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Trámites en papel “a la vieja usanza” en las oficinas del SEPE hasta que vuelvan los ordenadores tras el ciberataque

Diego Larrouy

10 de marzo de 2021 23:01 h

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Un empleado, tras una cinta y con las medidas de seguridad por la pandemia, atendía este miércoles las consultas de los pocos ciudadanos que se acercaban a la oficina del SEPE en el distrito madrileño de Arganzuela. A priori, la misma situación que se vive en una mañana habitual desde que estallara la pandemia y hubiera restricciones de acceso a las oficinas del servicio de empleo. Sin embargo, los que sí tenían cita y eran atendidos, no lo hacían en las condiciones habituales. Los ordenadores siguen apagados por segundo día consecutivo tras un ataque informático y el papel, que ya estaba en un segundo plano en estos trámites, vuelve a la primera línea.

Una situación similar la que se vive en la página web del servicio público de empleo. Ha pasado de estar caída a poder abrirse, pero con un rótulo que muestra la excepcionalidad de la situación. “Por causas ajenas al SEPE la página WEB y la sede electrónica no están operativas. Estamos trabajando para restaurar el servicio lo antes posible”. Tanto en la atención en persona como la telemática, el SEPE sigue sin poder atender a las peticiones de los ciudadanos después de que a primera hora del martes se detectara la presencia del virus Ryuk en carpetas compartidas en ordenadores del organismo en todo el país. Durante este jueves el servicio sigue caído por tercer día consecutivo.

Las oficinas han amanecido todavía afectadas por esta brecha de seguridad que obligó a apagar todos los ordenadores y ha dejado sin poder atender con normalidad a las citas previas. Varios funcionarios explican a este medio que en muchos casos se ha atendido a estos ciudadanos, pero pudiendo solo recoger la información en papel, con la confianza en que en algún momento volviera el servicio informático y se pudieran incorporar a la base de datos. “Estamos trabajando a la vieja usanza, se nos va a acumular el trabajo”, señalaba una funcionaria este miércoles sobre las condiciones excepcionales en las que se están trabajando. “Recogemos la documentación y lo guardamos en una carpetita sobre la mesa, no podemos ni siquiera comprobar si la información es la correcta y por tanto, aprobar o no el trámite”, apuntaba otra trabajadora.

Los ordenadores siguen apagados, al igual que los teléfonos, como medida de precaución y seguridad hasta que se determine cuántos equipos se han visto afectados por el ciberataque. Algunos trabajadores han optado por llevarse sus ordenadores personales al trabajo pero, como es obvio, sin poder conectarse a los servidores. Los funcionarios que trabajan de cara al público se han encontrado, con ello, con un problema práctico nada más comenzar la jornada: no se podía acceder al listado de citas previas que había para este miércoles. Algunos funcionarios consultados explican que esta información ha sido enviada a los servicios autonómicos de empleo, a través de los cuales los trabajadores de todo el país han podido contar con esta información.

Aquellos que no trabajan de cara al público explican que han tenido que hacer funciones como archivado de los pocos documentos en papel con los que ya se trabaja y sin poder realizar prácticamente ninguna de sus funciones. Por ello, algunos reconocen que no ha quedado otra en esta segunda jornada que “mirar a las musarañas” o “estar parados”, mientras que otros han aprovechado para repasar apuntes de oposiciones de promoción interna. Otros funcionario de algunas provincias fueron enviados a casa a la espera de reactivar los sistemas informáticos.

Según explica el Ministerio de Trabajo se ha creado un listado con las personas que tenían cita previa para este miércoles y se les está atendiendo telefónicamente. “Queremos agradecer la colaboración con las comunidades autónomas que también nos han aportado sus líneas de atención telefónica para prestar este servicio”, señalan desde el gabinete que dirige Yolanda Díaz. Los funcionarios señalan que en algunos casos estas llamadas se hacen desde teléfonos personales, al no contar con los teléfonos activos.

El Ministerio ha vuelto a explicar que el ciberataque sufrido este martes y en el que trabaja “sin descanso” el Centro Criptológico Nacional, no ha afectado a  los sistemas operativos y de gestión del SEPE así como los servidores. “La gestión de nóminas de prestaciones en general y de ERTE en particular no se ven afectadas por el incidente”, inciden, como ya avanzaron a última hora del martes. Al mismo tiempo, el SEPE ha informado en su web que los plazos de solicitud de prestaciones se amplían mientras dure la caída de los sistemas y que se renovarán automáticamente las demandas de empleo que vencían estos días.

Los trabajadores denunciaron durante este martes, tras conocerse el ciberataque, que por cada día que el servicio está cerrado y no se pueden atender a las solicitudes de los ciudadanos, es trabajo que se acumula para las siguientes jornadas. Esto llega en un contexto en el que los empleados del servicio de empleo han sufrido el impacto de la pandemia con una sobrecarga de trabajo por el aluvión de demandas que se han producido, ya sea por desempleo, o por los ERTE, entre otras ayudas que gestiona el SEPE. Se estima que diariamente son más de 100.000 las solicitudes que se reciben, a espera de respuesta.

La situación excepcional de estas dos jornadas ha protagonizado los corrillos de trabajadores del SEPE, en los que se han hecho cábalas junto con los informáticos de cuánto puede durar un bloqueo como el que tienen en este momento. Expertos consultados por este medio apuntaban que es complicado que se pueda recuperar “antes del lunes”, por la complejidad de recuperar el sistema informático tras un ataque de este tipo. A ello se suma otra preocupación: los datos. Aunque Trabajo asegura que no se han producido filtraciones ni robos de información, los empleados consultados temen sobre la integridad de la misma por el gran volumen de trámites, de bases de datos y de interconexiones que tiene el SEPE, tanto entre los trabajadores inscritos, como aquellos que ya no lo están o las empresas afectadas por ERTE.