La filtración de datos personales o, incluso su comercio directo está convirtiéndose en un tema cada vez más generalizado. Si no, ¿de qué manera nos encontramos con llamadas de teléfonono de comerciales de las más diversas empresas que saben hasta nuestro nombre? Ofertas telefónicas, de seguros, de cualquier cosa. ¿Pero no hay una ley de protección de datos para evitar algo así? ¿O es que todo se debe al rastro que dejamos en internet?
El texto que debe proteger nuestra intimidad al menos estadística tiene rango orgánico, de primer orden. Y prevé hasta 600.000 euros de multa por infracciones. Sin embargo, algunas empresas dedicadas a este ramo aseguran que hasta “el 50% de las corporaciones” no cuenta con un programa de gestión documental. Así que parece un campo adecuado para lanzar un proyecto. Eso mismo pensó la gente de la Fundación Juan XXIII al idear un programa que se autosustentase al tiempo que multiplicaba el efecto positivo de la creación de empleo para personas con alguna discapacidad intelectual y que se denomina Iberodc.
La actividad de Iberdoc arrancó en 2009 con dos personas. Ahora andan por las seis. Según cuentan, su modelo de negocio abarca toda la vida de esos documentos que generan las empresas. Desde la digitalización de datos hasta la custodia de material sensible y la destrucción de aquellos que contengan información que no puede dejarse en el ciclo habitual de las basuras. Como en otros centros de trabajo de características similares, en Iberdoc primero se evalúan las posibilidades de la persona. Se le dota de formación y la línea termina con el puesto de trabajo. Labores concienzudas, que requieren ese tipo de actividad manual muy adecuada a este población objetivo.
Iberdoc está incrustada en Ibergrupo y “todos los beneficios de esta manera de funcionar” se reinvierten en expandir la actividad -para lo que ahora se han adscrito al programa Momentum de BBVA y Esade-. El impacto social auténtico es la integración de grupos con poca facilidad para adherirse al mundo laboral, el sector económico y comercial elegido es un “instrumento” para alcanzar ese objetivo social. Sin embargo, el nicho de negocio con buenas perspectivas les permite a Iberdoc rentabilizar su actividad, mantenerla e incluso aumentarla con lo que se extiende el beneficio: emprendimiento social.