El mercado del automóvil de 2023 ha estado definido por tres hechos: las ventas de coches se recuperan tras la pandemia y la crisis de los suministros, aunque los fabricantes creen que no lo suficiente; los coches de origen chino comienzan a posicionarse entre las marcas más vendidas en España; y los modelos eléctricos avanzan muy lentamente, lejos de llegar a cifras que permitan hablar de una transición verde en el parque automovilístico.
Las patronales de las empresas del sector -fabricantes y concesionarios- han publicado este martes las estadísticas de matriculaciones del conjunto del año que acaba de terminar. Unos datos que permiten ver cómo va el sector, pero que también tienen asteriscos, porque los distribuidores suelen aprovechar el último mes del año para 'automatricular' coches, que no saldrán de los concesionarios hasta más tarde o que pueden entrar en otros canales, como el renting.
En este contexto, donde las grandes multinacionales del automóvil están apostando por establecimientos que nada tienen que ver con los concesionarios tradicionales, el objetivo es ir transformando el parque de coches en uno de cero emisiones. Sobre todo, porque en una década, los coches de combustión -tanto gasolina como diésel- ya no se podrán vender en el territorio de la Unión Europea y mientras tanto hay que ir reduciendo las emisiones de gases con efecto invernadero.
Crecen, pero despacio
Al cierre de 2023, el porcentaje de coches eléctricos puros que se matricularon alcanzó el 5,56% del total. Sumaron algo más de 62.800 unidades, según los datos que publica la patronal de los fabricantes, Anfac. De esta forma, el número de coches eléctricos que ya circulan en España supera los 150.000 vehículos, en un parque que si se suman todos los vehículos que están asegurados (autobuses y camiones incluidos) son casi 33 millones.
Es cierto que las ventas crecen, pero por debajo de lo que se esperaba. Hace un año esa cuota de mercado de eléctricos puros se quedaba en el 3,79% de los vehículos nuevos, algo más de 36.000 coches. Hay que tener en cuenta que 2022 fue un año marcado aún por las interrupciones en las cadenas de suministro y la falta de microchips, por lo que no sirve como referencia de una actividad a pleno rendimiento. Mientras se habla de la necesidad de electrificar la economía para descarbonizar, la falta de penetración del coche eléctrico en España es uno de los factores que apuntan los expertos como explicación para que la demanda de luz esté en mínimos de 20 años.
La percepción de los datos mejora si se suman los híbridos enchufables, que cuentan con el respaldo de un motor de gasolina, aunque también se conecten a la red eléctrica. En ese caso, la cuota de mercado sube hasta el 12% y se superan las 113.000 unidades, en un mercado que, contando con los coches de combustión, ha rozado el millón de automóviles nuevos.
Con esos datos, los fabricantes están satisfechos, pero no mucho. Aseguran que el dato es decepcionante porque España se está quedando rezagada respecto al resto de la Unión Europea, donde el ritmo de eléctricos e híbridos enchufables supera el 21% del total de las ventas. Por ejemplo, en Portugal rozan el 30% y en Francia alcanzan el 25%.
A partir de ahí entran las peticiones para lograr que quien tiene que comprar un coche se decante por uno enchufable. Los fabricantes reclaman acelerar las estructuras de recarga y, sobre todo, cambiar el modelo de ayudas. Este, entienden, no debería pasar solo por subvenciones para los compradores si optan por un eléctrico, sino también por un tipo de impuesto de matriculación negativo. Es decir, no sería una ayuda económica después de la compra -que está sujeta a IRPF- sino que se percibiría en el momento de tener que afrontar el impuesto de matriculación, según han explicado fuentes de Anfac pero sin dar detalles de cómo funcionaría o de qué impacto económico tendría esta medida.
Los modelos más vendidos y la barrera del precio
Al margen está el precio de estos vehículos, significativamente más caros que los gasolina y diésel. La previsión de los fabricantes europeos es que será en 2025 cuando llegue al mercado un número significativo de modelos que ronden los 25.000 euros, un precio que los haría más accesibles para un cliente medio.
Ese objetivo de abaratar los eléctricos estaría detrás de las conversaciones entre Renault y Volkswagen, que buscan sumar fuerzas para bajar la factura hasta los 20.000 euros por coche, con plataformas de ensamblaje conjuntas. Unas conversaciones que estarían en una fase inicial, según publicó el diario alemán Handelsblatt.
En paralelo, la Comisión Europea anunció en septiembre una investigación sobre los subsidios que China concede a sus vehículos eléctricos para conseguir que sean más competitivos. Unos precios “artificialmente bajos”, en palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.
Si se ven los coches más vendidos de 2023, el líder de ventas entre enero y diciembre fue el Dacia Sandero, con casi 28.000 unidades. En su modelo de combustión su precio de venta supera ligeramente los 13.000 euros.
En cambio, en los modelos 100% eléctricos, el más vendido a lo largo de 2023 es el Tesla Model Y, que tiene un precio inicial, sin extras, por encima de 46.000 euros. En el siguiente gráfico se comprueba como el segundo eléctrico más vendido también es un Tesla, el Model 3, que se vende desde 40.000 euros.
El tercero en el podio de enchufables es el MG MG4. Se trata del modelo eléctrico de la enseña de origen chino que ha logrado colocarse entre los modelos más vendidos. En este caso, el precio de venta -que incluye las ayudas del plan Moves- supera los 18.000 euros.
En cambio, el de combustión MG ZS ronda 14.000 euros y se ha colocado como el cuarto coche más vendido del último año, por delante de modelos europeos como el Peugeot 3008 o el Seat Ibiza.
Detrás de MG está el gigante chino Nanjing Automobile Group, que hace años se hizo con el control de enseñas que habían sido un emblema de la industria británica del automóvil como MG y Rover. Nanjing aterrizó en España con los nuevos modelos hace casi tres años y ya adelantó que preveía cerrar 2023 triplicando sus ingresos en España y alcanzar los 375 millones de euros.