La inflación lleva meses presionando el bolsillo al hacer la compra, a pesar de que los consumidores están intentando reducir la factura todo lo que pueden y se han lanzado a comprar más marca blanca que nunca por su mayor competitividad en precio. Al otro lado de la barrera, el de las cadenas de supermercados, esa competencia también genera tensiones, en parte, por el acelerón que están llevando a cabo dos cadenas alemanas de supermercados en un mercado como el español donde la cuarta parte de todo lo que se vende queda en manos de un operador, Mercadona.
El despegue de precios de los últimos años ha disparado el gasto en alimentación en un 24% respecto a antes de la pandemia. Las familias españolas destinan, de media, 444 euros cada mes a llenar, en la medida de lo posible, sus despensas. Una jugosa tarta en ingresos por la que compiten las cadenas de supermercados. Ese dato es de finales de 2023 pero la inflación en lo que va de año sigue subiendo, aunque se está moderando. En junio, el alza interanual de los alimentos se quedó en el 4,2%. Es el mínimo desde diciembre de 2021, según los datos que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es decir, sube pero menos que hace meses.
Ese gasto en alimentación ha tenido como derivada la mejora de los resultados de las grandes empresas del sector, aunque no todas han presentado aún sus cifras del ejercicio 2023. Una que sí lo ha hecho es la cadena de supermercados controlada por Juan Roig. Sus ingresos crecieron un 15%, hasta 35.527 millones de euros, pero su beneficio se disparó mucho más, un 40%, hasta rebasar la barrera de los 1.000 millones de euros.
Mercadona es la líder de un sector comercial que está transformándose y donde hay un elevado peso de las cadenas regionales de supermercados, como BM en Euskadi, Condis en Catalunya, Froiz y Gadisa en Galicia o Alimerka en Asturias. Pero la presión viene, sobre todo, de fuera, por el crecimiento de cadenas germanas como Lidl o Aldi, aunque esta última aún es mucho más pequeña. Mientras, enseñas como Dia llevan tiempo en una fase de reposicionamiento, que ha conllevado la venta de los negocios que no considera rentables, como las cadena de perfumería Clarel, por algo más de 42 millones.
Si se ven las cuotas de negocio de las grandes se constata cómo Mercadona sigue creciendo. Actualmente, representa el 26,9% del mercado de la distribución, casi un punto porcentual más que hace un año. Lidl ha pasado del 5,7% al 6,5% y Carrefour –que también ha incrementado la apuesta por la marca blanca– rebasa la barrera del 10%, según los datos que publica la consultora Kantar y que se resumen en el siguiente gráfico.
Ese repunte de Mercadona se produce con un pequeño aumento en su red de tiendas, según los últimos datos que ha publicado, que corresponden al conjunto de 2023. En doce meses abrió 54 establecimientos y cerró otros 49, lo que situó su red en 1.681 locales. Carrefour tiene algo más de 1.400, sin contar otros negocios como agencias de viaje o estaciones de servicio. Y Lidl, ronda actualmente las 680 tiendas.
En el caso de la empresa de la familia Roig, asume que esa transformación de la red no ha dejado contentos a todos sus clientes. “Hemos tomado decisiones impopulares y molestas”, aseguró Juan Roig en marzo, en la rueda de prensa anual donde informa de cómo va el negocio. Asumió que, desde 2016, la empresa “ha cambiado de ubicación 400 tiendas. Eso al cliente le viene mal. Hemos cerrado 300 establecimientos, porque son pequeños o tienen mala accesibilidad en coche o no se pueden poner las nuevas secciones”.
El crecimiento de las cadenas alemanas
Las enseñas germanas Lidl y Aldi tratan de arañar cuota de mercado acelerando sus aperturas, para lo que además tienen que ampliar su red logística. En el caso de la última empresa, porque parte de una cuota de mercado inferior, dado que está en el 2,1%. “Tenemos previsto abrir alrededor de 45 supermercados en todo el país. Una cifra que mantiene el ritmo de aperturas alcanzado durante los últimos tres años, con la inauguración de más de 100 nuevos establecimientos”, asegura a elDiario.es David Carim, real estate y expansión managing director de Aldi España, que cifra en siete millones los clientes semanales de la cadena.
Aldi ha puesto el foco en Andalucía, Madrid, Catalunya y Comunitat Valenciana que “agruparán más de la mitad de la expansión con nuevos supermercados previstos para este año”, señala Carim. También prevé consolidar su presencia en las Islas Canarias, Extremadura, Murcia e Illes Balears. Su previsión es alcanzar los 480 establecimientos al cierre del año.
Por su parte, Lidl indica que este año prevé abrir unas 40 tiendas en todo el territorio, con lo que rebasará la barrera de los 700 supermercados al cierre del año. “En 2024 prevemos abrir tiendas en 14 comunidades autónomas distintas, siendo Andalucía, la Comunidad de Madrid, la Comunidad Valenciana, Cataluña, Galicia o la Región de Murcia las más recurrentes”, señala un portavoz de la empresa.
Ambas compañías mencionan que su estrategia se centra en la competitividad vía precios, que pasa sobre todo por la marca propia. Y, en eso, se parecen a Mercadona. El 80% de los productos que se venden en Lidl son de sus enseñas, según la consultora Kantar; y en Mercadona sus productos ocupan casi el 75% de las estanterías. Este empuje de la enseña de los distribuidores ha llevado a que casi la mitad de los productos de alimentación que se vendieron el año pasado en España, sin incluir los frescos, eran de marca blanca.
Dia vende negocios
Mientras, otras empresas están en fase de concentración de su negocio en aquellas actividades donde ven más margen. Es el caso de Dia, que también está dando pasos atrás en los países donde no ve oportunidades de crecimiento.
Este año, la cadena de supermercados tiene previsto abrir 10 tiendas en España, lejos de las cifras de otros rivales y por debajo de las 36 que inauguró el año pasado, según adelantó hace unas semanas en rueda de prensa su consejero delegado en España, Ricardo Álvarez. Dia es más grande en capilaridad, suma 2.300 tiendas, de las que un millar son franquicias y que ha ido renovando en los últimos años. “En 2020 la empresa tenía muchas dificultades con pérdidas, pero en 2023 hemos cerrado en España con 122 millones de euros de beneficio”, aseguró Álvarez a los medios.
En otros países, también ha replegado velas. Ha vendido el negocio en Brasil por el precio simbólico de 100 euros en una operación que le va a conllevar perder 101 millones de euros. Y hace un año ya vendió su filial en Portugal al grupo francés Auchan (Alcampo) por 155 millones.