La ferrolana Yolanda Díaz (Fene, A Coruña, 1971) será la nueva ministra de Trabajo. La diputada gallega de Unidas Podemos, abogada laboralista de profesión, es una de las principales colaboradoras de Pablo Iglesias y ha tenido un destacado papel en las negociaciones del grupo confederal con el PSOE, tanto en el acuerdo presupuestario que alumbró –entre otras medidas– el salario mínimo de 900 euros mensuales, como en las conversaciones de Unidas Podemos y los socialistas que han concluido en la formación del primer gobierno de coalición de la democracia española. Ahora, afrontará como uno de sus principales retos el desmontaje de aspectos clave de la reforma laboral del PP de 2012.
La futura ministra procede de una familia de históricos del sindicalismo y de tradición comunista, como su padre Suso Díaz, ex secretario de CCOO en Galicia. En una entrevista de 2009 en El País, la política recordaba su infancia en San Valentín (Fene), una cooperativa obrera construida a la sombra del astillero de Navantia –entonces la antigua Astano–, marcada por la militancia comunista en los coletazos finales del franquismo. “Éramos los niños del partido”, explicaba, “tenía cuatro años cuando Santiago Carrillo –entonces líder del PCE– me besó la mano”.
Díaz asume la cartera de Trabajo –sin las competencias de Seguridad Social, que se desgaja del Ministerio– después de haber ejercido profesionalmente como abogada laboralista, principalmente en su propio despacho, que dejó al entrar como diputada en el Parlamento gallego en 2012. Cuenta con una larga carrera política a sus espaldas, primero en Galicia (ha sido dirigente de Esquerda Unida entre 2005 y 2017, concejala, teniente de Alcalde en Ferrol y diputada autonómica) y desde 2016 también en el Congreso de los Diputados, donde consiguió su escaño gracias a la confluencia de partidos de izquierda En Marea.
En la Cámara Baja, Díaz ha ocupado varios cargos como portavoz y vocal de diversas comisiones (Trabajo, Economía, Industria, Comisión Investigación crisis financiera España, entre otras) y destacó al final de la legislatura por su negativa a refrendar un acuerdo sobre pensiones en el Pacto de Toledo, que alegó que debía seguir negociándose y que generó un enfado monumental en el PSOE.
Destacada colaboradora de Iglesias
Firme defensora de la suma de distintas fuerzas políticas en la izquierda, Yolanda Díaz fue en 2012 una de las precursoras de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), coalición integrada por Anova, Equo y Esquerda Unida, que tuvo un gran éxito y que sentó las bases de “las mareas” en tierras gallegas. Para esta iniciativa, la política ferrolana contrató como asesor a un entonces desconocido Pablo Iglesias, que más tarde lideró su propio espacio político con Podemos.
Díaz mantiene una estrecha relación con el líder de Podemos –ahora también uno de los vicepresidentes del Gobierno– y en la actualidad es una de sus principales colaboradoras, con un papel destacado en las pasadas negociaciones entre los de Iglesias y los socialistas de Pedro Sánchez. “Pablo Iglesias forma parte de lo mejor que ha parido la política española en los últimos tiempos. No se puede explicar España sin lo que supuso la irrupción de Pablo Iglesias”, afirmaba en una entrevista de marzo con este medio.
Antes de lograr el actual Gobierno de coalición de izquierdas, en las conversaciones para formar Ejecutivo que fracasaron entre Unidas Podemos y el PSOE, Yolanda Díaz se posicionó en contra del criterio de su partido (Izquierda Unida) de que los diputados del grupo confederal facilitaran la investidura de Pedro Sánchez sin formar parte del Gobierno. Díaz apostó, como Pablo Iglesias, por la necesidad de estar presentes en el Consejo de Ministros y ahora tomará la cartera de Trabajo, de las manos de la socialista Magdalena Valerio.
Desmontaje de la reforma laboral
Yolanda Díaz afronta ahora como uno de sus principales retos al frente de Trabajo el desmontaje de varios de los elementos clave de la reforma laboral del PP, una de sus principales reclamaciones como representante de Unidas Podemos. La ferrolana, muy presente en las manifestaciones y movilizaciones laborales de colectivos como las Kellys, los trabajadores de Alcoa y del sector naval, entre otros, ha reivindicado la necesidad de tumbar la legislación laboral del PP de 2012, pero también del PSOE de 2010.
El programa de gobierno de PSOE y Unidas Podemos que presentaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias promete recuperar los derechos laborales “arrebatados” por la reforma laboral que el Ejecutivo de Mariano Rajoy aprobó nada más llegar al poder en 2012. “Derogaremos la reforma laboral”, dice el documento, que especifica seis medidas que se abordarán con “carácter urgente”. Queda por conocer exactamente hasta dónde llegará el desmontaje de esta legislación, qué elementos serán finalmente revertidos y cuáles permanecerán rigiendo las relaciones laborales en España.
Este tema, así como las pensiones e iniciativas concretas del pasado Ejecutivo socialista como la mochila austriaca, han distanciado hasta el momento a Yolanda Díaz con la ministra de Economía, Nadia Calviño –procedente también de A Coruña–. “La ministra se equivoca y da las mismas recetas que el Banco de España, las mismas recetas que los llamados mercados. En definitiva, las mismas recetas que han empobrecido a nuestro país. Es un tremendo error lo que dice”, respondía Díaz a este medio tras una de las varias ocasiones en las que Calviño dio por muerta la derogación de la reforma laboral. A partir de ahora, ambas políticas gallegas compartirán mesa en el Consejo de Ministros de Pedro Sánchez.
Díaz también deberá afrontar la reducción de la precariedad e inestabilidad del mercado laboral en España, con una temporalidad disparada y aún 3.163.605 de personas desempleadas, según las últimas cifras de paro registrado. La conciliación de la vida laboral y personal, la reducción de la desigualdad de género, la formación de los trabajadores y el futuro del trabajo marcado por la digitalización figuran como otras de las materias pendientes, entre las que asoma el trabajo en plataformas digitales como Glovo y Deliveroo, contra las que Díaz se ha posicionado hasta el momento por utilizar falsos autónomos.