Los países de la UE acuerdan “que sea seguro beber agua del grifo en toda la Unión” y su acceso a los colectivos “vulnerables”

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

Agua del grifo de calidad. Y en todos los rincones de la Unión Europea. Es el acuerdo al que han llegado este martes en Bruselas los ministros de medio ambiente. La idea no es nueva, parte de una iniciativa ciudadana que reunió 1,6 millones de firmas, que se convirtió en propuesta de directiva de la Comisión Europea en febrero de 2018, que pasó por una votación en el pleno del Parlamento Europeo en octubre pasado y que ahora logra el visto bueno de los ministros del ramo. 

Sin embargo, aún le queda el paso final: las negociaciones entre las tres patas de la UE –Consejo, Comisión y Parlamento– para llegar a un texto definitivo. Y esas negociaciones, llamadas trílogos, “tendrán lugar probablemente durante la Presidencia finlandesa”. Es decir, en el segundo semestre de 2019, después de las elecciones europeas.

La nueva normativa propuesta “actualiza” las normas de calidad del agua potable e introduce “un enfoque eficiente y basado en los riesgos para el control de la calidad del agua”, dice el Consejo de la UE. También contiene “nuevas disposiciones sobre los materiales que entran en contacto con el agua potable y sobre la mejora del acceso al agua”. La revisión de la normativa es el resultado de la iniciativa Right2Water, la primera Iniciativa Ciudadana Europea que logra prosperar.

Uno de los objetivos de la propuesta es actualizar las normas sobre la calidad del agua vigentes, que se adoptaron hace más de veinte años. La propuesta también establece un enfoque para el control de la calidad del agua basado en los riesgos, para que “a largo plazo, se reduzcan los costes del control de la calidad del agua, al tiempo que se garantiza la máxima calidad del agua potable”.

Los Estados miembros también deberán garantizar que los consumidores tengan acceso a información sobre las propiedades del agua que beben, así como a otros datos útiles. El Consejo también propone un nuevo procedimiento para el establecimiento de criterios de higiene en relación con los materiales que entran en contacto con el agua destinada al consumo humano:  “El objetivo es mejorar la calidad de esos materiales, con el fin de garantizar la protección de la salud humana y evitar la contaminación del agua”.

Está previsto que el Parlamento Europeo adopte su posición en primera lectura en la segunda sesión plenaria de marzo. 

“La mayor parte de las personas que viven en la UE disfrutan de buen acceso a agua potable de gran calidad”, afirma la Comisión: “La Comisión desea velar por que esta calidad se mantenga a largo plazo. Las normas que la Comisión propone actualizar hoy mejorarán la calidad y la seguridad del agua, al añadir sustancias nuevas, y hasta ahora no incluidas, a la lista de criterios para determinar la seguridad del agua (como la legionela y el clorato). Estas inclusiones tienen en cuenta el conocimiento científico más reciente y en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud”.

Entre las medidas para promover el agua del grifo, “se pueden incluir el fomento del suministro gratuito de esta agua en restaurantes, cantinas y servicios de comidas”, afirma el documento de orientaciones aprobado este martes.

Las nuevas normas también requerirán que los Estados miembros mejoren el acceso para todas las personas, “especialmente en el caso de los grupos vulnerables y marginados, que actualmente tienen dificultades para disponer de agua potable. En la práctica, esto supone instalar el material necesario para ofrecer agua potable en los espacios públicos, lanzar campañas para informar a los ciudadanos sobre la calidad del agua, y animar a administraciones y edificios públicos a que ofrezcan acceso a agua potable”.

“Otra modificación importante de la legislación consistirá en ofrecer al público de manera fácil y sencilla información sobre la calidad del agua potable y su suministro en la zona en la que viven, a fin de incrementar su confianza en el agua del grifo. Según las previsiones, las nuevas medidas reducirían los posibles riesgos para la salud vinculados al agua potable de un 4% a menos de un 1%”, dice la Comisión Europea.

“Además, reducir el consumo de agua embotellada puede ayudar a los hogares europeos a ahorrar más de seiscientos millones de euros al año”, cifra Bruselas: “Si confían más en el agua del grifo, los ciudadanos también pueden contribuir a reducir los residuos plásticos procedentes del agua embotellada, incluyendo la basura marina. Las botellas de plástico son uno de los artículos de plástico de un solo uso que se encuentran con más frecuencia en las playas europeas”.