Zara, H&M, Primark o Mango: las grandes del textil diseñan un mismo convenio para todas sus tiendas en España
Protestas de las plantillas de Inditex en Galicia y en Madrid, de los empleados en tienda de H&M o de Primark. Este 2023 ha estado marcado por la conflictividad laboral en las tres grandes multinacionales del comercio textil. Unos desencuentros que se han sellado con acuerdos entre empresas y representantes de los trabajadores y que ahora, en la recta final del año, van a vivir una nueva vuelta de tuerca.
Estas empresas y otras multinacionales que integran la patronal ARTE (acrónimo de la Asociación Retail Textil España) van a sentarse en una nueva mesa de negociación con los sindicatos para intentar pactar, por primera vez, las mismas condiciones laborales de base para todas sus tiendas, independientemente del territorio donde se encuentren los establecimientos.
El sector del comercio textil romperá así, si se llega a un acuerdo, con una de sus peculiaridades. Sus condiciones de trabajo están definidas, en la mayoría de casos, por convenios provinciales, parte de ellos vencidos.
Pocas compañías –una de ellas es Primark– cuentan con convenio de empresa propio. Por ejemplo, hasta el pasado mes de febrero, Inditex no ofrecía el mismo sueldo mínimo a toda su plantilla de tienda en España, dependía de la provincia. Una “anomalía” que afecta a todo el sector, según la definen fuentes del mismo, que hace que en provincias vecinas, dependientas con la misma función, tengan horarios, sueldos y calendarios laborales diferentes, aunque trabajen para la misma empresa y hagan exactamente lo mismo.
Una patronal con menos de un año de vida
Este miércoles se sientan a negociar el primer convenio estatal de grandes cadenas comerciales, por un lado, cuatro sindicatos: CCOO, que tiene ocho representantes; UGT (cinco); CIG; y ELA. Estos últimos, con un representante cada uno, según se fijó en la constitución de la mesa acordada en julio.
Y, al otro lado, la patronal que nació hace menos de un año. En diciembre, Inditex, H&M, Primark y Uniqlo impulsaron una asociación para defender sus intereses en todo el territorio español y poner fin al puzzle de convenios provinciales.
Desde entonces, se han ido sumando empresas. Entre ellas, Tendam (matriz de Women’secret, Springfield o Cortefiel), Primark, Pepco, Parfois, Mango, Kiabi, Iberian Sports Retail Group (JD, Sport Zone y Sprinter), Bimba y Lola y AWWG (Pepe Jeans London, Hackett, Façonnable, Tommy Hilfiger o Calvin Klein). Y las últimas en integrarse, Hugo Boss y Mayoral. En total, estas compañías emplean a cerca de 100.000 personas, de las que casi la mitad corresponden a Inditex.
ARTE nació para tejer un nuevo convenio estatal y no lo ocultó. En sus estatutos ya definía qué empresas pueden formar parte de ella y cuál es el propósito de la asociación. En cuanto a las condiciones, fijaban que fuesen cadenas con una “superficie de venta física total superior a 3.500 metros cuadrados a nivel nacional” y “presencia en tienda física en, al menos, tres comunidades autónomas”. También, que la plantilla fuese “superior a 400 personas trabajadoras”. Otra vía, empresas que formen parte de grupos que, en conjunto, sí cumplan esos objetivos o que tengan intereses recurrentes.
Y la meta estaba clara. Sus estatutos ya indicaban que la patronal buscaba “ser instrumento y plataforma para intervenir y participar en el diálogo social con las organizaciones sindicales a fin de concertar políticas de interés recíproco a nivel sectorial y promover acuerdos en materia de negociación colectiva”.
Un diálogo con incógnitas y un juicio pendiente
Este miércoles se abre la mesa, pero con varias incógnitas. Entre ellas, un juicio pendiente, porque el sindicato Fetico ha acudido a los tribunales por quedarse fuera de la negociación.
De entrada, los sindicatos que sí acuden están expectantes porque es la patronal la que tiene que enseñar sus cartas, dado que es ella la que quiere un convenio estatal. “Vamos a escuchar qué propone, cuál es su planteamiento, vamos a ver y a valorar”, asegura José Luis Vila Blanco, responsable de Acción Sindical del Sectorial Comercio de UGT.
“Venimos de negociaciones complicadas este mismo año”, apunta. “Es un sector donde hay situaciones precarias, muy feminizado. Inditex reconoció en esa negociación lo que había, con H&M fue muy duro y ahora vamos a ver qué proponen, qué quieren unificar”, añade Blanco.
Una de las dudas es si habrá una base salarial que tire al alza los sueldos del sector, algo que distintas fuentes consultadas ven difícil. Señalan que los 18.000 euros que puso Inditex como mínimo para su plantilla en tienda no tienen que ser necesariamente la referencia. En Primark, que tiene convenio propio, la base ronda los 16.000 euros. De esta forma, ahora se negociará un convenio estatal, pero eso no ata a las empresas para que puedan subir el listón si quieren estar por encima del convenio que se pacte.
“Las negociaciones nos pueden llevar parte de 2024”, ahonda el responsable de Acción Sindical del Sectorial Comercio de UGT. “No van a ser de hoy para mañana. No queremos que quite valor a los [convenios] provinciales. Tiene que tener valor añadido”. De momento hay tres reuniones convocadas, durante octubre y noviembre.
ARTE ha declinado valorar para elDiario.es las propuestas iniciales que planteará este miércoles y se remite a uno de sus últimos comunicados. En él indica que “uno de sus objetivos” de la mesa “es establecer un marco común, estable y homogéneo de condiciones laborales a nivel nacional que aúne y siente las bases para el sector del retail textil. La asociación siempre ha trasladado que se respetarán los acuerdos de empresa existentes que incluyan condiciones más beneficiosas”, añade.
Las reuniones están pendientes de cómo se resuelva la denuncia presentada por Fetico, ante la Audiencia Nacional, contra todos los integrantes de la mesa –patronal y sindicatos– porque entiende que cuenta con la representatividad necesaria para formar parte de la negociación. Fetico tiene delegados en empresas como Tendam, Primark, Hugo Boss, Kiabi, H&M y Mango. Si sale adelante su demanda, habrá que volver a la casilla de salida, a decidir quién forma parte de la mesa.
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