Trabajar más y que no se reduzca el ingreso mínimo vital: así serán los nuevos incentivos al empleo
El Gobierno ha aprobado este martes los nuevos incentivos al empleo para beneficiarios del Ingreso Mínimo Vital (IMV). Pretenden combatir la llamada “trampa de la pobreza”, que la prestación desincentive a los hogares aceptar trabajos por miedo a perder la prestación o por ver reducidos sus ingresos. Esta nueva herramienta permitirá a los hogares aumentar sus ingresos salariales y mantener además el IMV con su misma cuantía o similar, de manera que siempre salga a cuenta aceptar un empleo porque el hogar sumará una mayor renta. En el caso más elevado, los hogares podrán llegar a sumar hasta 1.840 euros al mes entre rentas del trabajo y el IMV.
Los incentivos entrarán en vigor el año que viene y, según fuentes del Ministerio de la Seguridad Social, se comenzarán a abonar a los hogares alrededor de mediados de 2023, una vez se realice la revisión anual del IMV por parte del INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social). Las familias no deben solicitarlo, ya que se aplicará de oficio, explican en el departamento dirigido por José Luis Escrivá.
El cambio es notable para la economía de estas familias de ingresos muy bajos, en riesgo de pobreza. Cuando la Seguridad Social revise las rentas de los hogares beneficiarios para ajustar el IMV, el aumento de los ingresos salariales –por nuevos empleos o más horas de trabajo de sus miembros– no supondrá una reducción de la ayuda en la misma cuantía como hasta ahora. El resultado: el hogar ingresará más dinero, gracias a aumentar el peso del trabajo y no ver reducido el IMV en la misma proporción.
“Cero papeleos”, ha resumido la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, sobre su funcionamiento, que ha reiterado que no requiere de ningún trámite por parte de las personas beneficiarias ni que tengan que acudir a ninguna administración. Rodríguez ha destacado también que la medida supone cumplir uno de los hitos comprometidos por el Gobierno a Bruselas en el Plan de Recuperación.
La medida se prevé que alcanza “a 1 de cada 5 hogares” beneficiarios del IMV, indican desde la Seguridad Social, alrededor de 100.000 hogares.
Por qué abonar incentivos si se trabaja
Para entender los nuevos incentivos, hay que partir de la situación actual. Si un hogar beneficiario del IMV aumenta en 100 euros sus ingresos salariales, la Seguridad Social le restaría esos 100 euros del ingreso mínimo vital que le abona al actualizar la ayuda. Hay que recordar que el IMV no es una prestación de cuantía uniforme, sino que el Estado abona una ayuda para llegar a ciertos umbrales de renta garantizada, según distintos tipos de hogar (un solo adulto, un adulto con menores a cargo, dos adultos con un menor, ...).
Por ejemplo, la renta garantizada en un hogar de una sola persona adulta es de casi 5.900 euros al año en 2022, 492 euros al mes (aunque ha aumentado de forma temporal un 15% por la guerra en Ucrania). Si esa persona tiene ingresos cero, recibiría un IMV con toda la renta garantizada. Si pasa a ganar 100 euros, esta cantidad se le restaría del IMV e ingresaría 392 euros al mes.
Esta situación, en la que trabajar supone la merma –o la desaparición– de la ayuda, provoca que en ocasiones que haya beneficiarios que no acepten empleos. Muchas veces estos empleos son inestables, por poco tiempo o muy inciertos, de manera que las familias se enfrentan a la desaparición de una ayuda segura sin garantías de poder mantener estos nuevos ingresos salariales incluso en el corto plazo. De ahí nace la llamada 'trampa de la pobreza', que mantiene a hogares en la prestación contra la pobreza sin poder transitar a su inclusión en el mercado laboral.
La Seguridad Social pondrá en marcha un simulador para poder calcular el dinero de incentivo ante un aumento de los ingresos por salarios
Cómo funcionan los incentivos
Contra esta situación, el ministro José Luis Escriva anunció que el IMV tendría aparejados incentivos al empleo. Estos han sido aprobados este martes en el Consejo de Ministros y empezarán a cobrar a partir de 2023. Los incentivos suponen que, cuando un hogar aumente sus ingresos derivados del trabajo, el IMV no merme en la misma cantidad y el dinero que ingrese ese hogar sea siempre superior a si rechazase el empleo.
Los incentivos se pagarán durante un año, explican en la Seguridad Social, que pondrá en marcha “próximamente” un simulador que permita a los hogares calcular cómo quedarían su IMV ante un aumento de ingresos salariales.
Existen tres tramos de incentivos y funcionan de manera diferente. El primero, en el que no se produce ninguna merma en el IMV aunque se aumenten los ingresos salariales. Esto ocurrirá cuando el aumento de los salarios alcance hasta el 60% del umbral de renta garantizada. En un hogar de una persona, ese 60% está situado en alrededor de los 295 euros por ingresos salariales.
Con ese ejemplo, un beneficiario que no cobraba nada y pasa a ganar por un trabajo 100 euros al mes seguirá cobrando el mismo IMV que hasta la fecha gracias al incentivo. Por cada euro en salarios de más, se suma un euro de incentivo. La renta final del hogar: los nuevos 100 euros de salario más los 492 euros de IMV con incentivo, que suman un total de 592 euros al mes.
El segundo tramo de incentivos entra a funcionar cuando los nuevos ingresos salariales se sitúan desde ese 60% de renta garantizada hasta el 100%. Siguiendo con el ejemplo de un hogar de una sola persona adulta, de los alrededor de 295 euros al mes a los 492 euros al mes. Con este aumento en salarios, el incentivo no será completo, sino un porcentaje.
El incentivo aquí varía entre el 20% y un 40%, para impulsar más la incorporación laboral a algunos tipos de hogar con especiales dificultades (como los monoparentales, con niños y con personas con discapacidad), así como incentivar más la entrada en un nuevo empleo por encima de la ampliación de horas de uno que ya existía.
Así, en el ejemplo de un hogar de una persona sin empleo anterior, si pasa a ingresar 375 euros por un nuevo empleo, el incentivo que se aplicaría sería del 30%. Este hogar ingresaría los 375 euros al mes por su nuevo empleo, más alrededor de 440 euros al mes de IMV con incentivo. En total, 815 euros al mes, según explican en la Seguridad Social.
Por último, el tercer tramo de incentivos, en el que los ingresos salariales del hogar le hacen situarse por encima de los umbrales de renta garantizada. Es decir, que el hogar ya no tendría derecho al IMV. En este caso se despliegan unos incentivos, de manera menguante, para que el hogar siga viendo mejorar sus ingresos aceptando el empleo.
¿Hasta dónde? Hasta llegar a casi doblar la renta garantizada (1,7 veces esta). En el caso del hogar de una persona, podría alcanzar hasta unos 835 euros al mes. En el caso más elevado posible, de hogares más amplios con la renta garantizada más alta, hasta los 1.840 euros al mes entre el salario y los incentivos.
La ministra portavoz ha confiado en que la medida ayude a que más personas se incorporen al mercado laboral y, en el mejor de los casos, a que lo hagan con unas rentas que les permitan salir de la situación de gran necesidad que da derecho al IMV.
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