Volkswagen ha reconocido este martes la existencia de “inconsistencias inexplicables” relacionadas ahora con las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de sus vehículos. La compañía alemana dice que el nuevo fraude podría afectar a otros 800.000 vehículos del grupo y cifra en unos 2.000 millones de euros el “riesgo económico” asociado a estos nuevos hallazgos.
“Tras las irregularidades detectadas en algunos de los vehículos diésel, el consejo de dirección de Volkswagen anunció una investigación para establecer si existen indicios de nuevas irregularidades acerca de la aprobación de los vehículos del grupo”, explica la compañía en una nota. Ahora el escándalo amenaza con extenderse, por tanto, también a sus vehículos de gasolina.
En el curso de estas investigaciones internas, la empresa ha hallado “inconsistencias inexplicables” y tiene el conocimiento de que unos 800.000 vehículos de Volkswagen se encuentran afectados, señala el grupo, antes de indicar que las posibles irregularidades no afectan a la seguridad de los conductores.
“Por el momento no es posible determinar de forma fiable la envergadura de estas irregularidades. Una estimación inicial sitúa los riesgos en cerca de 2.000 millones de euros”, señala la compañía.
El consejo de dirección de Volkswagen iniciará de forma “inmediata” un “diálogo” con las autoridades para conocer las consecuencias de estos hallazgos, con el objeto de establecer las consecuencias económicas y legales, señala.
Volkswagen dice que aclarará “lo antes posible” el alcance de estas posibles irregularidades y se asegurará de que los vehículos afectados quedan clasificados correctamente en función de sus emisiones reales de CO2.
“El consejo de dirección de Volkswagen lamenta profundamente esta situación y desea mostrar su determinación para, de forma sistemática, avanzar en la transparencia” acerca de lo ocurrido, añade.