Si hablamos de empresas que parecen generar solo noticias positivas, Tesla está entre los puestos altos de la lista. Antes de presentar el Tesla Model 3, la confianza de sus seguidores en el líder de los coches eléctricos era tal que ya tenían 134.000 reservas del vehículo sin apenas conocerse detalles sobre él. La fascinación alrededor de la compañía es tal que incluso dos colosos de la información económica como Bloomberg y Forbes se preguntan si Tesla es la nueva Apple, el ejemplo de empresa por excelencia.
El fenómeno llega hasta España, donde las redes sociales han pedido a Tesla que instale una de sus fábricas, un grito que la Generalitat Valenciana transformó en petición formal. Y siguiendo con las comparaciones con la compañía de la manzana, la figura de su primer ejecutivo, Elon Musk, cada vez se acerca más a la del venerado Steve Jobs, una comparación en la que Business Insider quiso dictar sentencia. Su fama es tal que incluso tuvo su cameo en Los Simpsons.
Pero Tesla también tiene sus puntos negativos, y en los últimos meses han sido varias las malas noticias que revolotean a su alrededor. La primera tiene que ver con las grandes pérdidas que sufre; la segunda gira en torno a las dudas sobre su capacidad de producción, especialmente tras la fuerte demanda recibida; y la tercera son las acusaciones por trabajo ilegal, tras supuestamente importar trabajadores de Europa a los que pagaba mucho menos de lo que darían a un trabajador americano.
282 millones de pérdidas
Los resultados del primer trimestre de Tesla no arrojaron cifras optimistas. Aunque las ventas crecieron un 22%, hasta 1.150 millones de dólares, las pérdidas crecieron un 83%, hasta 282 millones. Los resultados coincidieron con la marcha de dos importantes jefes de producción, sumándose así a otros tres que hicieron lo mismo anteriormente. En total, cinco directivos abandonaron la compañía en apenas tres meses.
Pero, ¿qué explica estos resultados? Jim Chanos, un prestigioso gestor de fondos de Wall Street, considera que el modelo de Tesla no puede ser rentable, sobre todo si nunca cumple sus objetivos de entrega de vehículos. Ese ha sido uno de sus principales problemas en el primer trimestre, al entregar 14.810 vehículos a sus consumidores, por debajo de los 16.000 previstos inicialmente.
Ahora la compañía necesita dinero para afrontar los retos que se le plantean, sobre todo llegar a tiempo a los niveles de producción previstos. En esa línea, Tesla ha puesto en marcha una ampliación de capital de 2.000 millones de dólares que ha sido recibida con escepticismo en los mercados y que se saldó con caída del 5% en su cotización en el día en que se anunció.
Capacidad en entredicho
El banco de inversión JP Morgan fue de las primeras firmas financieras en dudar de Tesla y su capacidad de producción, especialmente tras el alto número de pedidos de su Model 3. Las últimas cifras difundidas por Elon Musk hablaban de 400.000 reservas a 1.000 dólares cada una. Pero posteriormente surgieron dudas sobre las mismas, ya que la propia compañía canceló 12.200 pedidos, un tercio de ellos por duplicación.
Las previsiones iniciales de Tesla apuntaron a una producción de 500.000 vehículos Model 3 anuales para finales de 2018, todos ellos en su fábrica de Fremont (California). Para hacerse una idea de la magnitud de esto, la plataforma de compraventa de automóviles Edmunds asegura que una planta “normal” produce entre 200.000 y 250.000 coches anuales.
La crítica más amplia es que Tesla nunca cumple sus objetivos de producción. Por ejemplo, en el último trimestre de 2015 solo fueron capaces de enviar 206 vehículos Model X SUV, lo que les llevó a limitar la actividad “para hacer la producción más eficiente”. Tras volver a incrementar el número de vehículos entregados, se marcaron el objetivo de producir 1.000 coches, aunque actualmente la media está entre 700 y 800 unidades.
De hecho, hasta los proveedores de piezas para el Model 3 dudan mucho de Tesla. Así lo ha contado en exclusiva Reuters, que cita a varios suministradores que ponen en entredicho las previsiones de Elon Musk, quien asegura por activa y por pasiva que a finales de 2017 entregaran los primeros ejemplares del Model 3. En el caso de la fábrica de Fremont, según uno de los proveedores, se tardaría al menos 18 meses en adecuar las instalaciones para poder producir ahí 500.000 vehículos.
Acusada de empleos ilegales
El medio estadounidense The Mercury News publicó el pasado 15 de mayo una investigación centrada en Tesla que concluía que la compañía de Elon Musk trajo a unos 140 trabajadores desde Europa para las obras de construcción en su fábrica de Silicon Valley, a los que pagaba diez veces menos de lo que cobraría un operario norteamericano. El medio citaba el caso de Gregor Lesnik, un trabajador esloveno que tras sufrir un grave accidente laboral trabajando para Tesla, decidió contar su situación. Según su testimonio, cobraba 5 dólares por hora, lejos de los 52 dólares que ganaría un colega americano por la misma labor. El CEO de Tesla, ante la relevancia que tomó el reportaje, utilizó Twitter para anunciar que investigarían lo ocurrido.
Un día tardó Tesla en lanzar un comunicado cargando toda la culpa sobre la subcontratada ISM Vuzem. La automovilísitica explica que contrató los servicios de la constructora Eisenmann, a la que define como “una de las mejores, si no la mejor, del mundo”. Pero elude cualquier responsabilidad en el accidente de Lesnik. “Contratamos a una empresa para realizar un proyecto en nuestra fábrica, como siempre hacemos en estos casos. Y en ese acuerdo obligamos a la contratada a cumplir con la ley y disponer de los recursos adecuados para trabajar”. Por el momento Tesla no ha anunciado acciones legales contra las empresas a las que subcontrató.
ACTUALIZACIÓN
Días después de la publicación del reportaje por parte de Mercury News, Elon Musk volvía a usar Twitter con un tuit valorando que al medio “parece que les falta un dígito. Tesla pagó 55 dólares la hora”. Adjunto al mensaje publica una carta remitida a Tesla por un directivo de Eisenmann, en la que aseguran a la automovilísitca que al contratar los servicios de ISM Vuzem, estipularon un sueldo de 55 dólares la hora para los trabajadores, cargando así la responsabilidad sobre esta última compañía. En la misiva, Eisenmann advierte que va a revisar las relaciones con sus proveedores para comprobar que todo se hace de forma correcta y acorde con la legalidad.