Ternera asturiana, a la conquista del mundo musulmán
La marca Ternera Asturiana ha cerrado el 2017 con buenos resultados y generando nuevos nichos de mercado. Estas reses de vacuno están en alza por la calidad de su carne y la venta de terneros vivos al mercado exterior está creciendo, sobre todo, entre los países del mundo árabe. Algo que no ha pasado desapercibido para la nueva gerencia del matadero central de Asturias, ubicado en Noreña y sin actividad desde el 2014. Esta instalación quiere aprovechar el tirón del éxito que está alcanzando el ganado local en estos países y está en proceso de homologación para el sacrificio de vacuno y ovino por los ritos halal y kosher destinados a consumidores musulmanes y judíos y completar así la oferta alimenticia de vacuno con la venta de carne fresca.
De momento, es la única instalación, de la docena de mataderos existentes en la región, que afrontará la adecuación de sus equipos para el sacrificio de reses de
acuerdo a los parámetros que exigen dichos ritos. El rito halal (musulmán) exige que el sacrificio esté a cargo de un matarife certificado por la comunidad musulmana. El matadero central de Asturias ya cuenta con un trabajador que cumple estos parámetros. De igual forma, han tenido que adecuar uno de los habitáculos (cajón) de sacrificio y orientarlo a la meca. El proceso incluye el aturdimiento del animal y el degüello mediante corte limpio para que la sangre fluya de forma más rápida y no mediante goteo, según el sistema tradicional de pinchado, y cumplir así la simbología y tratamiento de purificación propio de su religión. Asimismo, el matarife formula una oración durante el sacrificio. Otra de las exigencias del rito es que los canales de recogida de sangre y desecho trabajen por separado, según también creencias de purificación de elementos.
El rito judío es todavía más complejo y centra también su atención en el instrumental utilizado en el sacrificio, cuchillos y otros enseres.
Los nuevos propietarios del macelo, la familia Panero, han recibido en los últimos meses varias delegaciones de países musulmanes para el asesoramiento y certificación del sacrificio que previsiblemente comenzarán a efectuar en el plazo de un mes. Esta instalación, la más importante del sector durante décadas en Asturias, llevaba sin actividad desde hace cuatro años. Los nuevos propietarios, la adquirieron por 1,3 millones de euros. En la adecuación de las mismas han invertido cerca del millón de euros, de los cuales 400.000 los han solicitado, vía subvención, al gobierno del Principado. Por el momento, ya se han iniciado acuerdos de venta de carne para los mercados de Sudán, Qatar, Arabia Saudí, Egipto y Viena.
Recuperación del sector
Desde la Asociación Española de criadores de ganado vacuno selecto de raza Asturiana de los Valles (Aseava), Asturias es un buen productor de animales y la venta de reses vivas de vacuno para la exportación “está generando un nuevo nicho de mercado”. Ignacio González, secretario ejecutivo de este colectivo, comenta al respecto que esta nueva comercialización es una alternativa a la venta de carne de vacuno fresca, cuyo mercado es fundamentalmente nacional, porque la vida útil del producto es limitada, por la refrigeración.
No obstante, menciona que desconocen las cifras de venta exacta de reses vivas destinadas a la exportación, ya que en muchas ocasiones se pierde el rastro del animal que sale para cebaderos nacionales, sobre todo de Cataluña y sur de España, aunque son conocedores del aumento de transacciones al exterior con animales locales. Está raza está muy recuperada y actualmente hay unas 50.000 reses nodrizas, que generan al año unos 45.000 terneros, de los cuales, unos 23.000 se destinan a sacrificio con marca de distinción ternera asturiana.
En este sentido, desde el Consejo Regulador I.G.P. Ternera Asturiana valoran también el buen momento por el que está pasando el sector y reconocen que han consolidado su crecimiento en 2017. Según datos facilitados por su gerente, Elena Cebada, la IGP cuenta con 5.721 explotaciones que certificaron 23.642 terneros. Eso supone 6.509.306 kilos de carne con un valor comercial de 29,9 millones de euros. La certificación de Ternera Asturiana ecológica alcanzó los 431.152 kilos y el empleo relacionado con la marca se estima en unas 10.000 personas. Por tanto, la marca «consolida el crecimiento continuado» en los últimos cinco años. El 28% de su producción de carne se vende a otras comunidades autónomas, en especial a Madrid, Castilla y León y Baleares.
A este respecto, desde la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales del Principado, aluden que esta marca de calidad “se encuentra entre las cuatro que más facturan en España y es la segunda de vacuno que se comercializa en el país”.
Aunque, la venta de terneros vivos al mercado exterior impidió certificar un mayor número de reses bajo la marca Ternera Asturiana, debido a que no han completado su ciclo productivo en la región. El presidente del Consejo Regulador de Ternera Asturiana, Rubén Fernández añade al respecto que “2017 estuvo marcado por la demanda del mercado exterior, que sacan muchos animales vivos de Asturias”, pero pese a ello se consiguió adherir a la IGP 244 explotaciones nuevas, así como seis cebaderos, una sala de despiece y siete carnicerías.
Nueva ley de purines
No obstante, no todo son buenas noticias para el sector que ha cerrado un excelente 2017. Los ganaderos están muy preocupado con una nueva normativa sobre el uso de purines en el campo. El Gobierno ha dado el visto bueno a un Real Decreto por el que se modifica la reglamentación de la Política Agraria omún (PAC) y que contempla, entre otros aspectos, la prohibición de esparcir n los campos estiércol, mediante sistema de plato, abanico o cañones. En este sentido, los ganaderos tendrán que adaptarse a esta nueva legislación, exigida, por otra parte, por la Unión Europea.
Desde el sindicato de agricultores COAG ha dado la alarma ante las exigencias de esta nueva normativa y dicen que la aplicación de la misma implicaría el cierre de numerosas explotaciones ganaderas y exigen una moratoria en los plazos para la puesta en marcha de su aplicación para adaptarse y poner al día los equipos.
Este cambio en la normativa de utilización de estos desechos animales como abono se debe a que España “supera con creces” los niveles de amoniaco que permite la legislación europea y que el 90% de las emisiones de amoniaco del país provienen del sector ganadero. Desde el Ministerio de Agricultura se está ultimando una convocatoria de subvenciones destinadas a los ganaderos para modificar sus sistemas de empleo de purines y estiércoles sólidos, según reconoció la ministra Isabel García Tejerina.