La subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) recortó al 13% los hogares que vivían con menos de 1.000 euros netos al mes en España en 2022. Se trata de un mínimo histórico, y de una caída de casi 2 puntos desde el 15% de 2021. Mientras, las familias que ingresaron recurrentemente menos de 1.500 euros fueron cerca de un 30%, desde el 32% del año pasado, según la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) del Instituto nacional de estadística (INE), que se realiza desde 2006 y cuya última edición se ha publicado este miércoles.
Nunca había habido menos familias en los tres tramos más bajos de ingresos del sondeo (de 0 a 500 euros, de 500 a 1.000 y de 1.000 a 1.500 euros). Estos hitos son consecuencia, efectivamente, del aumento de salario mínimo y su presión al alza para el conjunto de sueldos bajos durante la legislatura que expira con las elecciones generales del próximo 23 de julio. El SMI estaba en 965 euros brutos por 14 pagas en 2021. El Gobierno lo subió a 1.000 euros en 2022. Y en 2023 lo ha llevado a 1.080 euros.
Pero no solo es el salario mínimo. La reducción del 'mileurismo' (que fue el paradigma de la precariedad durante la crisis financiera de hace una década) también es producto de otras medidas del escudo social desplegado por el Ejecutivo de coalición desde la pandemia, como el incremento de las pensiones o la protección de las rentas de los trabajadores con la financiación de los ERTE (Expedientes de regulación temporal de empleo) a las empresas junto al resto de ayudas directas a los más vulnerables, como la reducción del IRPF para rentas medias-bajas (aquellas inferiores a los 21.000 euros). A lo que hay que añadir el dinamismo del mercado laboral y la reducción de la temporalidad tras la reforma de 2021.
Un 54,2% de las familias ingresa más de 2.000 euros al mes
Asimismo, la caída del paro a su nivel más bajo desde la burbuja del ladrillo, el récord de afiliados a la Seguridad Social (casi 21 millones) y de contratos indefinidos explican buena parte del otro extremo de la encuesta del INE: las familias que ingresaron más de 2.000 euros netos al mes alcanzaron en 2022 el 54,2%, un máximo.
De nuevo, hay más razones. Más allá de las cifras más conocidas, el mercado de trabajo de España está protagonizando un cambio estructural. Las distintas reformas relacionadas con el Plan de Recuperación y el fuerte incremento de las exportaciones de servicios no turísticos han acelerado la creación de puestos de trabajo relacionados con las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) y científicos.
“El empleo en estos sectores está aumentando a un ritmo del 25%, frente al 5% del resto de industrias”, según datos del Ministerio de Asuntos Económicos. Y son trabajos mejor pagados frente a la media.
Nuestro país está vendiendo más servicios de consultoría, ingeniería, I+D, telecomunicaciones o informática que nunca. Y esta tendencia implica un papel central a la nueva ley de Formación Profesional y al Plan Nacional de competencias digitales que, según Economía, “aumentarán la productividad, mediante la reasignación de trabajadores hacia sectores más productivos, acercando la oferta a la demanda del mercado laboral”.
La polarización del empleo
Las cifras de la encuesta también apuntan a la “polarización” del empleo por el impacto de las nuevas tecnologías, una tendencia de la que vienen alertando los expertos en las economías desarrolladas. Los trabajos peor pagados son manuales. Limpiadoras, peluqueras, cuidadoras, o en la hostelería. Tareas que no son sustituibles por máquinas, en algunos casos porque sería muy caro para el empleador y en otros porque requieren empatía, lo que es evidente por ejemplo en los restaurantes.
Por el contrario, los salarios más altos están relacionados con el pensamiento crítico, el liderazgo, la creatividad... Trabajos que son complementarios a la tecnología. En medio, se quedan las manufacturas, la administración... que sí son sustituibles por robots, programas o sistemas de inteligencia artificial. Es decir, estos últimos pierden poder de lograr aumentos en las remuneraciones, o, en última instancia, van desapareciendo.
El gasto de las familias y la inflación
Por último, el sondeo de presupuestos familiares del INE desvela el gasto medio de los hogares. La recuperación del shock de la pandemia fue completada en 2022, cuando se alcanzó una media de 1.325 euros al mes, un 4,4% más que en 2019.
En el análisis de esta cifra destaca que las subidas de precios elevaron el gasto en alimentos y bebidas no alcohólicas (764 euros más que en 2019) y en vivienda, electricidad, agua o gas (802 euros más) con incrementos del 17,8% y un 8,5%, respectivamente, por las mayores presiones inflacionistas.