La inclusión social utiliza el empleo como palanca

La inclusión de personas con alguna discapacidad o riesgo de exclusión en la sociedad puede tener diversas estrategias. Una vía muy directa es conseguir que el colectivo se convierta en ciudadanos ordinarios sin miradas compasivas, sin sonrisas caritativas. Ciudadanos como los demás, bueno, como lo que son: uno más. En un espacio como este, que trata de observar el mundo empresarial con núcleo social, integrar a personas está soldado a darles herramientas para vivir, es decir, incorporarlos al mercado laboral.

El periplo de cualquier profesional en el siglo XXI tiene pasos parecidos: elige una disciplina (o varias) se prepara, se instruye sobre ella y, luego, trata de colocarse. Proyecto Esqueje es una sociedad limitada de integración que busca abrir puertas laborales a colectivos con discapacidad o riesgo de exclusión social. La idea es simple: tener un grupo de personas con preparación para desenvolverse en el mundo laboral y convencer a las empresas de que los contraten.

“Hemos capacitado a personas pertenecientes a colectivo en exclusión social con dificultades de acceso laboral, en diferentes técnicas relacionadas con explotaciones agrícolas y forestales”, cuentan desde el proyecto. Si bien el plan nació el año pasado como algo más asociativo, dicen, a finales de octubre de 2012 “hemos comenzado a prestar servicio especializado en actividades agrícolas, para una plantación agrícola-forestal, en el alfoz de Valencia de Don Juan y Palanquinos, pertenecientes a la provincia de León.

En estos comienzos, hemos conseguido la inserción laboral de 12 personas en exclusión social, contratando de manera temporal a 10 personas internas en el centro penitenciario de León, y otras dos personas pertenecientes a una programa de drogodependencia llevado a cabo por Proyecto Hombre León“, recuentan.

Esqueje (que radica en Mansilla de Mulas, en León) funciona como una subcontrata para labores “de producción agrícola sostenible y energía renovables”. Desde allí tratan de suscribir acuerdos con los empresarios del sector en la Ribera del Esla (León) para que utilicen estos trabajadores (que ya vienen formados) en las labores de su sector. “En principio, se trata de contrataciones de hasta tres años pero el objetivo es que se queden satisfechos con el personal y se incorporen de manera indefinida en las plantillas”, expresan en Esqueje.

El trabajo con ganaderías, la creación de biomasa para la producción de energía, la agricultura con procesos ecológicos…todos estos ramos son susceptibles de contratar a la gente deesta empresa a la hora de configurar sus equipos. Según relatan, estos trabajadores aportan compromiso y trabajo grupal. Una manera de poblar el tejido empresarial de zonas rurales que sí tienen oportunidad de crear riqueza económica y que pueden ofrecer esos empleos que se erigen en la palanca esencial y perfecta para incluir a colectivos desfavorecidos.

Trabajo e independencia económica. Una empresa de integración crea un proyecto de mercado con el que “pretendemos que esta época de crisis las personas con mayores dificultades para acceder al mercado laboral lo puedan conseguir mediante una capacitación técnica y teórica inicial, para su posterior inserción en empresas del sector que les permita acceder al mercado laboral en igualdad de condiciones”.