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La pandemia de coronavirus destruyó 622.600 empleos en 2020

Dos mujeres pasan por la puerta de una oficina de empleo, SEPE.

Laura Olías / Raúl Sánchez

28 de enero de 2021 09:13 h

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Unos 600.000 empleos destruidos y una tasa de paro situada en el 16,1%. En el inicio de 2020, nadie podía imaginar la deriva del mercado laboral que traería el año. El año de la pandemia de coronavirus. Al menos, el primero. 2020 terminó con 622.600 trabajadores menos y 527.900 parados más respecto al año precedente debido a la crisis por el impacto de la COVID-19, que ha elevado la tasa de paro al 16,1%. El total de desempleados se situó en 3.719.800 personas.

Los datos proceden de la EPA (Encuesta de Población Activa) del cuarto trimestre de 2020. Un apunte importante es que, pese al gran impacto económico de la COVID, con una fuerte contracción de la economía, el empleo ha aguantado en esta ocasión mejor que en crisis pasadas. Fundamentalmente por las ayudas desplegadas para congelar el empleo, los ERTE, pero también las prestaciones de 'paro' por cese para los autónomos, que no se habían desplegado en crisis anteriores. La tasa de paro, por ejemplo, ha escalado este 2020 hasta el 16,1%, pero queda muy lejos de los ascensos de la pasada crisis financiera.



Respecto al desempleo, que alcanza a 1.728.400 hombres y 1.991.400 mujeres, preocupa el aumento de los hogares que tienen a todos sus miembros activos en paro. Se incrementaron en el último trimestre en 24.300, hasta un total de 1.197.000 hogares. “De ellos, 322.400 son unipersonales”, destaca el INE. Se incrementa también el número de hogares en el que ningún miembro tiene ingresos, hasta los 609.900, lo que supone 44.600 hogares más que hace un año.

Como ha ocurrido desde la llegada del virus, los datos de esta EPA son excepcionales debido a la pandemia. Si en 2019, un año especialmente bueno, se crearon 92.600 empleos y se redujo el número de desempleados en 22.500 personas en los últimos tres meses del año, este 2020 el cuarto trimestre ha dejado 167.400 trabajadores más y el paro se ha reducido en 3.100 personas. Los datos de empleo son buenos para este periodo del año y muestran que la recuperación del mercado laboral se mantuvo, aunque con menos intensidad que en verano.

Un dato relevante en este sentido es el aumento del número total de horas efectivas trabajadas en el cuarto trimestre del año, que se han incrementado un 10,06% respecto del trimestre anterior. El aumento es mayor que el que suele registrarse en este periodo del año (+8,75% en 2019 o 6,94 en 2018), pero aun así, el total de horas efectivas de trabajo al cierre de 2020 es un 6,11% inferior al de 2019.

¿En qué contexto? El final de 2020 estuvo marcado por la segunda ola del coronavirus, de menor intensidad que la tercera, pero que aun así endureció las restricciones en varios territorios para frenar los contagios. Algunas medidas se relajaron en la campaña de 'salvar la Navidad', un cóctel explosivo para los contagios, pero en cualquier caso este último trimestre del año ha sido atípico, con limitaciones a la actividad, sobre todo en la hostelería, el ocio y el turismo, sectores clave en España.



El comportamiento del mercado laboral en 2020 fue el siguiente: el empleo cayó en 285.600 personas el primer trimestre del año, marcado solo al final por la irrupción del coronavirus a mediados de marzo. El descalabro llegó en el segundo trimestre del año, con la destrucción de más de un millón de empleos. En verano, un periodo que recuperó cierta “normalidad” tras superarse la primera ola de la pandemia, el empleo rebotó con fuerza, con 569.600 trabajadores más, pero no fue capaz de recuperar todo lo perdido. Y, finalmente, el último trimestre, el empleo también ha aumentado más que en otros ejercicios, con esos 167.400 trabajadores más. Pero el balance del año, la foto final, sigue siendo de una importante pérdida de empleo: 600.000 ocupados menos.



El año de los ERTE y el teletrabajo

Aun así, la destrucción de empleo está muy amortiguada por los ERTE, que han logrado 'hibernar' cientos de miles de empleos. En el momento más duro de la pandemia, llegó a haber 3,4 millones de trabajadores incluidos en esta herramienta de flexibilidad laboral. En la actualidad, según los datos de la Seguridad Social, la cifra ronda las 700.000 personas. En la estadística de la EPA, los trabajadores en ERTE aparecen dentro de la cifra de ocupados.

El total de trabajadores se situó en los 19.344.300. En los últimos doce meses, el empleo se ha incrementado en 125.800 personas en el sector público y ha descendido en 748.400 en el privado. Por sexos, la reducción de trabajadores alcanzó 338.800 hombres y 283.800 mujeres. El empleo que más se resintió en 2020 fue el asalariado, con una disminución de 604.600 trabajadores, mientras que el empleo autónomo aguantó mejor, con una reducción de 19.800 trabajadores por cuenta propia. Como se apuntaba al inicio, los autónomos han contado por primera vez con ayudas extraordinarias de 'paro' por cese de actividad, una medida que se acaba de ampliar hasta el 31 de mayo, como los ERTE.

Otra herramienta que ha adaptado el trabajo durante la pandemia ha sido el teletrabajo, que irrumpió con fuerza debido al confinamiento decretado en marzo en un país en el que era prácticamente una anécdota. Desde entonces, algunas empresas lo han mantenido y otras han ido recuperando progresivamente la actividad presencial. Con los rebrotes del virus, muchos trabajadores denuncian que algunas compañías (y administraciones públicas) no vuelven a recurrir al trabajo a distancia, y les obligan a ir a la oficina, lo que denuncian como un riesgo innecesario frente a los contagios.

¿Qué nos dice la EPA sobre el teletrabajo? En el cuarto trimestre de 2020, el 9,95% de los ocupados –1.923.800 personas– afirman que trabajaron desde su domicilio más de la mitad de los días. Este porcentaje es algo inferior al del tercer trimestre (10,30%), pero duplica al promedio de 2019 (que fue del 4,81%).

Tasa de temporalidad aumenta hasta el 24,6%

Como suele ocurrir, la destrucción de empleo se concentró sobre todo en el empleo temporal, más vulnerable ante las situaciones de dificultades económicas. Esto es un problema especialmente grave en España, a la cabeza en Europa en empleo temporal. En variación anual, el número de asalariados disminuyó en 2020 en 604.600 personas, con una reducción del empleo indefinido en 207.500 trabajadores y del temporal, en 397.100.

El batacazo del empleo de mediados de año por la irrupción del coronavirus destruyó más empleo temporal, pero la recuperación del empleo también se está alimentando más de estos trabajadores eventuales. El número de asalariados aumentó en total en el cuarto trimestre en 133.500 personas, de los que 26.300 tenían contrato indefinido y 107.200 contrato temporal.

Al final del año, la tasa de temporalidad (el porcentaje de trabajadores con contrato temporal respecto al total) aumentó por tanto al 24,6%, niveles muy similares a los de hace un año. En el segundo trimestre de 2020, la cifra se había desplomado al 22,4%, un dato extraordinariamente alto en cualquier caso, ya que indica que más de uno de cada cinco trabajadores es temporal. Al cierre de 2019, la tasa de temporalidad era del 2019.

La temporalidad del sector público alcanza máximos, hasta el 29,9%, en un contexto de aumento de las contrataciones en las administraciones para hacer frente a las emergencias derivadas de la pandemia. La excesiva temporalidad del empleo público, que supera la del sector privado, es uno de los retos a los que se enfrenta el nuevo ministro Miquel Iceta, después de que Carolina Darias se comprometiera a revisar la legislación para combatir esta lacra.

Los jóvenes y el empleo en servicios, los más afectados

La destrucción de empleo no ha afectado de forma homogénea a los trabajadores, con importantes diferencias por grupos de edad. Los jóvenes han sido los que se han visto más perjudicados por la pérdida de puestos de trabajo. Si ahora hay un 3,1% menos de ocupados que hace un año, entre los menores de 20 años la reducción es del 40,7%. La siguiente caída más abultada se produce entre los trabajadores entre 20 y 24 años, que se han reducido un 15,5%.

Al contrario, los únicos grupos de edad que registran un aumento del número de ocupados son los más adultos: con un 2% de trabajadores entre las personas de 55 a 59 años; un aumento del 6,1% entre las que tienen entre 60 y 64 años y un incremento del 35% entre aquellas con 65 a 69 años.

Por sectores, también se constatan grandes diferencias. La mayor destrucción de empleo se concentra en el sector servicios, el que emplea a más personas en España. El número de ocupados ha caído en un 3,6%, lo que supone que hay 537.100 trabajadores menos. Le sigue la industria, con una reducción de la ocupación del 2,5%, lo que se traduce en 70.100 personas menos trabajando que hace un año. El sector que mejor aguanta la crisis es la construcción, con solo un -0,3% de ocupación. La agricultura por su parte ha reducido su número de trabajadores en un 1,5% respecto al cierre de 2019, con 11.800 trabajadores menos.

El impacto de la COVID en un sector clave en España como es el turismo se aprecia con claridad en el balance del empleo por Comunidades Autónomas, en el que las más perjudicadas son Canarias, con una reducción del -12% (-112.800 trabajadores menos) y Baleares, que registra una caída de la ocupación del 8,12% en el último año, que se traduce en 46.300 personas menos con trabajo. En tercer lugar y a mucha distancia se sitúa Catalunya, con una caída del empleo del -3,95% (137,600 trabajadores menos) respecto al cierre de 2019.

Solo Extremadura registra un aumento del empleo en 2020 respecto al año anterior, con un incremento del 1,4% del número de trabajadores. Mientras que la Región de Murcia (0,35%) y La Rioja (0,26%) mantienen su número de trabajadores.

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