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Pintando con cabeza

“Economía social desde la pintura” es el lema de Cestola na Cachola -la cesta en la cabeza en castellano- , una cooperativa gallega que precisamente quiere difundir los valores de esa otra economía y del consumo responsable a través de lo que mejor saben hacer, que es pintar. “Somos tres personas que nos conocíamos desde hace tiempo y decidimos iniciar un proyecto de autoempleo acorde con nuestra filosofía de trabajo”, explica Raquel Doallo, quien junto a Xoana Almar y Miguel Peralta, inició hace un año esta cooperativa de trabajo asociado.

Tnían claro que esa filosofía de trabajo debía ser una cooperativa, donde la gestión se hiciera de manera democrática, con independencia del capital y trabajo aportado por cada uno, y que sobre todo, fuera una entidad sin ánimo de lucro. “Esto no quiere decir que trabajemos de manera gratuita, sino que lo que queremos es crear un puesto de trabajo con un sueldo digno, cubrir todos los costes laborales que ello implica y que luego, cuando haya beneficios, se reviertan todos en la empresa”, explica Doallo.

Los trabajos que realizan tienen que ver fundamentalmente con la pintura. Almar y Peralta llevaban tiempo dedicándose a la ilustración y el muralismo y decidieron seguir por ese camino, que además les gustaba y lo hacían bien. Doallo venía de la cooperación internacional y había trabajado en AERESS, la Asociación Española de Recuperadores de la Economía Social y Solidaria. “Queríamos conjugar la parte artística con la social y darle a todo un impulso más global”, señala Doallo. Por ello entre los servicios que ofrecen está la ilustración de cuentos o la realización de murales por encargo. “La idea es la recuperación de espacios para el público”, señala la cooperativista. En el año que llevan funcionando han realizado murales en bares y restaurantes, pero también en institutos o parques infantiles.

Amplían su parte artística a la difusión y creación de moda ética. “En Galicia vimos que había una necesidad de acceso a este tipo de ropa y vimos que podíamos aportar algo y mostrar que consumir de otra manera era posible”, subraya Doallo, quien explica que trabajan con varias distribuidoras de ropa ética. Ellos luego introducen sus diseños, ya sean pintados a mano o con la técnica de la serigrafía.

Formación en economía social

La tercera pata de la cooperativa está formada por los talleres y la formación enfocados fundamentalmente a organizaciones y pequeñas empresas que quieren formar parte de la economía social y el cooperativismo. Tanto Doallo como Almar son economistas y durante su formación académica siempre echaron en falta mayores estudios y conocimientos sobre la economía social. “Ciertos aspectos de esta otra economía siguen siendo muy desconocidos y muchas personas no saben que pueden, por ejemplo, trabajar de manera conjunta y en cooperativa”, señala Doallo, quien subraya que “lo importante es que la gente tenga opciones para decidir, y ver que no solo hay una manera de enfocar el trabajo”.

En este sentido, opina que las redes de colaboración son “fundamentales”. “Al comenzar teníamos unas redes con las que ya veníamos trabajando desde hace tiempo y que seguimos ampliando para poder llenar esa cesta con cabeza”, afirma en referencia al nombre de la cooperativa. “Cestola na cachola es un nombre coloquial que significa cesta en la cabeza, esa cesta que queremos que cada uno vaya llenando con responsabilidad y pensando dos veces acerca de lo que va consumiendo”, afirma.