La economía alemana está cerca de alumbrar un nuevo gigante de las finanzas. De esto dan cuenta al menos los medios de comunicación germanos. Así, el diario económico Handelsblatt ha informado recientemente de la posible fusión de tres de los Landesbanken más relevantes de Alemania. A saber, el Landesbank Hessen-Thüringen, conocido aquí como Helaba, el Norddeutsche Landesbank (Nord-LB) y el Landesbank Baden Württenberg (LBBW). Hay quien ha llamado a la operación que está sobre la mesa “la mega-fusión de los Landesbanken”.
Los Landesbanken son bancos de marcado anclaje territorial. Son propiedad, mayormente, de las cajas de ahorros de los estados federados con los que se identifican y del Land en el que se encuentran. Emplean a miles de personas y llegan a mover centenares de miles de millones de euros.
El LBBW, por ejemplo, es el banco del rico Land del suroeste alemán que es Baden Wurtenberg. En su capital, Stuttgart, tienen sus sedes la multinacional de ingeniería Bosch y el fabricante de automóviles Daimler, responsable de marcas como Mercedes-Benz o Smart. No en vano, el LBBW es el mayor Landesbank alemán. Da trabajo a unas 11.100 personas.
Si el LBBW se uniera a los otros dos Landesbanken sería en una fusión que, según informa la prensa especializada, también implicarías a otras dos entidades. Se trata del fondo proveedor de servicios financieros Deka y la financiera Berlin Hyp. El resultado de la operación a cinco bandas constituiría un gigante valorado en unos 700.000 millones de euros. Dicho de otro modo, nacería el tercer banco de Alemania. La nueva entidad estaría al mismo nivel que el banco privado Commerzbank.
Por hipotética que aún pueda resultar la operación, lo cierto es que el Nord-LB necesita capital. Unos 3.500 millones de euros, según las cuentas del diario Süddeutsche Zeitung. También es cierto que los responsables de cajas de ahorros y de alguna de las entidades concernidas han reconocido contactos y discusiones sobre la fusión.
“El Nord-LB tiene problemas de capital y lo necesita de urgencia. Existen varias soluciones, como la privatización, por ejemplo, pero esa no es la opción que más gusta, porque los poderes públicos que están detrás de la entidad no la quieren. Por eso surge la idea de fusionarlo con otros bancos”, explica a eldiario.es Dorothea Schäfer, experta en mercados financieros y analista del Instituto Alemán para la Investigación Económica (DIW, por sus siglas alemanas).
Entidades financieras rescatadas
No es la primera vez que estos grandes bancos regionales están necesitados. El LBBW, sin ir más lejos, tuvo que ser rescatado con dinero público en 2009. Entre 2008 y 2010, el banco acumuló pérdidas por valor de casi 4.000 millones de euros. En los últimos siete ejercicios, la entidad ha presentado números en positivo. Pero todavía parecen poco los 515 millones de euros en beneficios brutos de 2017 que presentaba en marzo su presidente, Rainer Neske. Las ganancias de los siete últimos años del LBBW superan por poco los 2.000 millones de euros. Con todo, “su recuperación ha sido relativamente rápida”, según Schäfer.
Para ella, el vigor económico de su Land, Baden Wurtenberg, ha contribuido en esa recuperación. “A Baden Wurtenberg y a Hesse, el Land de Helaba, les está yendo especialmente bien económicamente”, subraya la experta del DIW. Helaba y el LBBW son dos de los ocho Landesbanken más importantes del país.
Otros no han tenido la misma suerte que la que ha corrido LBBW en los últimos años. Por ejemplo, el desaparecido Westdeutsche Landesbank (West-LB) también tuvo que ser rescatado. Costó a los contribuyentes del orden de 20.000 millones de euros, según algunas estimaciones. Fue un ejemplo claro de lo que pasó con los peores Landesbanken. A partir de 2012, lo que queda del banco es la empresa de servicios financieros Portigon. Emplea a poco más de 150 trabajadores. En sus mejores días, el West-LB empleaba a 11.000 personas en todo el mundo.
El desaparecido West-LB es un caso paradigmático de lo que pasó con los peores Landesbanken. “Muchos de estos bancos acabaron siendo rescatados porque tenían muchas participaciones en las subprime”, recuerda Schäfer. Antes de la crisis, en el mundo de las finanzas se decía aquello de: “si no encuentras la forma de vender un activo tóxico, pásalo a un banco regional alemán”.
El Bayerische Landesbank (Bayern-LB), otro de los grandes en Alemania, también tuvo que recibir una inyección de capital público. En su caso fueron 10.000 millones de euros. El Sachsen-LB, por su parte, fue integrado en el LBBW, después de que éste último lo comprara de urgencia en enero de 2008 por 250 millones de euros.
Reducir el número de estos bancos regionales a través de una fusión no es una idea nueva.“Es una idea que se quiere llevar a cabo desde hace tiempo en Alemania, hasta que queden sólo dos o tres de estos bancos”, según Schäfer.
Para ella, la suma que ahora se plantea llevar a buen puerto no tendría por qué implicar malas noticias para los otros grandes actores de la banca alemana. A saber, los privados Deutsche Bank o Commerzbank, dos instituciones que, a su vez, están envueltas en rumores sobre su posible unión en un “megabanco” que podría resultar peligroso por sus desmesuradas proporciones.
“Los grandes bancos privados como Deutsche Bank o Commerzbank tienen ahora una competencia de ocho Landesbanken. De tener lugar la fusión seguirían teniendo la competencia de varios bancos regionales, aunque serían algo menos. La fusión no representaría un gran cambio a nivel de competencia”, comenta Schäfer.
Ella rechaza el término “sueño” con el que algunos califican el proyecto de unir el LBBW con el Halaba y el Nord-LB. Para Schäfer, la operación suena factible. Una década después de las pesadillas por haber jugado demasiado en el casino de las subprime, a los Landesbanken se les permite volver a soñar.