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OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

La subida de precios del café, el cacao y el azúcar presiona otra vez los costes de la industria alimentaria

Las grandes multinacionales de la industria alimentaria aseguraban hace unos días que los precios, después de dos años de constantes alzas, ya no tienen mucho más margen de subida porque el bolsillo de los consumidores no da mucho más de sí. Ahora, en el inicio de la primavera y del segundo trimestre del año, el incremento de tres productos básicos para los grandes fabricantes puede llevar al traste esa aspiración de que los precios bajen o, al menos, dejen de incrementarse a medio plazo.

En las últimas semanas, se ha disparado la cotización de materias primas como el cacao, el azúcar o el café. El primero de ellos, a cifras que no se habían visto nunca. Por primera vez desde que hay registros, el precio del cacao superó la semana pasada los 10.000 dólares por tonelada. Un dato que, como derivada, va a impactar en el precio que hay que pagar por el chocolate. 

Detrás del aumento del coste del cacao está, sobre todo, la caída de producción en países del golfo de Guinea, por el impacto de las condiciones climáticas, donde se han vivido tanto episodios de sequía como de lluvias torrenciales. A eso se suma que la Unión Europea va a echar el cierre a las importaciones de productos agrícolas en terrenos de terceros países que se hayan conseguido gracias a la deforestación. Y la derivada, que el precio del cacao subió casi un 60% en el mes de marzo y alrededor de un 230% a lo largo de los últimos 12 meses.

Esta situación ya está provocando un impacto para las economías locales. Por ejemplo, Ghana, uno de los grandes exportadores junto a Costa de Marfil, tiene un problema de financiación internacional por la caída de producción de esta materia prima. Consiguió un préstamo de 800 millones de dólares con varios bancos internacionales donde la garantía eran, precisamente, los ingresos a obtener a través de la venta de cacao. Y si no hay producción podría perder el acceso a estos fondos. Mientras, Costa de Marfil ya ha adelantado que la cosecha que comienza ahora en abril se quedará entre las 400.000 y las 500.000 toneladas, frente a las 600.000 del año anterior. 

“El estrangulamiento de la oferta y la demanda se ha convertido en una extravagancia especulativa en un mercado normalmente pequeño”, asegura el analista de mercados globales de la plataforma de inversión y trading eToro, Ben Laidler. “Los altos precios del cacao pueden durar y los consumidores apenas han empezado a notarlos”, añade. De hecho, se prevé que la subida de la materia prima se materialice en el precio que pagamos los consumidores, no de forma inminente, sino en los próximos meses. Además, no se notaría igual en todos los mercados, porque algunas empresas estarían llenando sus almacenes.

“El mercado estadounidense experimenta escasez de los productos de origen ghanés y marfileño”, asegura la Organización Internacional del Cacao en su último informe. “Algunos profesionales del mercado opinan que [esa escasez] es el resultado de progresiva acumulación de [cacao de] estos orígenes en Europa a expensas del mercado estadounidense antes de la entrada en vigor del Reglamento de la UE sobre deforestación”, el que impedirá comprar cacao de países donde se haya producido en base a recortar la superficie forestal.

El problema del azúcar agravado por el puente de Baltimore

La subida del cacao puede ir para largo, mientras que el azúcar arrastra recorrido a sus espaldas, tanto que la ONU avisó de que es uno de los alimentos que más se ha encarecido en los últimos años.

La FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, publica cada mes un índice que mide la evolución de los productos básicos. El último, hasta el momento, es el de febrero. Ese mes, el índice que mide el azúcar aumentó un 3,2% respecto a enero y un 12,5% en comparación con el mismo mes de 2022. “Las persistentes preocupaciones sobre las perspectivas de la próxima campaña en Brasil, tras un periodo prolongado de precipitaciones inferiores a la media, siguen presionando los precios mundiales del azúcar y exacerbando la presión alcista estacional”, argumenta la FAO en su análisis.

“Además, han contribuido al aumento de los precios los pronósticos que apuntan a una probable disminución de la producción en Tailandia e India, dos de los principales países exportadores”, añade esta institución de la ONU. 

La consecuencia es que los precios del azúcar han vuelto a iniciar una espiral alcista, según las cifras que publica la Organización Internacional del Azúcar. Escalaron en otoño de 2023 y vivieron un respiro a finales de año, pero ahora llevan un mes en progresiva subida, como se ve en el siguiente gráfico.

En este escenario hay empresas que habrían aprovechado para estirar aún más los precios. En Estados Unidos, a finales de marzo, se presentó una demanda colectiva contra varias compañías porque podrían haber pactado sus tarifas. Una de ellas es Domino Sugar. A este lado del Atlántico es una empresa desconocida pero resulta ser una de las más afectadas por el accidente del puente de Baltimore de la pasada semana. La compañía, que cuenta con una planta centenaria en esa ciudad, ha reconocido que tiene azúcar sin refinar para seguir operando durante un plazo de entre seis y ocho semanas

El café tampoco se libra

En una situación bastante similar a la del cacao, el precio de los futuros del café -los contratos que tienen que cerrarse dentro de meses- rozan máximos. La variedad robusta se ha encarecido casi un 50% en el último año y cotiza por encima de los 3.500 dólares por tonelada. 

En el caso de esta materia prima hay una mezcla de factores. Por un lado, la menor producción en países asiáticos como Vietnam e Indonesia. Por otro, el creciente consumo de café en países como China o Japón, que presionan las exportaciones de Brasil o de Colombia. 

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos publica un análisis sobre la evolución de la producción de café. En él explica la caída de producción tanto de Vietnam, como de Etiopía o de Colombia. También que en el caso de Europa, el 90% del café que importa es verde, sin tostar, y que sus principales proveedores son Brasil (32% del total), Vietnam (26%), Uganda (7%) y Honduras (6%). Entre octubre de 2022 y septiembre de 2023 -el periodo que recoge el informe- las importaciones de la UE alcanzaron cifras récord, por encima de los 49 millones de sacos. Y el país que perdió terreno en esos meses fue Colombia, que se quedó en 1,8 millones de sacos. 

En las próximas semanas, las grandes cotizadas del sector de la alimentación tendrán que ir publicando sus cifras del primer trimestre del año y sus perspectivas para los próximos meses. De momento, la cotización en bolsa de algunas grandes multinacionales que ligan sus negocios al chocolate, el café o el azúcar se han resentido en esta última semana, desde el máximo del cacao en el parqué, pero no en exceso. Por ejemplo, Mondeléz, dueña de Oreo, Milka o Toblerone, ha visto caer su cotización un 2,5%. En el caso de Nestlé o del del fabricante de chocolate, también suizo, Lindt & Sprüngli ronda en la última semana el 1% y el gigante de las cafeterías Starbucks se queda cerca del 1,5%. 

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