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Los inmuebles más caros para conseguir “visados de oro”: una mansión de 48 millones en Baleares y otra de 27,5 en Madrid

Paisaje jalonado de mansiones

Marina Estévez Torreblanca

No todos los inmigrantes afrontan en las mismas circunstancias la obtención de un permiso de residencia y trabajo en España. Los llamados “visados dorados” o “visados de oro” –en inglés “golden visa”– son un método de entrar legalmente en el país, y por ende en la Unión Europea, dirigido a un grupo muy selecto. Son aquellos ciudadanos extracomunitarios que disponen de al menos medio millón de euros para adquirir una propiedad inmobiliaria; o bien más de un millón para ingresar en depósitos; más de dos millones en bonos del Estado o se pueden considerar profesionales “altamente cualificados”.

Este sistema se implantó en España en plena crisis económica en 2013, a imagen de otros países de la Unión Europea. Desde entonces ha servido para conceder 43.863 visados, entre sujetos directamente beneficiados y sus familiares, según los últimos datos disponibles, a 28 de febrero de 2018, a los que ha tenido acceso eldiario.es. Esto implica que en los dos primeros meses de este año se han concedido 2.769 “visados de oro”, ya que 2017 cerró con 41.094 “golden passports” concedidos en España. 

Según los citados datos oficiales, la inversión en inmuebles de lujo, que es probablemente la más conocida del programa y también la más cuantiosa, permitió obtener 3.417 visados y/o autorizaciones de residencia (del total de 3.630 para inversores), con una inversión superior a 2.550 millones de euros.

Las inversiones más potentes en este capítulo se han efectuado en este periodo en Islas Baleares con una mansión de 48 millones de euros y otra de 9,6 millones de euros, ambos realizados por ciudadanos de nacionalidad china. Mallorca cuenta con un vigoroso mercado de compraventa de villas de lujo cuyo precio puede llegar a superar los 50 millones de euros. Una de las últimas y sonadas llegadas a la isla, en la que tienen residencia multitud de famosos, ha sido la de la familia de Michael Schumacher, a una villa de 30 millones adquirida en julio. Estos precios estratosféricos no son óbice para que en este mercado de las mansiones de lujo haya más demanda que oferta. El director de la inmobiliaria Engel&Völkers en la zona suroeste de Mallorca alertaba el pasado febrero de que “empieza a haber escasez de vivienda de alto nivel en la isla”. 

A continuación se sitúa Madrid, donde otro nacional chino compró un inmueble de 27,5 millones. Un ciudadano libio compró (y con ello obtuvo su golden visa) otro de 9,25 millones de euros. En la capital acaba de desembarcar Sotheby’s International Realty (SIR), la sucursal inmobiliaria de la conocida casa de subastas. “El mercado de viviendas exclusivas, por calidad y localización, en Madrid está creciendo. El peso del comprador extranjero es mayor, llega al 25%, sobre todo de latinoamericanos que ven España como su destino favorito en Europa”, explicaba hace poco en Cinco Días su directora, Alejandra Vanoli. Apuntaba que, en los últimos años, también tiene cada vez más presencia el cliente asiático, “que busca la golden visa”.

No en vano, los ciudadanos chinos ocupan la primera posición en la concesión de visados/autorizaciones de residencia emitidas desde 2013, con un 37,5% (1.277). En segunda posición están los ciudadanos rusos, con el 26% (885 visados) y en tercera posición están los ciudadanos ucranianos, con el 3,8% (129 visados).

La provincia con más adquisiciones es Barcelona (1.522, un 44,7% del total). En esta capital, una persona de nacionalidad rusa adquirió dos inmuebles de 12,38 millones de euros (no se especifica si cada uno, o entre los dos).

Otro de los destinos de estas inversiones es la Costa del Sol, donde dos personas también de nacionalidad rusa compraron, respectivamente, una mansión de 11,75 millones de euros y otra de 7,25 millones de euros, operaciones con las que obtuvieron el visado y permiso de residencia. 

Diseñados para atraer inversión extranjera y utilizados en muchos países del mundo, los “visados dorados” se aprobaron en España en septiembre de 2013 a través de la ley de apoyo a los emprendedores y su internacionalización. El programa flaqueó en sus comienzos por la dureza de los requisitos que se imponían, hasta que en 2015 un cambio en la normativa facilitó los trámites burocráticos. Desde entonces ya no es necesario conseguir un visado provisional. Además, la autorización de residencia se otorga por dos años renovables cada cinco, y no cada dos, como inicialmente, y se facilita el reagrupamiento.

¿Quiénes y cuánto invierten?

DATOS A 31 DE DICIEMBRE DE 2017

El Parlamento Europeo se plantea reclamar su fin

Los programas de “visados de oro” están ahora mismo en el punto de mira del Parlamento Europeo. Los eurodiputados Ludek Niedermayer (Partido Popular Europeo) y Jeppe Kofod (Socialistas y Demócratas) son los ponentes de un informe que se votará a principios de 2019 en la comisión especial sobre Delitos Financieros y Evasión y Elusión Fiscal de la Eurocámara. 

En dicho informe sobre delitos financieros y evasión y elusión fiscal, los eurodiputados, que pertenecen a los dos grupos más grandes de la Eurocámara, recomiendan que se pida a los estados miembros (casi todos tienen estos programas) que los vayan dando por concluidos “tan pronto como sea posible”. “Los potenciales beneficios económicos de estos programas no compensan los serios riesgos de blanqueo de capitales y evasión fiscal que presentan”. 

Va más allá uno de los estudios que citan los eurodiputados, elaborado ad hoc para ellos, llamado “Programas de Ciudadanía por Inversión (CBI) y Residencia por Inversión (RB) en la UE”. En el mismo se señala que estos programas “tienen un impacto significativo en el sector inmobiliario en aquellos estados miembros con programas muy dependientes de este sector, que puede enfrentarse a una alta demanda y a un incremento del precio de las propiedades”, algo que puede acabar repercutiendo en las clases con menores ingresos, advierten.

El Parlamento Europeo ya expresó en 2014 su malestar respecto a los programas de visados de oro. En una resolución sobre “la ciudadanía de la UE en venta”, mostró preocupación por cualquier régimen nacional que pueda implicar la venta directa o indirecta de la ciudadanía de la UE, “socava el concepto mismo de ciudadanía europea”. 

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