Vaciadas las urnas, se abrió la caja de Pandora. Grecia se enfrenta respaldada por el resultado de un referéndum a un asalto casi a vida o muerte con los acreedores europeos. Alexis Tsipras, y su recién nombrado ministro de Finanzas Euclides Tsakalotos, presentarán hoy en Bruselas el nuevo plan para un tercer rescate de la economía griega. A su favor: la legitimidad que les ha dado la rotunda victoria del no (a la anterior propuesta de rescate) que ha dado el pueblo griego. En su contra: la presión que supone una banca sedienta y un corralito que cada día que pasa deteriora la actividad económica del país.
El Banco Central Europeo extendió ayer el que puede ser el último cheque para mantener con vida un par de jornada más a la banca helena. La decisión del Consejo de Gobierno del BCE de mantener el nivel de liquidez en 89.000 millones de euros permite alargar las negociaciones un par de días más. Pero esta vez el cheque no está en blanco. La institución con sede en Fráncfort ha añadido presión al Ejecutivo heleno advirtiendo que a partir de ahora incrementarán la cantidad de garantías que exijen para dar esta financiación. Estas garantías no son otras que deuda pública griega que está en poder de los bancos. Cuanto más se les exija como respaldo, más se descapitaliza a las entidades financieras que podrían entrar en un problema de solvencia si Draghi les sigue apretando las clavijas.
Por ahora, fuentes bancarias aseguran que los bancos griegos aún tienen en su poder el papel necesario para hacer frente a este encarecimiento de la financiación. Pero la medida sube un par de grados la presión sobre los negociadores griegos que habían prometido reabrir los bancos este mismo martes 7 de julio.
Lo que está claro es que los bancos griegos seguirán con las persianas bajadas, aunque a cierre de esta edición no se sabe hasta cuándo. Los medios locales apuntan a que el corralito se mantendrá por lo menos hasta el jueves y citan a fuentes cercanas a una reunión que se celebra en el ministerio de Finanzas del país. Por su parte, la agencia de noticias Reuters señala el miércoles como fecha límite y habla de fuentes bancarias.
A pesar de la rotundidad con la que Varufakis aseguraba antes del referéndum que el problema griego no era una crisis bancaria como la sucedida en Chipre, la liquidez de los bancos continúa en aprietos. El exministro de Finanzas apuntaba que el problema de Grecia era un asunto político, pero con la nueva medida del BCE se ha puesto en juego la solvencia.
Grecia está bajo control de capitales desde el pasado domingo 28 de junio y por el momento, se ha centrado en vacaciones bancarias y en no sacar más de 60 euros de efectivo de los cajeros.
Nueva propuesta
A estas horas, aún no se conocen detalles de la nueva propuesta que Tsipras ha prometido a Angela Merkel y François Hollande que presentará a la troika (ahora conocidos como las instituciones). Pero del comunicado conjunto publicado con las fuerzas de la oposición (salvo los comunistas KKE y los neonazis Amanecer Dorado) se infiere que pivotará sobre una propuesta de alivio de la deuda. Este se ha convertido en el elemento clave de la negociación, pese a que desde Alemania se volvió a sugerir que no hay intención de ceder en facilitar la reestructuración.
Pero Tsakalotos lleva también bajo el brazo el informe sorpresa del FMI en el que se reconoce que Grecia necesita 52.000 millones de euros extras en financiación y que sin una quita no será posible sacar adelante el país. El informe pone en entredicho con contundencia la gestión de Gobierno de este semestre de Syriza, asegurando que su laxitud en las reformas ha agravado la marcha de la economía, pero el Ejecutivo heleno ha obviado completamente esa parte para quedarse con el mensaje fundamental de que el país no pude continuar sin un alivio de la deuda.
A falta de ver la nueva propuesta, y teniendo en cuenta que Tsipras y Yanis Varufakis habían llevado las negociaciones casi hasta el límite del acuerdo pero sin lograr la quita, parece que las medidas de recortes seguirían en mayor o menor grado encima de la mesa, con ajustes en el IVA y las pensiones.
Contradicción entre los acreedores
No está clara la acogida con la que la troika recibirán a los hermes griegos que apuestan contra la austeridad. Los mensajes que se lanzaron ayer desde diferentes instancias fueron contradictorios y confusos. A última hora del domingo, el presidente del Parlamento Europeo (Martin Schulz) y el presidente del Eurogrupo (Jeroen Djssbloem) lanzaron sendos mensajes totalmente sesgados contra la decisión adoptada en las urnas por los griegos.
Alemania fue en la jornada del lunes muy contundente en que la respuesta de las urnas no les había ablandado ni un milímetro pero el español Luis de Guindos se mostró, sorprendentemente, el más conciliador de todos y se mostró contario en todo el momento en que Grecia saliera del euro, aunque siempre insistiendo en la cantinela de las reformas. Cabe recordar que De Guindos está en campaña para presidir el Eurogrupo, decisión que se toma el 13 de julio.
Franceses e italianos se mostraron más partidarios del tender puentes con Tsipras. También saltó por sorpresa un escueto mensaje de la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, que aseguraba que el Fondo seguía de cerca los acontecimientos en Grecia y que estaban dispuestos “a ayuar en cuanto se lo solicitaran”.
Esta ayuda ofrecida por la francesa tiene un punto sorprendente ya que desde que Atenas no pagó su crédito pendiente el 30 de junio se ha convertido en moroso del FMI y, por estatutos, la entidad con sede en Washington ya no puede ofrecer más ayuda al país hasta que devuelva lo prestado.
Con este cóctel de ingredientes y sorpresas es muy difícil aventurar qué sucederá en las reuniones que se extenderán desde las 13:00 horas del martes en adelante. Además, también se introduce el nuevo factor de que Tsakalotos es una cara nueva y poco llamativa, que no parece llevarse mal con sus nuevos colegas y que puede ayudar a desengrasar la situación.
Con todo, es poco probable que se tome una decisión a favor o en contra de extender el rescate en un solo día y lo que es seguro es que los controles de capitales tardarán aún un tiempo prudencial en levantarse completamente. Además se prevé que hoy se discuta en la cumbre la decisión de un programa de ayuda humanitaria para Grecia que suavice las consecuencias del corralito.