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Las subidas salariales en las grandes empresas se moderan al 4,8% en febrero aún con el efecto de las revisiones anuales

Los salarios en las grandes empresas relacionadas con la energía (carburantes, gas, electricidad...) han mejorado más que en otros sectores.

Daniel Yebra / Victòria Oliveres

12 de abril de 2023 15:15 h

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A falta de un gran acuerdo a nivel estatal entre empresarios y sindicatos, las luchas salariales se han librado en cada empresa, y los trabajadores de las más grandes consiguieron al final de 2022 mejores acuerdos en general que en las medianas o en las pequeñas. Las subidas de sueldos fueron del 5,3% en enero y se moderaron al 4,8% en febrero en las 30.000 empresas con mayor negocio de nuestro país, según las estadísticas que recoge mensualmente Hacienda.

Los sueldos arrancaron 2023 con un aumento al mayor ritmo interanual desde abril de 2022, cuando se estableció un récord desde 2008 en el 5,4%, y protagonizan el mayor salto mensual de toda la serie de esta estadística de la Agencia Tributaria —del 2,6%, mientras que en enero la mejor de mes a mes fue del 1%—. Esta estadística recoge datos de un 40% del total de afiliados a la Seguridad Social en el sector privado.



En febrero, los incrementos se moderaron, pero, según el propio informe de Hacienda, “sus magnitudes vienen siendo reflejo del impacto que están teniendo las revisiones salariales, que progresivamente incorporan el efecto del continuo incremento en el nivel general de precios experimentado en los dos últimos años”.

El 5,3% de enero y el 4,8% de media en las grandes empresas se quedan entre tres y cuatro puntos porcentuales por debajo de la inflación del 2022, que ascendió al 8,4% en promedio en todo el ejercicio. Por su lado, las subidas salariales recogidas en los convenios (más allá de las grandes empresas) fueron del 3% en marzo, similares a las de enero y febrero. En el conjunto de 2022, este dato se quedó en el 2,8%.

Revisiones de final de año

En un intento de aliviar este daño de la crisis de precios, al que se suma las subidas de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE), y ante el fracaso de las negociaciones a nivel estatal, los trabajadores y las empresas han pactado subidas de salarios en los últimos meses. Son las que se muestran en las cifras de Hacienda o de los convenios. Aunque son muy desiguales según sectores y tipos de compañías.

Estos acuerdos, normalmente vinculados al cierre de año y que se aplican en el arranque del siguiente, son los que concretamente se ven reflejados en las últimas estadísticas de la Agencia Tributaria sobre grandes empresas. Así como la reciente subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que se aprobó en febrero pero se aplica de forma retroactiva desde el 1 de enero.

Entre los datos desagregados, destacan los aumentos de los sueldos en las grandes empresas del sector de las coquerías y el refino, y en hostelería y restauración.



Estos incrementos apenas alivian una parte del daño al poder adquisitivo histórico de esta crisis de inflación, que el Banco de España calcula que fue de cerca del 6% en 2022, y que persistirá en 2023, para cuando se prevé una subida de los precios cercana al 4%, con caída de la energía pero mayor incremento de la alimentación y de otros bienes y servicios. Mientras, los beneficios empresariales han recuperado niveles pre Covid y siguen elevándose, protagonizando fuertes aumentos en sectores como precisamente la energía o también en la banca.

Crecimiento de los beneficios

Según la misma Agencia Tributaria, en el conjunto de 2022 los beneficios empresariales crecieron un 30% y los salarios apenas un 4%. Los hechos que han apoyado este crecimiento de las ganancias corporativas son principalmente dos. Por un lado, la reconstrucción de la actividad en general tras la pandemia.

Por otro, la mejora de los márgenes de media, al trasladar las empresas el incremento de los costes a los precios finales de venta, elevando su capacidad de obtener beneficios de los ingresos crecientes, y cargando la mayor parte del golpe de la inflación sobre los consumidores y también sobre los salarios.

Este mismo martes, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntis Económicos, Nadia Calviño, anunció la creación del Observatorio de Márgenes Empresariales, que le servirá al Gobierno para tomar medidas “efectivas” de política económica y conocer mejor la distribución de las rentas.

Calviño explicó que el Observatorio se nutrirá de los datos del Banco de España, del Ministerio de Hacienda y del Instituto Nacional de Estadística. Y justificó su creción porque en este momento es “muy importante mantener la competencia efectiva en los mercados de bienes servicios y una distribución adecuada de las rentas”.

En la misma línea, el Ejecutivo defiende que las medidas de 'anti inflación' focalizadas por renta han aliviado un 40% del daño de la inflación a los más pobres. La suma de estas medidas focalizadas (subida del 15% del IMV y de las pensiones contributivas, cheque de 200 euros...) y las de precios en general (bajadas de impuestos, descuento a los carburantes...) habría amortiguado en total un 60% de la pérdida de poder adquisitivo de las familias con menos ingresos en 2022.

Respecto a los trabajadores de las Administraciones Públicas, el Gobierno, actuando como patronal, acordó una subida del 2% que ya se aplicaba para los salarios de 2022 más un añadido del 1,5%. Para 2023 se planteó un fijo del 2,5% y se añadieron dos conceptos variables. Uno, del 0,5%, vinculado al IPC acumulado de este curso y el que viene si superan el 6%. Otro, de igual cuantía, vinculado a que el PIB supere el 5,9%. Respecto a 2024, el fijo es del 2% y se añadiría un 0,5% si el acumulado de este año y los dos próximos acaba con una inflación del 8%. También han sido más proteccionistas del poder adquisitivo los aumentos de las pensiones y del Salario Mínimo Interprofesional, del 8,5% en ambos casos.

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