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Seis cifras para los que niegan que hay pobreza energética en España

Los representantes municipales manifiestan una profunda preocupación por el problema de la pobreza energética

Moha Gerehou

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, acaba de amenazar a Gas Natural y Endesa con sanciones si siguen cortando el suministro a los hogares vulnerables. ¿Es exagerado? ¿Hay realmente pobreza energética en España? El ultimátum de Colau se sustenta en trabajos como el de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), que lleva años denunciando esta situación. Definen la pobreza energética como la situación en la que un hogar “es incapaz de pagar una cantidad de energía suficiente para la satisfacción de sus necesidades domésticas y/o cuando se ve obligado a destinar una parte excesiva de sus ingresos a pagar la factura energética de su vivienda”.

En su último informe, bajo el título de 'Pobreza, vulnerabilidad y desigualdad energética' y presentado esta semana, la ACA profundiza en los factores que inciden directamente en los hogares que terminan siendo afectados por cortes en los suministros o la vida en niveles energéticos reducidos. El estado civil, el país de origen, el nivel educativo y por supuesto la situación laboral son algunos de ellos, y dejan datos clave que radiografían la situación general de esta problemática, inédita hace unos años en España y que ha crecido de manera exponencial ante la inacción del actual Gobierno.

5,1 millones de personas pasan frío en invierno

El equivalente al 11% de los hogares españoles se declaró en 2014 incapaz de hacer frente a los meses de invierno con una temperatura adecuada en la vivienda. Es una de las conclusiones más contundentes del informe de la ACA, que apunta al elevado precio de las facturas del gas y la electricidad como principal causa. Como apuntan desde el estudio, desde la última edición publicada en 2012 la pobreza energética ha crecido un 22%, lo que da cuenta de la velocidad a la que se extiende el problema.

67% de incremento en la factura del gas

Desde el inicio de la crisis a principios de 2008 hasta finales de 2014, el gas ha pasado de costar 5,57 céntimos el kWh a 9,59 céntimos de euro. Casi al mismo nivel pero en mucho menos tiempo (en un año) subió el sueldo de Juan Rosell, presidente de la CEOE, como consejero de la primera empresa del sector en España, Gas Natural. Concretamente, lo hizo un 64%, de los 127.000 euros que 2014 a los 208.000 que se embolsó al año siguiente.

Un 73% más que en 2008 por la luz

En la misma línea de subidas lo ha hecho el precio de la luz desde el inicio de la crisis. Los 13,66 céntimos de euro a los que se pagaba el kWh eléctrico en 2008 han dejado paso a los 23,67 céntimos a abonar por cada kWh consumido en 2014. Buena parte de las subidas se han producido durante el mandato del recién dimitido José Manuel Soria al frente de la cartera de Industria, Energía y Turismo.

Durante su mandato, y en su afán por poner fin al multimillonario déficit de tarifa que arrastraba el sistema eléctrico, Soria aprobó un nuevo sistema de fijación de precios basado en la cotización horaria de la electricidad en el mercado mayorista que no ha impedido que España sea, según Eurostat, el quinto país de la UE con la luz más cara para los consumidores domésticos.

3,2 millones de personas retrasan el pago de facturas

El momento del pago de los cargos es uno de los más temidos por muchas familias, que ven como buena parte de sus ingresos se evaporan al hacer frente a los suministros básicos. El estudio de la ACA estima que más de tres millones de personas retrasaron el pago de las facturas en los 12 meses anteriores a la realización del cuestionario. El motivo, la situación económica en la que se encontraban.

Al margen del elevado precio de la energía, hay propuestas de consumo para reducir el gasto de suministros, con soluciones como estos nueve trucos para rebajar la factura. Y en el caso de la electricidad, desde 2009 existe un bono social que implica un descuento del 25% sobre la tarifa doméstica, del que pueden beneficiarse las primeras residencias de familias con todos sus miembros en paro y pensionistas que reciban la prestación mínima. Este mecanismo de protección (del que también pueden disfrutar las familias numerosas) no está vinculado a la renta.

1,2 millones gastan el 20% de sus ingresos en energía

Es una de las conclusiones a las que llega la Asociación de Ciencias Ambientales. Basándose en el promedio de las rentas mínimas de inserción en las Comunidades Autónomas, tasado en 415 euros al mes, el estudio concluye que el 3% de los hogares (o 1,2 millones de personas) destina más del 20% de sus ingresos al pago de la energía. Para los miembros de la ACA lo aceptable sería que esta partida no superase el 5% del dinero que entra en casa, algo que ocurre, según sus cálculos, en el 45% de los hogares.

7,8 millones de personas viven con goteras o humedades

Una de las consecuencias más visibles de la pobreza energética son las goteras y humedades derivadas del insuficiente uso de la energía en las viviendas. Casi 8 millones de personas conviven con esta problemática en sus hogares según la ACA. Suelos, techos, cimientos o marcos de puertas y ventanas son los principales focos en los que se manifiesta el déficit de energía en las viviendas, derivando muchas veces en enfermedades. La eficiencia energética se erige como una de las principales soluciones a esta realidad, especialmente la rehabilitación de edificios antiguos que no cumplen con los estándares mínimos. Otra política a la que Soria ha prestado escasa atención durante esta legislatura.

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