Los inversores que se han visto atrapados en el banco ético holandés Triodos han comenzado a dar la batalla judicial para recuperar su dinero. El banco tiene bloqueadas desde hace prácticamente dos años las inversiones de miles de clientes en Europa que invirtieron en CDA, una especie de participaciones en la entidad, y que con la pandemia vieron congelada su negociación, sin poder sacar sus fondos. Una primera sentencia en España ha dado la razón a una consumidora y en Países Bajos, donde se encuentra su sede, una acción colectiva busca que la justicia castigue al banco por la calidad de la información que ofreció a quienes invirtieron. La entidad advierte de que estas acciones pueden retrasar la puesta en marcha de la solución que ha diseñado y que llegaría a comienzos del próximo año.
Para entender el caso hay que remontarse a los orígenes del banco neerlandés. Triodos basó su estrategia de financiación y captación de fondos en la emisión de certificados de acciones, conocidos por sus siglas en inglés, CDA. Estos títulos corresponden a participaciones indirectas en el banco, beneficiándose de los derechos económicos de las acciones (cobros de dividendos), pero no de los derechos políticos (voto), que se mantienen en la fundación propietaria del grupo. Estos títulos podían intercambiarse en un mercado interno del banco donde la propia entidad marcaba su valor en función de los resultados y la evolución del negocio, entre otros factores.
Pero llegó la pandemia. Los problemas que asolaron a la actividad bancaria en los primeros momentos de la crisis sanitaria llevaron al banco a suspender ese mercado interno. El banco reabrió este mercado pero tuvo que volver a cerrarlo al asumir que había un desequilibrio entre las peticiones de venta y las de compra que dificultaban la atención a las órdenes. Así, anunció el desarrollo de un plan alternativo con la puesta en marcha de un mercado similar a una Bolsa de valores donde se podrían intercambiar estos títulos. Sin embargo, la complejidad de la solución no llegará hasta el próximo año.
En los últimos días, un grupo de tenedores de estos títulos registraron ante la justicia neerlandesa una demanda contra el banco. La moción reclamaba a los tribunales mercantiles en Ámsterdam que “investigaran las circunstancias y los hechos que llevaron a Triodos Bank a suspender la cotización de los certificados”. Este consorcio de accionistas busca “clarificar” si el banco estaba capacitado para “decidir sobre medidas que afectaron seriamente a los propietarios de certificados”.
Los demandantes consideran que el banco no ha “respondido satisfactoriamente” a las dudas que se han planteado sobre el “cambio abrupto” y la “toma de decisiones” que han llevado a esta situación. La organización de accionistas confía en que “la investigación judicial que hemos requerido permita ayudar a recuperar la confianza en el banco, algo que redundaría en los intereses del banco, la misión social y los propietarios de los certificados”. “Si la petición revela políticas incorrectas, el proceso podrá determinar quién es el responsable”, zanja el comunicado de esta organización en las que se anunció esta iniciativa judicial.
Un portavoz de la entidad señala a este medio que Triodos “lamenta esta escalada” y pedirá a la cámara que “rechace la petición”. El grupo financiero, que también opera en España donde tiene miles de clientes, defiende que “ha buscado y seguirá buscando el compromiso de todos los grupos de interés para asegurar un proceso ordenado que refleje y tenga en cuenta todos sus intereses”. Por ello, asegura que “Triodos ha puesto un esfuerzo serio explicando el contexto de la suspensión de la cotización así como el desarrollo de una solución futura factible”. “Se ha intercambiado mucha información con los accionistas”, zanja el portavoz sobre las denuncias de falta de transparencia en el proceso.
Junto con esta iniciativa judicial en Países Bajos, donde se encuentra la matriz del banco, han sido multitud los casos que han llegado a los tribunales, también en España. El banco, según el portavoz consultado, asegura que este desarrollo “merece y requiere nuestra atención”. Sin embargo, descarta que un torrente de sentencias en favor de los clientes vaya a tener “un impacto directo en nuestro negocio día a día”. “El banco tiene una posición fuerte de capital”, enfatizan desde el grupo bancario, considerado como uno de los más importantes bajo la etiqueta de 'banca ética'.
En este contexto, el banco tiene que poner en marcha en 2023 una cotización de estos valores que permita que los clientes recuperen su dinero. El banco asegura que pese a las denuncias de clientes que están llegando a los tribunales, “la preparación sigue de acuerdo con el plan y está en camino para estar completado en el segundo trimestre de 2023”. Sin embargo, desde la entidad no niegan la contrariedad frente a la moción presentada en Países Bajos. “Es lamentable que la fundación —la organización que ha presentado la causa judicial—haya decidido dar este paso que puede ralentizar el proceso de cotización de los certificados de Triodos y restaurar los intercambios”, zanja el banco.
Primera sentencia en España
Triodos ya cuenta con una primera sentencia en su contra en España. A comienzos de este verano, un juzgado de Pamplona condenó al banco a devolver 45.070 euros a una clienta que invirtió en sus CDA. Esta afectada denunció al banco alegando que cuando se le vendió este producto no se le informó adecuadamente de sus riesgos. Se trata de un vehículo de inversión que contaba con la nota más alta de riesgo —6/6— pero la clienta asegura que entendió la naturaleza de la inversión como exenta de riesgo. El tribunal condenó al banco por no haber demostrado que se concedió la información suficiente para la contratación de este producto.
Los abogados de esta causa, Jorge e Iñaki Irribarren, consideran que es la primera de muchas. Confían en que a final de año se hayan producido una docena de sentencias favorables a los clientes, teniendo en cuenta las decenas de casos que entre esta plataforma, Reclama Triodos, y otras están llevando a cabo. Por el momento no se han producido demandas colectivas, pero la asociación Asufin está haciendo una campaña para atraer a posibles afectados, que se encauzarán a través del citado bufete navarro.
Estos letrados señalan que los clientes tienen hasta 2024 para reclamar. Sin embargo, advierten de que si se pone en marcha la cotización de los CDA sin que los clientes hayan reclamado, será más difícil que encuentren el respaldo judicial a sus demandas. Por ello, anima a quienes estén en esa situación a mostrar, mediante los cauces legales existentes, su discrepancia con el nuevo sistema de cotización, aunque no inicien ya la vía judicial.
Pérdida de valor
Los clientes que invirtieron en estos CDA asumen ya que la operación se va a traducir en una pérdida, al menos, del 30% del valor. Los títulos tienen un valor que marca el propio banco en un mercado interno. Este mercado se cerró en marzo de 2020, con la llegada del coronavirus, pero se reabrió en octubre, aunque solo temporalmente. Triodos justificó el nuevo cierre, en enero de 2021, en que los problemas de la pandemia se mantenían.
A comienzos de año anunció una operación de recompra para determinados clientes que tenían urgencia en recuperar su dinero. Sin embargo, en lugar de a 84 euros por título de su anterior cotización, se hacía a 59 euros. Este programa se aprobó en febrero de este año, pero este verano se acabó desechando. “Debido a complicaciones imprevistas relacionadas con la activación de dichos programas al mismo tiempo en los 5 países en los que opera Triodos Bank, el banco ha concluido que no pueden ejecutarse correctamente en tiempo y forma”, informó la entidad en agosto. A cambio, los 14,4 millones de euros que se iban a destinar a este programa, se distribuirán en dividendos. Sin embargo, los clientes mantienen su dinero atrapado.
Triodos fía ese desbloqueo al sistema multilateral de negociación. Un mercado alternativo con un funcionamiento similar a la Bolsa en el que la ley de la oferta y la demanda marcarán el valor de los títulos. La entidad ya ha aprobado la operación y tiene acuerdos con terceros para su desarrollo en el segundo trimestre de 2023. El banco defiende que, pese a la situación de los CDA, los resultados muestran un banco sano y sin problemas. Sin embargo, el desbloqueo de la cotización de estos títulos, que para entonces llevarán dos años bloqueados, puede provocar una pérdida de valor mayor de la esperada, al menos en los primeros momentos. En cualquier caso, no se conocerá el resultado hasta la primavera.