La historia de la constructora OHL y del conglomerado de empresas que conforman el Grupo Villar Mir, de actualidad estos días por las andanzas del consejero delegado de esta última, Javier López Madrid, no se entiende sin la figura del suegro del ex amigo íntimo de los reyes de España, el exministro y empresario Juan Miguel Villar Mir, cuyo nombre ha aparecido recurrentemente asociado a casos de corrupción en los últimos años, especialmente desde que, en enero de 2013, ‘los papeles de Bárcenas’ le señalaran como uno de los constructores que realizó donaciones ilegales al PP a cambio de contratos.
Con su yerno imputado en la Púnica y señalado por uno de los principales cabecillas de esa trama, David Marjaliza, por supuestas donaciones de casi 1,8 millones de euros de dinero negro al PP madrileño, Villar Mir, que llegó a estar imputado por el caso Bárcenas, todavía tiene pendiente lo que depare el caso Son Espases, en el que el juez José Castro investiga la supuesta financiación del PP balear con Jaume Matas. Fuera de España, OHL todavía no se ha recuperado del incendio desatado en México el año pasado tras la filtración de comprometedoras grabaciones de directivos de la constructora y altos funcionarios de ese país, uno de los principales mercados de la constructora.
El octogenario empresario, que en 2012 se las prometía muy felices tras comprar, entre otros activos, el 15% de Abertis, la mayor concesionaria de autopistas de España, convertirse en primer accionista de Colonial (una de las grandes inmobiliarias españolas), irrumpir en el capital del Banco Santander o adquirir el complejo de Canalejas, en Madrid, ha visto cómo en los dos últimos años el valor de OHL en bolsa se evaporaba un 70%, después de que el año pasado tuviera serios problemas para cubrir una ampliación de capital de 1.000 millones de euros sin perder el control de la constructora, en la que participa a través de Inmobiliaria Espacio. A esos problemas se suman los del consorcio del AVE a La Meca, la mayor obra española en el exterior, del que forma parte OHL.
Vicepresidente económico del primer Gobierno de la Monarquía
Máximo exponente de la gerontocracia que domina buena parte de las cúpulas de las empresas del Ibex 35 (cumplió 84 años el pasado 30 de septiembre y es el ejecutivo más veterano de ese índice), el presidente de OHL y del Grupo Villar Mir empezó a forjar su imperio empresarial en los años 80, tras una larga carrera en los despachos del poder político del franquismo que culminó cuando, tres semanas después de la muerte del dictador Francisco Franco, el 12 de diciembre de 1975, Carlos Arias Navarro le nombró vicepresidente Económico y ministro de Hacienda en el primer Gobierno de la Monarquía, un cargo en el que estuvo apenas seis meses.
Villar Mir es íntimo del Rey Juan Carlos que le facilitó los contratos de la constructora en Oriente Medio. El monarca padre le nombró Marqués de Villar Mir en febrero de 2011. La amistad de la familia Villar Mir con la realeza española continuó a través de su yerno, López Madrid, hasta hace poco uno de los amigos íntimos del monarca Felipe VI.
Doctor ingeniero de caminos por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid (fue el número 1 en su promoción) y con dos cátedras universitarias nada más licenciarse, una vez finiquitada su larga etapa (más de 20 años) en la Administración pública, Villar Mir se especializó durante los 80 y 90, ya como próspero empresario inmobiliario, en comprar empresas a precio de saldo y reflotarlas, muchas veces con la inestimable ayuda del Estado.
Una peseta fue, por ejemplo, el precio que el 31 de julio de 1987 pagó Villar Mir por la constructora Obrascón, fundada en 1911 y germen de la actual OHL, que entonces estaba al borde de la insolvencia. La vendedora fue Altos Hornos de Vizcaya, que el propio Villar Mir había presidido a finales de los 60. No fue la única operación a precio irrisorio que logró. Tras sacar a bolsa Obrascón en 1991, en marzo de 1995 Villar Mir entró en el negocio de los fertilizantes tras comprar también por una peseta Fertiberia, entonces perteneciente a Ercros, que estaba presidida por Josep Piqué.
Una operación financiada con dinero público a través de un crédito concedido a Ercros por el Gobierno socialista a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO) unos meses antes, el 20 de diciembre de 1994, por importe de 8.500 millones de pesetas al 0% de interés y sin plazo de vencimiento con el fin de cubrir una ampliación de capital en Fesa, propietaria de Fertiberia. El crédito del ICO fue liquidado por el Gobierno en junio de 1998, ya con Piqué como ministro de Industria. El Ejecutivo de José María Aznar condonó a Ercros 7.400 millones de deuda. Hoy Fertiberia, la compañía de la que fue directiva la actual ministra de Agricultura en funciones, Isabel García Tejerina, es la primera empresa del sector en España.
Más favores
No fue el único favor de Piqué a Villar Mir, en una relación cuyo círculo se cerró cuando, en octubre de 2013, el ex político popular fue nombrado consejero delegado de OHL, empresa en la que, casualmente, es directivo Diego de Lapuerta Montoya, uno de los diez hijos de Álvaro Lapuerta, que, como el resto de extesoreros del PP, ha sido imputado en los últimos años por delitos de corrupción. La compra del 52,51% de Fertiberia, condicionada a que Villar Mir asumiera toda la deuda de la compañía, estimada entonces en unos 15.000 millones de pesetas y garantizara hasta 1.000 millones de pesetas en una ampliación de capital posteriormente materializada, otorgaba a Villar Mir una opción de compra a tres años sobre un 20% adicional de Fesa a un precio que sería de “1.000 millones (de pesetas) o, a petición de Ercros, un precio variable en función de la evolución futura de Fesa”.
En enero de 1997, con Ercros (cuyo mayor accionista era entonces el grupo Torras-KIO) presidida por otro expolítico, el socialista Antoni Zabalza (ex secretario de Estado de Hacienda y ex director de gabinete de Felipe González), se ejecutaba esa opción de compra a un precio muy inferior, 261 millones de pesetas, gracias a un acuerdo que Piqué había escamoteado, según publicó en su momento Cinco Días, al consejo de administración de Ercros. El a la postre exministro tampoco informó al máximo órgano de gestión del grupo químico de la venta en esos años de Cida Hidroquímica, vendida al suegro de Villar Mir por 63 millones de pesetas cuando Piqué la había adquirido un mes antes antes por 300 millones.
Villar Mir supo sacar partido al afán privatizador del Gobierno de José María Aznar al quedarse con la empresa de fertilizantes vasca Sefanitro, a cuya venta daba el visto bueno el Consejo de Ministros el día de los Inocentes de 1996, al autorizar a la Agencia Industrial del Estado (AIE), que dependía (de nuevo) de Piqué, la venta del 52% de la empresa de fertilizantes vasca por 570 millones de pesetas, en una operación en la que los accionistas minoritarios de Sefranito, encabezados por la noruega Norsk Hydro, denunciaron trato de favor por parte del entonces ministro de Industria.
Un año clave
Aquel año, 1996, fue clave para la transformación de la división de construcción de Obrascón en uno de los principales grupos del sector en España. En diciembre, Villar Mir se hizo con la constructora navarra Huarte, que había suspendido pagos en marzo de ese año y que fusionaría con Obrascón a finales de 1998. Sólo cuatro meses después, febrero de 1999, el grupo resultante anunciaba la compra de Laín, entonces presidida por el exvicepresidente de CEOE Enrique Aldama (fallecido en 2007), amigo de la infancia de Villar Mir. OHL ya estaba creada. La sociedad resultante debutaba en bolsa en 1999.
En los 90, entre compra y compra de empresas a precio de ganga también llegó la internacionalización del grupo de empresas de Villar Mir, en la que Piqué (de nuevo) también puso su granito de arena, como benefactor del acuerdo que en 1998 permitió al empresario iniciar su expansión internacional en Argelia, donde se comprometió a invertir 12.000 millones de pesetas en una empresa de fertilizantes junto con la estatal Sonatrach.