Así es Atgro, el proyecto de Banco Santander y Atitlan que pone en valor la agricultura sostenible

A lo largo de la historia, la agricultura ha sido una actividad tan fundamental para el ser humano que su aparición es uno de los hitos que marca el inicio del Neolítico. Hoy, más de cien siglos después, continúa siendo un sector imprescindible como productor de alimentos y recursos naturales, pero debe enfrentarse a los tres grandes desafíos de nuestra época: el cambio climático, el crecimiento poblacional y la revolución tecnológica. Ante esta situación, se antoja imprescindible dotarlo de herramientas financieras y de inversión que permitan hacer frente a una demanda que crece exponencialmente, así como a la necesidad de adaptación que tienen los cultivos para ser más eficientes y sostenibles.

España es el cuarto estado miembro en producción agraria de la Unión Europea. De hecho, nuestro país cuenta con casi un millón de explotaciones, según los datos que maneja el Instituto Nacional de Estadística. Pese a todo, la cifra ha disminuido en las últimas décadas, lo que refleja las dificultades que debe afrontar, relacionadas con los problemas para conseguir financiación o rejuvenecer su mercado laboral. En este contexto surge Atgro, una plataforma que busca canalizar inversiones hacia esta industria para romper con ese ciclo. Para conseguirlo, dicho proyecto se ha focalizado en iniciativas del sector agrícola respetuosas con el medio ambiente y que, al mismo tiempo, velen por la equidad social. 

Detrás de este objetivo se encuentran Banco Santander y el grupo empresarial Atitlan, entidades que llevan años comprometidas con el sector agroalimentario. Prueba de ello es que, la entidad financiera, durante el primer semestre de 2024, ya ha canalizado 2.450 millones de euros en préstamos al sector agro español, un aumento del 17% respecto al ejercicio anterior. 

Atgro arrancará con una aportación de 200 millones de euros del banco y 50 del grupo empresarial y se centrará en cultivos estratégicos y diversificados en Europa, América, África y Asia. Concretamente, una de sus primeras áreas de inversión será la expansión de plantaciones de pistacho, un cultivo que Atitlan ya venía desarrollando en 3.000 hectáreas y que ahora se verá potenciado. En paralelo, comenzará a trabajar la uva, tras completar una primera operación con la que se ha convertido en socio mayoritario en la firma peruana Ecosac. Esta compañía es la segunda exportadora de uvas del país andino, con un volumen de negocio cercano a los 200 millones de dólares. Con esta transacción, Atgro traza las líneas de un crecimiento que se desarrollará en torno al desarrollo de nuevos cultivos y la adquisición de activos ya en producción.

Con este modelo de inversión apuntan a generar un impacto a largo plazo en el sector agroindustrial, no solo a través de la inyección de capital, sino mediante la modernización de las infraestructuras agrícolas, el acceso a tecnologías punta y la creación de empleo en las zonas rurales.

Para contextualizar por qué Atgro se focaliza tanto en la sostenibilidad, los responsables de la plataforma recuerdan que actualmente la agricultura sigue siendo una de las industrias que más impacto tiene sobre el medio ambiente, ya que contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero y al uso intensivo de agua y suelo. Por esta y otras razones, Atgro apuesta por promover prácticas sostenibles que reduzcan el impacto ambiental y aseguren la viabilidad económica a largo plazo.

Alianza por una agricultura sostenible

Esta alianza entre Banco Santander y Atitlan refleja su apuesta a largo plazo por el sector agroalimentario, en pleno proceso de transformación y donde nuevos retos como el cambio climático, la demografía o la evolución de los hábitos de consumo, están impulsando el cambio hacia un modelo de producción más escalable y sostenible.

Banco Santander lleva años apoyando al sector agro, a través de sus más de 1.000 oficinas especializadas, y sigue trabajando en soluciones con las que respaldar una de las industrias que más influye económicamente en España, ayudándoles a hacer frente a los principales retos del futuro como el respaldo a las pymes, garantizar una mayor tranquilidad a sus empresarios y fomentar la sostenibilidad y la digitalización.