claro si estamos hablando de un país que usa el euro o de un país como Estados Unidos. Los países de la zona euro no son países emisores de moneda, son usuarios de la moneda. No son libres de gastar primero y después preocuparse de lo demás porque son dependientes de los mercados capitales y tienen un riesgo predeterminado. El problema no es el déficit en sí. Si tienes una economía deprimida sea Italia, Grecia o España es porque está hambrienta de demanda, necesita clientes. Los altos niveles de desempleo son un reflejo de la escasa demanda de una economía. Para reducir el desempleo necesitas negocios que contraten a más personas. ¿Qué es lo que hace que los negocios quieran contratar a más gente? Que estén inundados de clientes y abrumados por una alta demanda de lo que producen y venden. ¿Cómo aumentas las demanda para que aumente la necesidad de mano de obra? Una manera de hacerlo es que el gobierno gaste más. A los negocios no les importa de dónde viene la demanda, las cajas registradoras no discriminan.
El déficit es solo una manera que tiene el gobierno de proveer esta demanda. Los gobiernos pueden recortar impuestos o aumentar el gasto. Digamos que aumentan el gasto, esto se traduce en un incremento de los ingresos y, por lo tanto, debería aumentar la demanda. Supongamos que el déficit aumenta, ¿y qué? Cuando hay déficit el gobierno está haciendo una contribución financiera al resto de la economía. Si un gobierno gasta 100 euros en la economía y solo ingresa 90 hay un déficit de 10 euros, pero para la TMM alguien ha cogido esos 10 euros. El déficit se convierte en un excedente en otras partes de la economía. Si un gobierno acarrea grandes déficit, haciendo contribuciones más y más grandes al resto de la economía y la gente que ingresa ese dinero lo gasta, se multiplica el efecto, aunque se podría potencialmente superar la capacidad y tendríamos un problema de inflación. La cuestión no es si tenemos déficit o tratamos de reducirlo. Lo importante es el pleno empleo o mantener baja la inflación. Así que, si se consiguen esos objetivos con un déficit del 4% del PIB se está haciendo lo correcto. Si hay que equilibrar la economía con un presupuesto desequilibrado no debería ser un problema.
¿Cómo controlaría la TMM el riesgo de inflación que podría ser la consecuencia de tratar de conseguir una economía de pleno empleo y con una fuerte inversión estatal?
Ahora mismo, nadie en el Congreso de EEUU piensa en la inflación como un riesgo. No es algo que los legisladores consideren antes de votar el gasto estatal. La TMM quiere que el Congreso piense en la inflación, quiere que el riesgo de inflación sea parte de cómo nuestros políticos piensan en proyectos que necesitan gasto público. Ahora se deja la lucha contra la inflación al Banco Central. ¿Cómo lo hace? Creando desempleo. Si la Fed empieza a preocuparse por el aumento de la inflación, lo que hace es aumentar los tipos de interés para ralentizar los préstamos y el gasto, lo que deja a la gente sin trabajo. No es solo poco eficiente, sino que además es cruel. Se utiliza a millones de personas, forzándolas a quedarse improductivas y desempleados. Hay una mejor manera de hacerlo.
Por ejemplo, en la actualidad si el Congreso está pensando en gastar un par de cientos de miles de millones de dólares en infraestructuras, normalmente se escribe una proposición de ley y se busca una forma de financiarla mediante un copago con un impuesto a la riqueza u otro tipo de impuesto. La propuesta irá a la Oficina del Presupuesto del Congreso que la evaluará. Decidirá si es una buena propuesta si no aumenta el déficit, y si es así, dará luz verde para gastar el dinero. Nadie está pensando en el riesgo de inflación, solo miran que no crezca el déficit.
Pero la manera en que la TMM propone abordar la cuestión del presupuesto y del gasto público del gobierno federal es diferente. Tiene en cuenta sobre todo el riesgo de inflación. Le preguntarían a la Oficina de Presupuesto del Congreso: ¿Tenemos las compensaciones correctas? ¿si gastamos esta cantidad de dinero, crecerá la inflación? Las compensaciones no son para pagar por la infraestructura, las compensaciones son para asegurarnos que el gasto en infraestructura no creará inflación. Así que se va a gravar este dinero, vas a aumentar este impuesto no para financiar la infraestructura sino para asegurarte que dicho gasto no causará un problema de inflación.
¿Los bancos centrales tendría menos poder para controlar la inflación?
La Fed puede seguir reaccionando, lo que yo digo es que la mejor defensa contra la inflación es un buen ataque. Hay que pensar en la inflación antes de gastar, cosa que ahora mismo no se hace, y crear las compensaciones adecuadas. Hay que hacerlo bien durante el proceso de diseño y aprobación de los presupuestos, de manera que el nuevo gasto público no aumente la inflación. Este es el objetivo. Si de todas maneras hay inflación, es trabajo del banco central combatirla. Podemos debatir sobre si el Banco Central está en realidad equipado para luchar contra la inflación. La mayoría de los economistas de la escuela de la TMM no piensan que los Bancos Centrales tengan mucho poder para controlar la inflación, por lo que no creemos que variar los tipos de interés sea en verdad tan eficaz, en el mejor de los casos es un instrumento.
Los políticos normalmente cuando proponen planes ambiciosos a nivel económico como el Green New Deal o Medicare for All reciben la pregunta de cómo se van a financiar.
Si te postulas paras presidente y dices que quieres Medicare for All,un Green New Deal, vivienda pública y universidad gratuita todo el mundo va a preguntarte cómo lo vas a pagar. Creo que es un error. La pregunta correcta no es cómo lo vas a pagar a nivel financiero sino cómo vas a encontrar los recursos reales para llevarlo a cabo. Si quieres hacer que la sanidad sea un derecho para todas las personas, cubrir a unas treinta millones de personas que hoy en día no tienen seguro médico y sacar al resto de su plan de sanidad privado y ponerlos en el sistema público de Medicare For All, ¿cómo vas a conseguir los recursos para hacerlo? ¿Tienes a los doctores, enfermeros y especialistas? ¿Tienes los hospitales? ¿Tienes suficientes camas? En definitiva, ¿tienes los recursos reales para hacer que sea una buena propuesta política? Esta es la pregunta correcta. Pagar es la parte fácil. Buscar los recursos reales es el reto si tu economía ya está usando a toda su gente, sus máquinas, sus empresas, etc. El desafío está en encontrar los recursos reales, no en cómo conseguir el dinero.
Una parte importante de la TMM es el Programa de Garantía de Trabajo. ¿Cómo funcionaría y con qué salarios se compensaría a los trabajadores?
El Programa de Garantía de Trabajo es como una subasta en el mercado laboral. Si quieres trabajar y no encuentras trabajo en ninguna otra parte de la economía, se te garantiza un trabajo haciendo un servicio público. Es totalmente voluntario, se financia a nivel federal, pero se administra localmente. Esto significa que las comunidades locales, los gobiernos locales o estatales desarrollan y diseñan los empleos. Debe ser descentralizado para que las propias comunidades definan lo que necesitan. El gobierno federal no sabe qué clase de trabajo se necesita en un pequeño pueblo de Oklahoma, pero la gente de este pueblo sí que saben cuáles son sus necesidades: desde crear nuevas instalaciones hasta cuidar de las personas mayores, del medioambiente o de las comunidades. El empleo debe estar orientado alrededor de lo que llamamos economía compartida: cuidar de la gente, de la comunidad y del planeta. Después hay un proceso de aprobación de manera que se asegure de que el trabajo encaja ampliamente dentro de los objetivos del programa y luego se contrata a las personas que se presentan.
Los salarios deben ser dignos y con beneficios sociales, por ejemplo 15 dólares la hora incluyendo seguro social, conciliación y facilidades para el cuidado de niños. Sabemos que si tienes una persona trabajando a tiempo completo en un programa a 15 dólares la hora ganará suficiente para sacar a una familia de cinco miembros de la pobreza. Si tienes a una persona trabajando a tiempo completo y otra a media jornada esta familia ganará suficiente como para sacar de la pobreza a una familia de ocho personas.
¿Qué pasaría con países que tienen monedas soberanas pero que estas monedas no son tan fuertes como el dólar?
Mi compañero Fadhel Kaboub, también economista de la TMM, ha explicado esta cuestión muy bien recientemente en un podcast. Kaboub trabaja en países como Túnez y en otros países de África. Hay países que tienen que importar grandes cantidades de alimento y energía en los mercados internacionales, lo que restringe absolutamente su independencia monetaria. Hay algunos países que no pueden ejercer su soberanía monetaria incluso si emiten su propia moneda. Lo que normalmente pasa cuando no eres independiente a nivel de alimentos o energía es que tienes que pedir prestado en dólares o en euros y se traduce en una pérdida de las condiciones necesarias para emprender un programa fiscal ambicioso. Aun así, sí que se podría implementar el programa de garantía de trabajo. Incluso si eres un pequeño país de África en vías de desarrollo con tu propia moneda. Argentina llegó a tener un programa de trabajo garantizado durante un período de tiempo. No lo hicieron disponible para todo el mundo, estaba restringido solo al cabeza de familia, pero aun así consiguieron llevarlo a cabo con una alta deuda externa y otros problemas. Siempre puedes ofrecer un trabajo en tu propia moneda y contratar a las personas que se presenten y quieran trabajar. La moneda se puede devaluar lo que conducirá al incremento de los precios de los productos importados que compres y tienes que conseguir alimentos y energía, lo que lleva a esos países a pedir prestamos y a perder soberanía monetaria. Reconozco que hay restricciones reales para algunos países.
¿Cuál cree que es la solución para un país como España que tiene un desempleo del 14%? ¿Salir de la Unión Europea?
Randall Wray y yo escribimos un artículo sobre este tema en 2010 que se titulaba 'Can the euro survive?' (¿Puede sobrevivir el Euro?). Nuestra respuesta fue que sí, que puede sobrevivir. Se tendría que lidiar con el hecho de países como España no tienen su propia moneda y hay que facilitar que mantengan economías saludables o se desmoronarán y la gente querrá salir del euro.
El Banco Central Europeo (BCE) es el emisor de la moneda. Cuando se le preguntó a su presidente Mario Draghi en una conferencia de prensa si el BCE podría quedarse sin dinero alguna vez, él río a carcajadas y contestó: “No, no nos podemos quedar sin dinero”. Proponemos que el BCE haga una distribución anual, que dé cada año una asignación y la distribuya en base a la renta per cápita.
Si se va a llevar a cabo un programa de garantía de trabajo es importante hacerlo cuando la economía empiece a empeorar porque más gente se queda sin trabajo y es precisamente cuando los ingresos tributarios bajan. No se le puede pedir al Gobierno español que contrate a todos los desempleados y pagarles con un programa de garantía de trabajo porque no tienes la moneda cuando más lo necesitas. Sería muy difícil o prácticamente imposible para los países de la zona euro tener un programa de garantía de trabajo sin la cooperación del Banco Central Europeo.
¿Cuál cree que es el estado de la economía actualmente en los Estados Unidos? El presidente Trump le gusta hablar del buen estado de la economía al mismo tiempo que ha impuesto altos aranceles a China. ¿Qué cree que puede pasar?
Los aranceles empiezan a tener un efecto negativo en la economía de los Estados Unidos. Estamos en el décimo año de recuperación, un crecimiento ininterrumpido pero que ha sido desigual. Tenemos datos como la tasa de desempleo y el índice de crecimiento que son muy positivos, pero hay mucha desigualdad, la prosperidad no ha llegado a todo el mundo. A la mitad del país no le está yendo tan bien, son pobres o están cerca del umbral de la pobreza. Trump solo mira la bolsa, es su punto de referencia para la economía y piensa que va bien. Hay cosas que van bien, como a él le gusta decir, la tasa de desempleo para las personas negras ha bajado claramente, aunque es todavía dos veces peor que la de los blancos. También es verdad que esta larga recuperación ha permitido a más gente encontrar trabajo, pero no son siempre empleos bien pagados porque los salarios de la mitad de la población se han quedado estancados por décadas.
La economista británica Grace Blakeley publicó en su cuenta de Twitter sobre la TMM: “Pienso que la mayoría de pensamiento de la Teoría Monetaria Moderna es compatible con Marx. Mi problema principal con esta teoría es su limitado análisis del poder. En mi humilde opinión, es muy difícil cambiar el sistema hasta que entiendes quién se beneficia del status quo y averiguas cómo debilitar su poder”. ¿Qué piensa de su opinión?
Creo que está equivocada. Lo que hace la izquierda en los Estados Unidos y en otros países del mundo es tratar a las élites y a los ricos como las personas que tienen el pase para la prosperidad. Los veo acudiendo a los multimillonarios para conseguir un estado del bienestar más generoso. Piensan que para poder alcanzarlo necesitan a los ricos porque tienen el dinero y van a pagar por un mundo mejor. Así los ricos se convierten en personas superimportantes, se les coloca en un pedestal y se convierten en la gallina de los huevos de oro.
En los Estados Unidos hay políticos proponiendo un impuesto a la riqueza del 2%, pero una tasa a la riqueza así mantiene a los multimillonarios como lo que son multimillonarios: siguen en el poder, siguen siendo ultraricos. La TMM no va a esperar a que la clase multimillonaria nos ayude, lo vamos a arreglar sin esperarles. No vamos a esperar otros 10 años para lidiar con el cambio climático. Les demostraremos a los ricos que no los necesitamos, que no son necesarios. Se puede financiar lo que se tenga que financiar porque el Estado tiene más poder y puede proveer de más recursos. Es frustrante esta línea de pensamiento que dice que hay que esperar y aguantar el sufrimiento continuo hasta que podamos aumentar impuestos a los ricos.
No es que no queramos cobrar impuestos a los ricos, porque sí lo queremos hacer. De hecho, lo queremos hacer mucho más duramente que la izquierda que solo quieren coger un poquito para pagar sus proyectos. La TMM quiere gravar la riqueza muchísimo más porque la concentración extrema de riqueza y renta no solo es mala para el funcionamiento de nuestra economía, sino que es corrosiva para la democracia. Si de verdad se quiere acabar con la desigualdad de riqueza y renta, hay que ser mucho más agresivo con los impuestos y la regulación.